viernes, 22 de marzo de 2013

Capitulo 7

Más tarde fue a su habitación a cambiarse para salir. Había decidido ir a visitar a Deya y conocer a su pequeña bebé que había nacido hacía apenas dos semanas, se llamaba Lorena. Pero algo la extraño, estaba vacío y ella se había pasado todo el santo día metida en el estudio buscando evitar a Augusto... A donde habría ido? Igual no le importaba mucho, sería más fácil salir sin que la culpase de ir a visitar a su amante... Aunque estaba en lo correcto.

Al llegar a casa de Deya tocó el timbre y se sorprendió bastante al ver como se veía su amiga. Tenía aspecto de no haber comido ni dormido en varios días. Tenía los ojos hinchados, había estado llorando y su pelo estaba sin cepillar... No era normal en ella. Se abrazó a su amiga sin pensarlo dos veces, ¿Qué le habría ocurrido? ¿Estaría mal su bebé? Al entrar noto que su casa era un desorden y estaba sucia. ¿Dónde estaría la muchacha?

-Deya, que paso?

-Ayy amiga, que no paso y te contesto más fácil.

-Cuentame 

-No se, desde que la niña nació estoy muy sensible... Lloro por todo y tengo cambios de humor. Aparte la niña no para de llorar y no puedo dormir por las noches y...

-Pero no está llorando en este momento

-Esta dormida

-Y Alejandro? 

-Me dejó. Dice que no va a aguantar una más de mis lágrimas y que no entendía que me pasaba pero que ya estaba harto. Dijo que mi bebé llegó a arruinarnos la vida como pareja y... Y... Yo..-

Deya se tapo la cara con las manos y Lucero la abrazó muy fuertemente. No era madre y quizá nunca lo sería, pero recordaba bien cuando Caro nació y no paraba de llorar. La desesperaba, pero nunca había visto algo como lo que estaba viviendo Deya. Quizá tenia una inestabilidad emocional o depresión post-parto y su marido había sido un imbécil y cobarde al decirle todo lo que le dijo y aparte dejarla sola. No se valía.

-Hasta consideré suicidarme, pero con quien dejaría a mi niña? No le podia 

-Hiciste bien! Y la muchacha donde está?

-También se fue... Seguro que es amante de Alejandro

-No digas eso, bien sabemos las dos que el te ama. Quizá estaba alterado o no tuvo un buen día o no sé. Deya, eso no es normal. Quiero que comas algo, te des un baño, te laves el pelo y descanses un rato. Yo cuidaré a la bebé. Ven, te preparare algo.

-De verdad, no sabes lo que esto significa para mi...

-No es nada, vamos.-dice secando una lagrima y ayudándola a pararse. Tenía que llamar a Alejandro y ponerlo en su lugar y ordenar un poco la casa... Le preparo unos huevos a Deya y los devoró en un segundo; luego subieron al segundo piso de la casa y se encaminaron hacia la habitación de la niña.

-No tienes que hacerlo, mis hermanas se ofrecieron ya

-Camila y Lia?

-No, Melanie y Flor

-No sabía que tenías tantas hermanas.

-Son mis hermanas menores, solo son hijas de mi padre.

-Eso lo explica, pero no es necesario... En serio esta bien! Donde esta esa chiquita?

-Aquí, ven.

Entran a una habitación color rosa pastel y crema. Era una habitación de ensueño, como de princesa. Alejandro seguro había puesto de su parte, pero ¿Por que las había dejado? ¿Dónde estaría ahora mismo? 

-Esta es mi niña, Lorena María Torre.

-Deya, está hermosisima! Ayy pero no comiences a llorar otra vez! Mejor vete a descansar, si?

-Muy bien, gracias por todo amiga. Si tiene hambre en el refri hay botes de leche, solo calientalo un poco.

-Si, no te preocupes

Deya sale de la habitación y cierra la puerta. Lucero mira a su alrededor y queda totalmente fascinada con la habitación, todos los detalles estaban perfectos. Quería tener un bebé. Tomo asiento con la pequeña en brazos y comenzó a hablarle, la niña solo la miraba a los ojos... Parecía como que de verdad la estaba escuchando y la comprendía

-...Algún día quiero tener una bebé tan preciosa como tu, mi amor. Pero esta complicadísimo. Quiero que Fer, ya sabes... Mi jardinero del que te conté, sea el papá pero Augusto está de por medio y lo notaría... Pero que le van a importar mis problemas a una cosita tan hermosa como tu? Ahorita tu mami me necesita mucho más que yo misma y no la voy a dejar sola. Tu me tienes que prometer que cuando me vaya te vas a portar muy bien, si? Mami no esta bien y necesita a papi... Por cierto, quédate tranquilita si? Voy a marcarle...-dice mientras saca su celular y marca un número-bueno? Bebé, no creo que pueda ir hoy como te prometí-la nena comienza a llorar-Ayy no, chiquita, este no es tu papi mi amor... Fer? Te marco al rato

-Donde estas?

-En casa de una amiga cuidando a su bebé... Por cierto, quiero una! Bueno, chau! Te amo.

-Yo te amo más.

-Ahora si le marcare a tu papi, pero ya deja de llorar. Tendrás hambre? Yo digo que si... Vamos a comer, corazón.

Lucero bajó las escaleras de la casa con la nena aún llorando. No quería que Deya despertase así que se apresuro y calentó la leche de la niña. Se aseguro que no estuviera muy caliente y se la dio. Comía desesperadamente, como si no hubiese comido en mucho tiempo. Tomo su celular nuevamente y ahora si le marcó a Alejandro. Al contestar escuchó ruidos muy raros... Casi como...

-¿Alejandro?

-¿Lucerito? ¿Cómo estás? 

-Bien, pero donde estas?

-Por que? ¿Por fin vas a aceptar mi propuesta de una noche?

-Por supuesto que no, idiota. Te llamo porque tu esposa esta muy mal y tu decidiste dejarla sola con la niña

-Y eso que te importa? Déjala, es su mamá o no? Además me tienen harto las dos con su llanto incesante.

-Eres un poco hombre! La dejaste cuando más te necesita y tu hija que culpa tiene? Solo tiene 2 semanas de vida, Alejandro. Que llore es muy normal. Sabes? Algunas personas quisiéramos tener la bendición de un hijo

-Si quieres te hago el favor... 

-No, muchas gracias. Para eso tengo pareja. Vas a venir ahorita mismo a tu casa y me vas a ayudar con tu hija. Y no te obligaré a pedirle perdón a mi amiga porque ciertamente eso es algo que debería salir de ti. ¿Ya no la amas?

-Si la amo, pero necesito sexo y tranquilidad y con ella no puedo ni uno ni el otro.

-Bueno, tu no sabes amar. Si la amaras nunca me habrías hecho la propuesta y mucho menos la habrías reiterado hoy.

-mira, yo si amo a mi esposa, pero a ti siempre te he deseado y no desperdiciaría ninguna oportunidad

-No pasara... Te quiero aquí en 10 minutos o me vas a conocer.

Colgó el teléfono y se puso a pensar en lo mucho que le gustaría que esa bebé fuera el fruto de su amor a Fernando. Sería o al menos intentaría ser la mejor madre del mundo, pero ¿Sería capaz de engendrar? Moriría si la respuesta fuera no.

-Ya papi viene en camino, mi niña. 

Minutos más tarde Alejandro entro por la puerta y venia con comida. No lo había notado, pero si tenia mucha hambre. Pero primero debía hablar seriamente con él.

-Alejandro, quiero hablar contigo.

-Dime

-Primero, podrías tener la decencia de cargar a tu hija?... Gracias. 

-Que pasa?

-Como que qué pasa? Te parece poco abandonar tu hogar? Abandonar a la mujer que amas y a tu hija recién nacida? Como puedes hacer eso! Sabías que Deya se iba a suicidar por ti?

-Como? 

-Pues si! Debes aprender a valorarla más Alejandro! No cualquier mujer te lloraría tanto y simplemente te olvidaría y buscaría otro hombre

-Tu lo harías?

-Si Augusto me lo hace? Por supuesto que si!-lo decía muy segura, pero si en su lugar lo hacía Fernando no estaría muy segura de poder soportarlo.-Esa mujer te ama! Tu no puedes fallarle de esa manera! Esta niña... Esta niña no la hizo ella sola, tu pusiste de tu parte o no?

-Es obvio...

-Entonces ahora hazte cargo. Las dos te necesitan y Deya más que la niña. Creo que necesitas llevarla a un psicólogo.

-Que quieres que haga?

-Que te dediques a tu familia y le prestes atención. Ambos sabemos lo que estabas haciendo cuando te marqué.

-Era una película

-Espero que sea cierto. Ahora me voy, son las 8pm y debo llegar a casa. Tu debes darle amor a tu esposa y ayudarla con la niña. Me juras que lo harás?

-Si. 

-Bien. Entonces me voy... Adiós princesa-dice Lu y le da un besito en la mejilla.

De camino a su casa hizo una parada, pues sabia que no podría dormir si no pasaba por allí. Su intención era irse rápido, pero no estaba segura de que sería así. Tendría que luchar con sus ganas de quedarse con él.

-¿Lu? ¿Qué haces aquí, mi amor?

-Vine a darle el beso de buenas noches al amor de mi vida.

-¿No vas a pasar?

-No debería, pero ¿cómo decirte no?

-Ven-la tomo de la mano y la condujo hacía adentro no sin antes besarla.

-Son las 8:30, en media hora me voy

-Si fuera por mi te quedarías

-Por mi también

-¿Cómo está el golpe?

-Bien, no se puso morado y bajo la hinchazón

-Perfecto. Me muero por hacerte el amor

-Sabes que no puedo... Me quedaría toda la noche y sabes que no puedo

-¿Que le pasaba a tu amiga?

-Su esposo la dejo sola con su bebé recién nacida

-Bastardo!

-Prométeme que tu no me harás eso nunca

-Te lo juro. Yo te amo-Lucero lo besa desenfrenadamente.-Cálmate o no respondo

-Hahaha! No seas así. 

-Entonces quieres una bebé.

-Si! Hoy me di cuenta de que mi felicidad solo estaría completa si estoy contigo y tenemos una bebé como Lore

-Entonces solo tenemos que trabajar en ello

-Otro día. 

-Mañana no voy a ir. Le pedí permiso a tu marido ya

-¿No? Ayy pero por que? Te voy a extrañar demasiado.

-No si vienes conmigo

-A donde?

-Es que mis sobrinos cumplen años mañana y pues yo soy su tío favorito

-¿No serás el único?

-No reveles mis secretos, mujer

-HAHAHAHA! Esta bien entonces. Les compraste regalo?

-No tengo dinero.

-Mañana pasaremos a una juguetería o no se. 

-No puedo aceptarlo

-Quiero hacerlo! Ahora soy la novia de su tío favorito que por cierto es el único que tienen... No podemos llegar con las manos vacías.

-Esta bien, pero te lo pagaré.

-No es necesario

-Te lo pagaré con besos y mucho amor

-Entonces si quiero la paga-dice y se comienzan a besar tiernamente. Su relación ciertamente había comenzado como pura lujuria, pero hoy era lo más sagrado, hermoso e importante que tenían.-Ya me tengo que ir. 

-No quiero

-Yo tampoco, pero tengo que...

Lucero se despidió de Fer de una manera muy efusiva. Cuando llegó a su casa pensó que aun estaría sola. Se fue directo a su habitación... Grave error

-¿Donde estabas?

-Lo mismo te pregunto

-¿Que te importa donde estaba yo?

-Lo mismo te digo.

-¿Donde estabas?

-En casa de Deyanira y Alejandro... Puedes llamar si se te ofrece.

-¿El es tu amante?

-¿Estas loco? Jamás le haría una cosa así a Deyanira y lo sabes

-Voy a averiguar quien es y ya sabes lo que le pasará.

-Di lo que quieras...

-¿A donde crees que vas?

-A la habitación de invitados. Tu presencia me molesta...

Salió de ahí hecha una furia. Augusto no sabía con quien se estaba metiendo... Si le tocaba un pelo a su Fer, lo mataría y hablaba muy en serio. Se acostó en la cama donde hicieron el amor tantas veces y quedo rendida hasta el día siguiente. 

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