miércoles, 27 de marzo de 2013

Capitulo 10


Pasaron dos días, dos días en los que Fernando no supo nada de su bonita. Quizá le había sucedido algo, pero no quería  llamarla. Ella le había pedido que esperase a que ella lo hiciera. Se estaba desesperando y pensaba lo peor. La muerte paso por su cabeza, pero el imbécil sería capaz de matarla? Suena su celular y él contesta lo más rápido que pudo

-Bonita?

-Mi amor? Necesito que vengas a mi casa, tenemos que hablar.

-Sí, ya mismo llego.

Cuando Fernando llego se percato que estaban totalmente solos en la casa, pero escucho a Lucero muy rara. El la conocía y sabía que algo no iba bien.

-Mi amor?-dice entrando al despacho

-Aquí estoy. Pasa, siéntate.

-Que me querías decir? Te volvió a hacer daño?

-No

-Entonces?-la notaba extraña. Tenía la mirada perdida y aparte estaba muy pálida.

-Es que no te quiero volver a ver

-Qué?

-Lo que oyes-dice mientras deja escapar dos lagrimas y lo mira a los ojos-no quiero saber más de ti

-Pero por qué? Que te hice?

-Augusto amenazo con dejarme y no puedo cambiarlo por ti. Tú eres pobre y yo no puedo vivir así

-Me estás hablando en serio?

-Si

-Estas consciente de que me estas matando con esto que estás diciendo?

-Perdón

-Por qué? Por haber jugado conmigo o por romperme el corazón como lo has hecho?

-Yo no jugué contigo

-Ahh no? Y como le llamas a enamorarme y luego dejarme por una cosa tan superficial como el dinero? Te aborrezco… eres una zorra

-No me digas así-dice dejando escapar muchas lagrimas, en realidad si le había dolido que el hombre que ella amaba se expresara de esa manera-

-Es increíble como una persona puede cambiar tu estado de ánimo en segundos

-estas enojado?

-No es enojo, es decepción. Pensé que eras sincera, pensé que de verdad era el amor de tu vida-Lucero permanece callada-pero para que ser buena persona si ya nadie se fija en eso? Para que cuidarte y querer bajarte la luna y las estrellas si al final lo único que querías era buen sexo?

-No importa cuánto nos amemos… hay cosas que simplemente no pueden ser por una razón u otra

-Seamos sinceros, tu NUNCA me amaste como decías. Tal vez no fui lo que querías o no resulte ser lo que necesitabas, pero una cosa si se y es que fui mucho más de lo que merecías

-Como puedes decir eso? Arriesgue mi matrimonio por estar contigo el día de mi fiesta, lo olvidas?

-Estabas jugando. En fin, a veces este tipo de cosas suelen suceder para que uno note que no está con la persona correcta. Adiós jefa, espero que el dinero de su marido la haga muy feliz.

Fernando salió por esa puerta como alma que lleva el diablo dejando a Lucero hecha un mar de lágrimas en el suelo del despacho. Sentía como la mitad de su alma se iba con el y ella poco a poco iba muriendo. Sus ganas de vivir se reducían a nada. Por qué el destino tenía que ser tan cruel con ella?

-Te amare siempre, mi amor. Algún día entenderás que lo hice por tu bien, todo fue por ti.

Pasaron 2 meses. 2 meses en los que Fernando conseguido nueva conquista y se entero que era el heredero universal de un tío que tenía en España. Al parecer era hermano de su difunta madre del cual no sabía, ahora era millonario y no necesitaba de nada. Había conseguido todo olvidar por completo a Lucero y se había enamorado de una joven muy guapa llamada Jeanny.
Lucero cada día iba peor. No comía, no dormía, no salía, parecía muerta en vida. Un día Caro decidió ir a visitarla junto con Sebas, sabía que eso le haría bien.

-Lucero? Pero que te paso hermanita?-dice Caro muy preocupada al ver a la lucero pálida y casi esquelética en la que se había convertido su hermana.

-Que haces aquí? No quiero estar con nadie

-Sebas, creo que mejor nos dejas solas

-Sí, bebe-dice y le da un besito y luego sale. Al ver esta escena, Lucero rompe en llanto cosa que era parte de su día a día desde hacía 2 meses.

-Por que hay personas que lo tienen todo? Por que a mi, Caro? Por que yo tengo que sufrir por que me falta lo único que he amado en esta vida?

-Hablas de Fernando?

-De que mas?

-Y por eso estas así? Lucero mírate! Estas más delgada y blanca que una hoja! Hace cuando que no comes?

-No me interesa eso

-No es saludable

-Que me importa? Prefiero morir a sufrir como lo hago todos los días… entiende que mi vida perdió el sentido

-Mi vida no te puedes dejar morir! Sabes bien que lo hiciste por su bien

-Y de que me sirve? Mírame

-Lo sé, hermanita, por eso te digo que tienes que comer algo. Nunca te había visto así

-Yo… yo…-

Carolina solo la vio desvanecerse. Se asusto muchísimo así que comenzó a gritar por ayuda e inmediatamente Sebastián entro por la puerta. Se llevaron a Lucero a la clínica, sabían que esto traería muchas consecuencias. Solo esperaban que se pudiera recuperar muy pronto.

-Familiares de la señorita Hogaza-dice la doctora

-Yo soy su hermana

-acompáñeme por favor

-Que le paso a mi hermana-le pregunta caro una vez dentro del consultorio

-Su hermana sufre un severo caso de desnutrición y deshidratación. Tiene una anemia muy fuerte a causa del mismo y eso no es bueno para el bebe que esta esperando.

-bebe? Que bebe?

-Está embarazada de aproximadamente 2 meses. No lo sabía?

-No, no. Estoy segura que ella tampoco

-Bueno, pues necesita cuidarse mucho de ahora en adelante o le traerá muchas complicaciones al embarazo. 
Solo esta inconsciente, su cuerpo no aguanto mas, pero se va a recuperar

-Eso espero, gracias doctora.

-Es un placer

Caro entra a la habitacion y se sienta junto a la cama de Lucero-Hermanita debes ponerte bien-

-Caro?

-Despertaste! Gracias a Dios

-Que me paso?

-Resulta que una señorita se desmayo por no comer nada en mucho tiempo. No te hace bien, tienes mucha anemia y aparte a que no adivinas

-otra mala noticia?

-No, esta es muy buena

-Dime

-Estas embarazada

-En serio?-dice Lucero sintiendo que por fin recobraba algo de vida.

-Sí, hermanita

-He estado matando a mi bebe?-dice Lucero atónita y comienza a llorar

-No, no llores. Estas deshidratada

-Es que Caro, mírame! Soy un desastre… me eche a morir por el desamor de Fernando y le he hecho mucho daño a lo más sagrado que voy a tener en toda mi vida

-Quieres que llame a Fernando?

-No

-Por qué?

-No sé si es su hijo o de Augusto. Aparte él se olvido de mi muy fácil

-Y como sabes que no está igual o peor que tu?

-Muy simple, el simple hecho de que seguro ya me olvido. Piensa que jugué con el

-Yo lo se

-Entonces?

-Pienso que debes decirle

-Se lo diré, cuando este lista

-Y Augusto?

-Hace días no se nada de el

-Le marco

-No, por favor

Pero era muy tarde. Sebastián lo había llamado en cuanto llegaron al hospital y allí estaba, el ser que mas repudiaba en el mundo. El culpable de estar muerta en vida.

-Ya vuelo, hermanita

-Que te paso?

-Ahora no te hagas el interesado

-Me interesa

-Si, como no. Estoy embarazada

-Ves como si te acuestas con otro, zorra desgraciada?-dice y le da una cachetada

-No me toques imbécil! Y como puedes estar tan seguro de que no es tuyo?

-Por el simple hecho de que soy estéril, pero me alegra muchísimo saber que tu galan ya no te quiere porque por eso estas así verdad?

-Que te importa? LARGATE

-No

-Que te vayas- En eso Carolina vuelve a entrar en la habitación-Caro, sacalo por favor. No lo quiero ver

-Augusto, retírate por favor

-No

-Quieres que llame a la seguridad?

-No hace falta

-Mi hijo es de Fernando-dice Lucero mientras esbozaba una sonrisa de oreja a oreja y rompiendo en llanto, esta vez de felicidad. Su amor por fin estaba dando frutos.

Salió de la clínica y lo primero que hizo fue ir a ver a Fernando. Tenia mucho miedo de cómo el podría reaccionar. Llevaba su pulsera, no se la había quitado desde el dia en el que el se la había regalado. Era su joya más preciada. Solo cuando estuvo frente a la puerta bacilo un poco, pero luego se decidió a usar las llaves que el le había dado.

-No puede ser-había cambiado la cerradura. Toco la puerta y la atendió un hombre al que no había visto en su vida.-Perdone, se encuentra Fernando?

-El ya no vive aquí, señorita

-No sabe donde vive?

-Quien lo busca?

-Su novia

-Su novia y no sabía? El señor es millonario, para que iba a querer vivir en una casa tan pequeña?

-Millonario? No, disculpe debe haber un error

-El Fernando del que hablo vivía aquí hasta hace unos meses.

-Exacto, pero Fer no es millonario

-No sé, señorita. Solo puedo darle su teléfono

-Se lo agradecería

El señor le dio el teléfono y ella se lo paso a Caro para que marcara. Al parecer era el teléfono de una oficina. Cuando se había vuelto empresario? Invento algo y consiguió que le dieran la dirección de su casa. Lucero no sabia que hacer, pero decidió ir a verlo allí. Tenia que hacerlo, su razón era mas poderosa que cualquier “no te quiero volver a ver” que Fernando le hubiese dicho.

Toco el timbre y espero un momento. Una muchacha hermosa, de buen cuerpo le abrió y se quedo atónita. Quizá no se había equivocado cuando dijo que ya la había olvidado

-Disculpa, creo que me equivoque

-A quien busca?

-A Fernando Colunga, pero creo que me equivoque

-No, es aqui. Espere un momento-dice mientras se retira de la puerta-Mi amor, te buscan

-Quien?-oyo la voz del hombre que nunca había dejado de amar. Provenia de adentro del departamento

-Una mujer

Fernando salió del lugar, que suponía era una cocina, y se quedo paralizado al verla.

-Que haces aquí?

-Necesito que hablemos

-De que? Yo no tengo nada de que hablar contigo. Diablos, Lucero! Hace cuanto tiempo que no comes?

-Importa?

-Por supuesto! Por que lo haces?

-De verdad tengo que decírtelo con palabras?

-Tu me dejaste a mí y mira no’mas. Ahora soy todo lo que no era y por lo que me dejaste-eso la había herido, otra vez estaba llorando

-No te das cuenta de que me estoy tragando el maldito orgullo al venir aquí?

-NO! Escúchame bien, yo sufrí demasiado por ti

-No me ves? Acaso no es evidente que yo aun sufro?

-No seas mentirosa

-No te estoy mintiendo idiota. Además no vine a discutir si muero por ti o no, tengo algo muy importante 
que hablar contigo… a solas-dice dirigiéndose a Jeanny

-Es mi novia y le confío todo

-Esto no

-No tengo nada que ocultar

-Estoy embarazada

-QUE?-dicen los dos a la vez.

Jeanny estaba llorando y Lucero también. Fernando la estaba abrazando a ella y eso le partía el alma a Lucero. Quizá si lo había perdido totalmente, pero el bebe que esperaba no tenía la culpa y Fernando tendría que responder.

-Como estas tan segura de que no es hijo de Augusto?

-El es estéril

-Entonces si es mi bebe…-dice Fernando con algo de emoción en su voz.

-Yo te amo, pero es evidente que para ti fue muy fácil reemplazarme. Solo vine hasta aquí para dejarte claro que vamos a ser padres… pensé que sería de tu agrado la noticia

-Claro que lo es.- Jeanny lo miro sorprendida y se fue de casa de Fernando enojada

-No era mi intención hacer esto en frente de tu novia, pero tú me lo pediste. Es muy bonita… la amas?

-Si

-Más que a mí?-Fernando permaneció en silencio-Respóndeme

-Jamás voy a amar a nadie como te amo a ti

-Te amo? Aun me amas?-dice lucero con la voz entrecortada y otra vez llena de lagrimas

-Jamás podría dejar de hacerlo.

Estaría sonando? O en serio Fernando había dicho esas palabras? Sentía que se iba a desmayar, pero él la sujeto por las caderas justo a tiempo y se perdieron en la mirada del otro. Sin darse cuenta se estaban besando. Se necesitaban, sus cuerpos les gritaban que necesitaba del otro para estar completos. Había extrañado sus besos, sentir sus labios sobre los suyos. Ahora estaba perdido, esa mujer era su debilidad… ahora como le explicaría a Jeanny? Se había convencido que el amor verdadero solo tocaba una vez a la puerta y que cuando lo hacía era imposible dejar de amar a aquel ser especial, su media naranja, el amor de su vida; su Lucero.

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