domingo, 9 de febrero de 2014

Capítulo 45

Este cap va dedicado a una personita muy especial para mi! Tu sabes quien eres! Te amo muchisimo! Sonrie<3

Disfrutenlo todas<3 perdon por la demora y gracias por tenerme tanta paciencia! Hahaha

-¿Qué haces aquí, Fernando?-pregunta Jeanny al verlo entrar por la puerta

-¿No puedo venir a ver a mi hijo?

-No es tu hijo

-Siempre sera mi hijo...

-No si a mi no me da la gana

-Independientemente de lo que tu quieras, él me ve como su papá y yo lo he criado hasta ahora y padre es quien cría, no quien engendra.

-Espero que sigas pensando lo mismo cuando tengas que pagarme mensualmente para mantenernos

-A mi no me molesta dar dinero para el sustento de mi hijo.

-Espero que el cheque tenga un par de ceros

-No vine a hablar de dinero. Seré claro, ¿dónde esta Lucero?

-Ya sabía yo que no venías a ver a Oliver. ¿Cómo voy a saber donde esta esa zorra?

-No me quieras ver la cara de idiota que no tengo. Sé que mi mamá y tu le hicieron algo... ¿dónde está?

-Estás loco, yo tengo cosas más importantes que hacer que andar pensando hacerle cosas a esa tipa... Seguro se escapó con otro, ¿no lo has pensado?

-Hablamos de mi Lucero, no de ti, no es ninguna zorra-Jeanny iba a darle una cachetada, pero el detiene su mano antes de que lo hiciera- Te voy a preguntar por última vez... ¿Dónde esta Lucero?

-Suéltame

-No

-Que me sueltes-dice Jeanny tratando de soltarse

-No. Dime.

-No lo sé, Fernando. Me lastimas...

-Eso no es verdad porque no te estoy sujetando fuertemente-

No daría su brazo a torcer, le había prometido a su hija y a si mismo que encontraría a Lucero y lo iba a hacer. Algo mojaba sus pies, no sabía que era. Miro la cara de Jeanny, ella miraba al suelo con los ojos como platos y eso solo podía significar una cosa.

-¿De... De cuántos meses estás?

-Ocho, pero eso ya no importa. Ya viene...

-¿No te duele?

-¿Y tu qué crees?-le grita Jeanny- Ayúdame...

-Vamos a la sala de emergencias

-No puedo caminar, me duele mucho...-Fernando la tomo en sus brazos y salió corriendo. 

Todo estaba preparado para el parto, enfermeras y doctores iban y venían; a él lo tenia preocupado Jeanny, pues parecía enferma. No tenía color en la cara y dormía, estaba seguro que tendría temperatura, estaba toda sudorosa.

-Señor Colunga, necesito hablar con usted-dice el ginecologo-obstetra sacandole de sus pensamientos

-¿Qué pasa?

-La señora presenta un cuadro de Preeclampsia. En caso de una complicación, deberá decidir entre la vida de su esposa y la de su hija. Lo siento mucho.

-Nada que pensar, sálvela a ella.

-No-se escuchó la débil voz de Jeanny-salven a mi bebé. Ella merece vivir...

-Usted decide, señor.

-Fernando, por favor... Prométeme que la van a salvar a ella

-Jeanny, no. Podrás tener más hijos, pero mi niño no va a tener otra madre

-Fernando, salva a mi hija! No tienes derecho a elegir por mi! Es mi bebé y yo quiero que nazca, no me importa morir...

-¿Y quien será su mamá? ¿La vas a dejar sola?

-Sálvala...-dijo antes de perder el conocimiento

-Doctor...-llamó Fernando alarmado

-Es normal, señor Colunga.  Necesito que me firme esto mientras le ponen la anestesia para comenzar la cesárea.

-¿Qué es?

-Su consentimiento de que cualquier complicación, la bebé muera por salvar a la madre.

Pasaron unos minutos cuando el quirófano se inundo de un intenso llanto. Nunca pensó sentirse aliviado por escuchar llorar un bebé. Eso significaba que ninguna iba a morir ¿o no? Eso esperaba. Pesaron y midieron a la bebé, que a pesar de ser un poco prematura, estaba muy saludable. Jeanny seguía dormida y con un terrible aspecto.

-Fer...-escuchó

-¿Qué pasa?

-Cuida a mis hijos por favor. Te los encargo, son mi mayor tesoro...

-No entiendo, tu estás bien y...

-No, Fernando, yo me voy a morir. Lo siento, está cerca.

-No...

-Si. Prométeme que los vas a cuidar por favor, solo así podré irme en paz.

-Jeanny...

-Promételo, Fernando. Por favor.

-Te lo prometo. Lucero y yo los vamos a cuidar.

-¿Dónde está mi Alejandra Valentina? Quiero ver su carita antes de irme

-No te vas a ir.

-No seas necio, Fernando. 

-Aquí está-le dice acercándole a la pequeña bebé de pelo rubio y mejillas rosadas

-Te amo, mi pequeña. Perdóname por dejarte, papá te va a cuidar muy bien. Siempre te voy a amar.-dice derramando unas lágrimas y dándole un beso en la mejilla izquierda.-Fernando, busca a Lucero antes que la maten. Está en la casa del pueblo de papá, Susy te llevará y perdóname por todo, por favor. Perdóname

-No importa, pero guarda silencio, no te esfuerces.

-Dile a mi niño que lo amo y cuídalo por favor-dijo con cierto grado de dificultad antes de cerrar los ojos para siempre. 

Fernando entregó la nena a una enfermera y salió de allí. Jeanny les había hecho demasiado daño y juró que la odiaba, pero al verla así defendiendo la vida de su hija y pidiéndole que los cuidase, recordó a la mujer de la que alguna vez pensó estar enamorado y se sintió muy mal. Ella ya se había ido, Miguel había desaparecido, solo estaba él para cuidar a sus dos hijos y cumpliría su promesa. Tendría cinco hijos y sabía que Lucero los iba a aceptar y amar como si fueran suyos, tenía un corazón muy grande. 

-Fernando, son las tres de la mañana y estamos a unos cuartos de distancia. Más te vale que sea importante o si no...

-Fio, necesito que vengas a la clínica 

-¿Pasó algo? ¿Encontraste a Lucero?-dijo ya preocupada

-No, es que Jeanny acaba de morir. Debo buscar a Lucero y no puedo dejar a mis hijos solos.

-¿No me habías jurado que no eran tuyos?

-Desde este momento lo son...

-Voy para allá...

A las 4:30, Fernando y Susana se encontraban entrando al pequeño pueblito. Luego de rogarle mucho hasta convencerla, Susy había cedido a llevarlo. No había parado de llorar la muerte de su hermana y se sentía un total egoísta, pero tenía que rescatar a Lucero, era su prioridad. Su auto se detuvo delante de una casita que tenía pinta de estar abandonada. ¿Ahí habían llevado a su bonita?

-Fernando

-Dime

-¿Mi hermana no dijo nada antes de morir?

-Si, que cuidara a los niños.

-Quiero formar parte de sus vidas 

-Ya lo eres, Susy, no te voy a apartar de su lado-la joven miró hacia el suelo y asintió. Fernando salió del auto y entró a la casa. La buscó con la mirada, pero no había nadie. Siguió caminando y encontró una puerta que parecía ser de una habitación así que la abrió. Se quedó impactado al entrar. Por fin la había encontrado! La vida le regresó al cuerpo, pero si no hubiese visto lo que estaba pasando, no lo habría creído nunca. Su bonita descansaba en una pequeña cama con la cabeza apoyada en las piernas de su madre mientras esta le acariciaba el pelo. Parecían madre e hija, le gustaba aquella imagen.

-Má...

-Shhhhh. Se acaba de dormir y necesita descansar...

-Mamá, no entiendo nada.

-Tu mujer y tu piensan similar.

-¿Está bien?

-Si, pero ¿cómo llegaste hasta aquí? 

-Jeanny murió

-¿Qué? Pero ¿Cómo?

-Preeclampsia

-¿Qué va a pasar con sus hijos?

-Serán unos Colunga Hogaza

-¿Piensas imponerle la crianza de dos niños a tu mujer?

-No. Yo sé que ella no se va a oponer. Mi Lucero es la mujer más especial del mundo. Es una mujer generosa, humilde y de buenos sentimientos y fue de las cosas que me hicieron enamorarme como un idiota de ella.

-Creo que me equivoqué con ella...

-Mucho y espero te disculpes

-Lo haré y mañana quiero salir con mi nieta, me quiero acercar a ella...

-Mi permiso lo tienes, pero depende de ella. La lastimaste y solo tiene cinco, pero mi niña es muy lista.

-Eso nunca lo he dudado. Perdóname por haber despreciado a tu familia, fue un error de mi parte haberla juzgado por algo con lo que no tiene nada que ver... Y el error fue más grande aún con mi nieta

-Mamá, no es conmigo con quien debes disculparte. Pero ¿que te hizo cambiar de parecer?

-Hable con ella y me hizo pensar mucho. 

-Ya vámonos de aqui, pueden enfermarse las dos por la suciedad.

-¿La vas a despertar?

-No hace falta-dice tomandola en sus brazos-Está más pesada

-¡Cuidado si la dejas caer!

-Es mi vida, jamás haría algo que la dañe...

-Puedes esconder las uñas conmigo.

-Aún no. Perdí la confianza en ti.

                 ***************
-El dolor de cabeza me está matando, pero en este lugar no ha de haber analgésicos. No sé en qué momento esta cama se hizo tan cómoda y dejó de oler a humedad.-Se removió y tocó a otra persona a su lado- ¿quién será este y por qué me abraza? ¿Será que me drogaron y el tipo me violo sin que me diera cuenta? No, imposible. 

Lucero abrió los ojos para encontrarse en un lugar muy familiar. Se le salieron unas lágrimas al confirmar que se encontraba en la comodidad de su hogar y entre los brazos del hombre que tanto amaba ¡no lo había soñado! Se sentía muy aliviada al saber eso.


              *******************

-¿Amor?-dice Fernando entrando a la habitación con algo en los brazos. Habían pasado dos días desde que la había rescatado y ella había decidido no salir de la cama hasta que sintiera había recuperado fuerzas.

-¿Qué es eso?

-Esta es Alejandra Valentina Colunga Hogaza. Nuestra nueva bebé.

-¿de dónde la sacaste? ¿Por qué lleva nuestros apellidos?

-Ya te dije-dice entregandosela- es nuestra nueva bebé.

-Pero, ¿de dónde salió?

-Es la bebé de Jeanny. Ella murió después de tenerla y me pidió que la cuidaramos como si fuera nuestra.

-Mi amor, pero... ¿Cuántos hijos vamos a tener? 

-Si es contigo, no me importaría tener mil-Lucero suspira y dirige su mirada a la nena.

-Hola, pequeñita, soy mamá. No estuviste dentro de mi, pero te prometo que te voy a amar tanto como a tu hermana Steph y a tus hermanitos Nicolas y Katia.

-¿No se iba a llamar Fernando?

-Fernando Nicolás, pero lo llamaremos solo Nicolás.

-Tu mandas-dice Fer y ella le responde con una hermosa sonrisa. El besa sus labios tiernamente y despues la abraza por atras, quedando la nena en brazos de ambos.

-¿Crees que seré buena mamá para ella?

-La mejor

-Me da miedo no hacerlo bien-dice acariciando su rubio y escaso cabello

-Has hecho un gran trabajo con mi princesa, no veo por qué sería diferente.

-Porque Stephania si es nuestra hija. Pero voy a dar todo de mi, por Val.

-Me gusta Val

-Mami, mira, te hice un dibujo-dice la nena entrando a la habitación y subiendo a la cama.- ¿Quién es ella?

-Es tu hermanita, mi amor.

-Si esta es mi hermana ¿por qué sigues gorda, mami?

-Porque tus otros hermanitos siguen aquí adentro. Está linda, ¿no?

-¿Cómo se llama?

-Alejandra

-¿La puedo llamar como quiera?

-Si, princesa

-Entonces le diré Ale solo. Pero ella no está en el dibujo que te hice.

-¿Quieres agregarla?

-No

-¿Por qué?

-Porque no la quiero 

-A ver, princesa, es tu hermanita y debes amarla-interrumpe Fernando

-No, porque por su culpa dejare de ser la princesita de ustedes y no quiero-dice la nena comenzando a llorar.

-Chiquita, tu siempre vas a ser nuestra princesa. Nadie va a cambiar eso nunca, te amamos más que a todo en la vida y siempre va a ser así.

-¿Me lo prometes, mami?

-Prometido, ahora dame un abrazo, ¿si?

-Si, los amo.

-Nosotros a ti, pequeña-dice Fer dejando un besito en su cabeza-Debo ir a ver a Oliver.

-¿Puedo ir contigo, papi?

-No, quedate con mamá y la bebé.

-¿Estaré a cargo?

-Si

-Entonces está bien.

-Acompañame abajo, Steph-dice quitándole la bebé de los brazos a Lu y dándole un beso en la frente.-La pondré en la camita de Katia.

-No, aún no tengo el radio. Acuestala a mi lado.

-Está bien, duerme un poco, ¿si?

-He pasado dos días dormida.

-Pero debes descansar.

-¿Compraste pañales? Y la leche...

-No, iré por ellos ahora. Steph, ¿me acompañas a la tienda?

-¿Me compras un helado?

-Si, mi amor.

-¡Está bien! Adiós mami-dice y luego se acerca a la bebé y le susurra-adiós hermanita, te quiero mucho.

Su familia estaba creciendo y con ella, su felicidad. Por fin tenía todo en la vida, ya no solo dinero. Tenia unos hijos hermosos y dos mas en camino, un hombre que la amaba y la dicha de tener a su mamá y una amiga a la que amaba como si fuera su hermana. ¿Qué más podía pedir? Lo tenía todo y se sentía muy dichosa. Nada podía compararse con la felicidad que la embargaba en aquel momento. Nada.