martes, 26 de marzo de 2013

Capitulo 8


Ya era el día de la fiesta. Estaba demasiado emocionada así que se paró de la cama a las 6am. Seguía durmiendo en la habitación de invitados desde hacía una semana ya que no quería volver con su marido. Ese día tenía muchas cosas que hacer, pero antes de darle los últimos toques a todo deseaba ver a Fernando. Era su cumpleaños y aunque sabía que él no le daría nada, para ella el mejor regalo seria que la amase como siempre. Entro al baño a tomar una ducha, planeo todo, término de ducharse y salió. Al salir se encontró con la figura de su marido tumbado en su cama. Que hacia allí?

-Ni te molestes en vestirte, quiero que hagamos el amor-

-No quiero

-Es una ocasión importante, anda… déjame y después te doy tu regalo.

-No soy una puta a la que puedes comprar con regalos caros… si eso es lo que piensas te puedes quedar con lo que sea que compraste

-Okay, olvida lo que dije. Pero ven a la cama conmigo

-Ya te dije que no

-Por qué desde que volví no te has querido acostar conmigo?

-Sabes bien que no te amo. Además no se qué enfermedades habrás contraído con todas las fulanas con las que te acuestas, yo paso. 

-Yo estoy muy sano

-Y yo no te tengo nada de ganas así que si me permites

-No me voy a ir

-Como tu quieras

Lucero entro en el armario y se vistió allí dentro. Al salir Augusto la miro enojado, ella le sonrió y salió de la habitación. Ya eran las 7 así que debía apresurarse si quería ver a Fernando antes de su cita en la peluquería. 

Llego a casa de Fernando y abrió con sus llaves; el aun debía estar dormido. Y efectivamente, al entrar en su habitación ahí estaba tumbado, parecía un angelito. Se sentó a su lado y lo miro fijamente y comenzó a recordar todo lo que allí habían vivido. Comenzó a acariciarle el pelo y la mejilla y el abrió los ojos. Le sonrió, se incorporo rápidamente y quedo sentado en frente de ella. La miro directo a los ojos mientras ambos se sonreían y la beso. Le beso la frente, los ojos, la nariz, las mejillas y finalmente en los labios.

-Feliz cumple mi princesa

-Gracias mi amor. Quería comenzar este día de la manera más perfecta y pensé “Que podría ser mas perfecto que un beso de tu novio?” y aquí estoy. Gracias por hacerme feliz.

-Te amo demasiado, princesa.

-Yo te amo más. Vas a venir esta noche?

-Sabes que no me parece buena idea

-Pero…

-Pero sabes que sí, todo por complacerte y hacerte feliz…- No termino la oración porque Lucero se le había lanzado encima y lo besaba sin control. Fernando la sentó a horcajadas sobre él y la sujetaba por las caderas. Lentamente comenzó a subir sus manos por debajo de la blusa

-No, Fernando no-decía Lucero algo agitada

-Por qué?-dice Fer contra sus labios

-Me tengo que ir, solo pase por mi beso de cumple y vaya que si me lo diste

-Te amo. Pero por que la prisa?

-Es que aun me falta acomodar algunos detalles de esta noche y tengo cita en la peluquería, en el spa y con la maquillista

-Todas esas cosas?

-Sí, mi cielo.

-Pero al menos déjame que te de tu regalo.

-Me compraste un regalo?-dice Lucero con los ojos llenos de lagrimas

-Por supuesto, mi amor. Que pensaste?

-Es que no era necesario

-Yo te lo quería dar. Ven vamos a buscarlo-Fernando tomo a Lucero de la mano y la llevo a la sala donde 
le entrego una caja de terciopelo azul delgada, pero larga

-Que es esto?

-Ábrelo

Al Lucero abrirlo casi lo deja caer de la sorpresa. Era una pulsera hermosa con 5 dijes, parecía de plata.

-Que es esto?-dice Lucero derramando dos lágrimas

-Es una pulsera, no te gusta?-dice secándolas

-No, mi vida. Me encanta! Esta hermosa, que significan estos dijes? La L es por mi nombre

-Y por “Love”

-Te amo. La rosa que simboliza?

-Dos cosas: Que soy tu jardinero y tu belleza

-Que favor me haces… hahahahahaha! Una tina?

-Bueno, en ese lugar…

-Ya se, mi amor. No se me olvidara jamás.

-Un corazón

-El que me robaste

-Y una llave

-La de mi corazón. La llave de la cual solo tú eres dueña. Es oro blanco, así que te puedes bañar con él, no se va a estropear. Pero no me llores, mi bonita. Hoy no debes llorar.

-Eres el amor de mi vida, jamás pensé que llegarías. Gracias por todo mi bebe-Y lo beso con mucha ternura.

-Te gusto?

-Lo amo! Pero no debiste, seguro te gastaste una fortuna

-Pues sí, pero tu lo vales. Además el dinero lo tenía y te quería ver así como estas

-Pero que hermoso novio! Me querías ver llorando?

-Jamás! Te quería y quiero ver feliz!

-Bueno mi vida, ya me voy! Estoy retrasada… te amo, hasta la noche.-Le da un beso rápido y se va corriendo.

Las horas se le pasaron súper rápido. Ya estaba lista para bajar y ya había muchos de los invitados. Desde su habitación los podía ver. Estaban Caro y Sebastián; sus primas Anielska, María y Cristal; Andrea y su esposo Cristian, el notario; Deya, Alejandro y suponía que la pequeña Lorena; la odiosa de Leila, su marido y muchísima gente que no reconocía pero aun nadie llevaba sus mascaras. No quería salir hasta que el llegara, pero como sabría cuando llegaría?

Su vestido era largo y azul oscuro con unos pequeños detalles de pedrería plateada, su pelo opto por ondularlo y recogerlo a un lado. Parecía una princesa. La máscara que llevaría solo dejaba al descubierto sus labios. Era de terciopelo azul; llevaba plumas, pedrería plateada que combinaba a la perfección con su vestido. No quería que nadie la reconociera y por eso decidió que no sería presentada al entrar… Prefería que así fuera.

Bajo por las escaleras y justo tocaron el timbre. Fue a abrir la puerta y al hacerlo se encontró con la figura de un hombre fuerte, bronceado, con el pelo negro y un antifaz que le cubría la mayor parte de su cara. Pero ella lo reconocía, le conocía todas las esquinas de su cuerpo así que sin temor a equivocarse se le abalanzó encima y lo beso para luego sonreír.

-Estas muy guapo, Fer

-Y tú pareces una princesa, la de mis sueños

-Gracias por venir, vamos al jardín

-Estás segura?

-Nadie me reconocerá, pues nadie me ha visto… solo Caro.

-Bueno, está bien. Vamos entonces.

Al entrar al jardín pasaron desapercibidos. Ya todos llevaban sus antifaces puestos. Carolina los reconoció al instante y sonrió al ver a su hermana tan feliz.

Pasaron unas horas y la pista de baile estaba llena. Todos intentaban dar los mejores pasos y estaban acompañados por sus parejas. Excepto por Lucero y Fernando y Augusto y Leila. Por qué simplemente no podían divorciarse y estar con las personas que verdaderamente amaban? La música cambio y ahora sonaba una pieza lenta. Fernando atrajo a Lucero a su cuerpo, la abrazo por la cintura y ella enredo sus brazos en su cuello. El ambiente estaba mas romantico que nunca y sus labios se estaban volviendo una tentación. La beso como nunca, con amor y ternura… la promesa del “para siempre”.

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