-No,
no, no Fer… Para… No-dice Lu con la respiración agitada
-¿Qué
pasa?-dice Fer igual de agitado
-No
quiero hacer nada. Puede que después me arrepienta.
-Sabes
que me amas y yo…
-Y
tu también, pero ahora no estamos juntos y dudo que haya reconciliación entre
tu y yo.
-¿Pero
con Miguel no te importaría verdad?-dice parándose de encima de ella
-¿A
qué viene esto?-pregunta a la vez que se incorpora del suelo
-¡Mierda!
Que no soporto sentir que me arrebata lo que es mío
-Fernando…
No sé porqué sacaste a Miguel al tema, pero si te deja más tranquilo yo no me
acostaría con él. O sea es tu primo y tú eres el padre de mi hija. Ciertas
cosas hay que respetarlas.
-Me
muero de celos.
-Gracias
por reconocerlo, ahora vamos a dormir.
-No
quiero dormir, te quiero hacer el amor desesperadamente.
-Lo
siento, pero eso no es posible.
Amaneció
en el pecho de Fernando como tantas veces había hecho, aunque no sabía cómo
había terminado ahí no le molestaba puesto a que era su lugar favorito, entre
sus brazos; aunque obviamente no lo iba a aceptar en voz alta. Aun era muy
temprano y el dormía plácidamente. Se dedico a mirarlo y acariciar su rostro y
luego su pecho.
-Pienso
en la felicidad de ella y su hijo, pero a la vez me olvido de la mía y mi hija.
¿Por que soy tan egoísta conmigo misma? Yo merezco mas estar con él, era mío
desde un principio y aparte Stefy fue engendrada y nació antes. En todo caso
ella tiene más derecho que ese bebe. Desde hoy Fernando volverá a ser mío
solamente y ninguna zorra estúpida me lo va a quitar! A menos, claro, que me
engañe… eso no lo permitiré! Pero algo me dice que no va a ser tan estúpido…
quiero besarlo, pero no quiero despertarlo... Si lo hago lentamente quizá no lo
note, prefiero hablarle de mi decisión primero...-piensa Lucero y une sus
labios a los de Fer suavemente
-Qué
manera tan hermosa de despertar-dice muy sonriente y Lucero se sonroja
-Buenos
días
-Soñé
contigo
-Y
que soñaste?
-Que
nos casábamos
-Ay
pero que cursi que me saliste, Fernando.
-Sabes
bien que quieres
-Sobre
eso...
-¿Qué
pasa?
-Quería
preguntarte... ¿Quieres ser mi novio?
-No estás
jugando, ¿o sí?
-No
-¿Y qué
te hizo cambiar de opinión? O sea estabas negada
-Pues
el hecho de que yo tengo más derecho que la zorra de Jeanny a estar contigo.
Fuiste mi jardinero antes que el de la casa donde la conociste. No se vale.
-¿Ah
pues cómo ve usted que acepto ser su novio?
-¿Y
mi jardinero?
-Todo
lo que quieras...
-¡Empiezas
el lunes! Y como tu jefa te exijo que vivas en mi casa y que me consientas
mucho, mucho. Pero a la nena no, no quiero que sea malcriada.
-La
quiero consentir más a ella...
-¿Más
que a mí? o sea que ya no me amas
-Más
que a mi vida, pero ella es nuestra hija y aparte es tan preciosa y
pequeñita... la amo.
-Bueno,
está bien pero solo poquito
-Mucho
-Okay.
¿Que se supone que debo ponerme? Te recuerdo que me secuestraste de mi casa
-Desnúdate,
mi amor... Para mi nada te queda mejor que verte al natural
-Tu
papá y cuñado tendrían una gran erección y tu madre me tacharía de puta y
aparte me odiarían con tu hermana. Y luego los matas y te conviertes en
criminal. No lo creo... Te quiero conmigo y no en la cárcel
-Dramática
que me saliste... Pero para que estés más tranquila, te traje ropa de la que
dejaste en la casa cuando te fuiste
-No
deje nada
-Bueno,
de la que saque de tu maleta antes que te fueras sin que lo notaras... Pensé
que lo notarías y volverías por ellas, pero no fue así
-Chico
listo... Búscalas, ¿si?
-Está
en la maleta, con mi ropa y lo que le compré a la nena
-Ah,
perfecto. Me voy a duchar
-Nos
deben estar esperando, así que la tomaré
-Es
muy temprano
-¿Te
tengo que recordar de los pulmones de tu hija? Seguro está despierta hace horas
-NUESTRA
hija. Y tienes razón, la extraño mucho. Jamás me había separado de ella por más
de dos horas.
Bajaron
1 hora y media más tarde y todos con excepción de los niños supieron lo que
habían estado haciendo debido al pelo mojado de ambos y una pequeña marca
debajo de la oreja de Fernando.
-Buenos
días-dice Lu
-Para
algunos mejor que para otros-dice doña Margarita sin quitarle la mirada de
encima. Luego da un pequeño sorbo a su café sin dejar de mirarla.
-Elena,
¿y mi hija?-le pregunta Fer mientras Lu seguía teniendo la mirada de su suegra
encima
-Recién
se durmió, se portó muy bien anoche. Lu, ¿podemos hablar?
-Claro,
Eli, ¿Qué pasa?
-En
privado
-Está
bien-la toma del brazo y se van a la cocina
-Miguel
estuvo aquí...
-¿QUE?-dice
Lu perdiendo el color de la cara