viernes, 2 de mayo de 2014

Epílogo

El matrimonio no les podía sentar mejor. Pasaban mucho tiempo juntos, compartían todo con sus hijos, eran realmente felices. Las sonrisas estaban presentes en cada momento. Él la consentía como si realmente se tratara de una delicada princesa y ella lo amaba más y más ocada día. Los meses iban transcurriendo, los bebés exigían cada vez menos cuidados, pero por supuesto los seguían amando como el primer día y así sería hasta el último. Como ambos contaban con una cuantiosa fortuna, el trabajo no les demandaba demasiado tiempo, que usaban viajando por el mundo con sus 5 pequeños.

-Mi vida, quiero llevarlos a Disney.

-Mejor vamos a recrear nuestra luna de miel.

-No seas chistosito, para eso tendríamos que ir solos nosotros dos.

-Necesito pasar tiempo a solas contigo.

-No estarás hablando en serio... ¿O si?

-Lu, tenemos seis meses casados. ¿Cuantas veces hemos estado solos?

-No muchas, pero son nuestros hijos, Fer. Antes era más fácil porque solo estaba Steph.

-Los bebés ya no están tan pequeños, así que nos vamos una semana a Hawaii. Solos.

-Mi amor...

-Por favor-la interrumpe

-Está bien, si eso hace feliz a mi bebé más grandote, nos vamos-dice acariciandole el cabello

-Te amo, princesa.

-Yo a ti, mi rey.

-Quiero hacerte el amor desesperadamente...

-¿Y qué te lo impide?

Fernando agarra su cara entre sus manos y une sus labios en un beso desenfrenado y rebosante de deseo. Repasó su mano por todo su cuerpo y fue desprendiendola de cada una de sus prendas hasta que quedó totalmente desnuda ante sus ojos.

-Me vuelves loco-dice justo antes de comenzar a besarle todo el cuerpo.

-Fer, ya no puedo-dice Lu sintiendo que iba a estallar. En ese momento Fer detuvo lo que estaba haciendo y se colocó un preservativo...

-No más niños por ahora-ambos rieron antes de unir sus labios y sus cuerpos en uno solo. Se sentía tan perfecto estar así, unidos en cuerpo y alma... Amandose como si no existiera un mañana...

-Te amo-le susurra ella al alcanzar el clímax. Él se deja caer encima de ella y así se quedaron dormidos hasta que el sol anunció un nuevo día... Más bien hasta que los mellizos despertaron en medio de la madrugada.

Los días comenzaron a pasar y así los meses y después los años y con estos, fueron incrementando los problemas y las peleas, no solo en cantidad, si no que también en intensidad.

Parecía mentira que otra vez estaban cumpliendo años de casados, exactamente 15. El corazón de Oliver presentó un fallo después de mucho tiempo y su matrimonio iba en decadencia.

-Fernando, tenemos que hablar...

-¿Sobre qué?

-Quiero el divorcio

-¿Qué? ¿Por qué?

-Porque es obvio que esto no tiene solución... Cuando me casé contigo, lo hice porque pensé que seriamos felices, pensé que me amabas. Yo estoy cansada de vivir sabiendo que nuestro matrimonio fue solo un espejismo y que fui muy tonta...

-¿Por qué dices esas cosas?

-¡No te hagas idiota! Ambos sabemos que no vamos a llegar a nada con esto...

-¡No seas injusta! Si nos divorciamos, no será porque yo no te ame, porque te he demostrado de una y mil maneras que si...

-No quiero saber... Quiero que te vayas hoy mismo de la casa.-le dice calmadamente mientras lágrimas comienzan a descender por sus mejillas

-No me voy a ir.

-¡Yo ya no quiero verte! Te vas tu o me voy yo...

-No te entiendo...

-Tus maletas están en la puerta-dice saliendo del estudio

-Señora, su hija la busca, la espera en el jardín-dice el ama de llaves

-Gracias, Amalia

-Mamita-dice corriendo a abrazarla-¿Qué te pasa?

-Nada, princesa, estoy bien.

-No por nada la mami más linda del mundo llora de esta manera. ¿Qué pasó? ¿Peleaste otra vez con papá?

-No, no te preocupes, en serio que estoy bien. ¿Qué haremos hoy?

-¡Escogeremos el vestido! Ay, má, ¡estoy tan emocionada!

-Serás la novia más bonita del mundo

-Ay, me acuerdo de tu boda, no sé como, pero parecias una princesa, mami. No creo que haya novia más bonita que tu.

-Tu la serás. Vamos por tu abuela, se hace tarde

                ********************
-Te ves hermosa, princesita-dice Fernanda

-Mamá, ¿qué opinas?-le dice, pero Lucero mantiene su mirada perdida-¡mamá!

-¿Qué?-contesta Lu volviendo en sí

-¿Qué opinas de este vestido?

-Ah, te ves hermosa, mi bebé. Como siempre-dice absorbiéndose nuevamente en sus pensamientos

-Bueno, me voy a medir otro-dice Steph algo desanimada por la actitud de su mamá.

-¿Hija?-la llama doña Fernanda, pero no recibe respuesta-¡Lucero!

-¿Qué?

-¿Qué te pasa?

-¿A mi?

-Si, a ti. ¿Conoces otra Lucero?

-No

-¿Entonces?

-Nada. No me pasa nada.

-A mi no quieras mentirme, Lucero, soy tu mamá y te conozco perfectamente

-¿Qué quieres que te diga? ¿Que estoy muy feliz?-pregunta a la vez que empieza a llorar-Pues sé que debería porque mi bebé se va a casar, pero no es así. Ahorita mismo no estoy feliz, me duele el alma.

-¿Por qué dices eso? ¿Qué pasó?

-Le pedí el divorcio a Fernando. Y lo lamento, intento darle la mejor sonrisa a mi hija, pero no soy de piedra y no estoy bien.

-Mi vida-dice abrazándola-¿Puedo preguntar que pasó para que tomaras esa decisión?

-No, lo mejor es que el pasado se quede donde está y él para mi ya es el pasado. Uno que en su momento fue muy bonito, pero que no tuvo el mejor final. Igual y ya sabía que todo era demasiado bueno para ser mi vida.

-¿Por qué no mejor hablas con él y resuelven sus diferencias?

-No hay nada que hablar, mamá. Entre él y yo ya no hay, ni va a haber nada.

-Te equivocas. Entre el y tu siempre van a haber cinco hijos maravillosos, de los cuales tres aún dependen de los dos.

-Lo sé, pero como pareja, ya no. No tiene solución...

-Bueno, mi niña, entiendo que estás muy triste, pero disimula con Stephania, hoy es uno de los días más felices para ella y no debes arruinarselo.

-Perdón por sentirme una porquería porque mi vida es una mierda.

-¡Deja el sarcasmo conmigo!

-¿Qué les parece este?

-Estás muy hermosa, mi amor, creo que deberías apartarlo

-Pero ¿por qué lloras ahora, mamita?

-Por nada, voy a estar bien. ¿Te vas a medir el otro o te quedarás este?

-¡Este me encanta! Me siento casi tan bonita como estuviste tu.

-Estás mucho más hermosa, mi princesa. ¿Verdad, mamá?

-Las dos son igual de hermosas

-Ay, abuela, así no se vale, solo una

-¿Quieres que escoja entre mi hija y mi nieta?

-Si, mamá

-Bueno, entonces mi nieta

-Entonces gano yo-dice Lu entre risas

-Me voy a medir otro, quiero ver más opciones...

-Si, pero apartas este

-Si, má-dice entrando nuevamente al vestidor con una sonritosa en la cara

-¿Ves? No te costó nada verte un poco más entusiasmada

-Si me cuesta mucho. Estoy mal, mamá, quisiera estar encerrada en mi habitación y pasar todo el día llorando

-Aún lo amas

-Claro. Yo nunca podré dejar de amar a esa basura...

-¿Qué fue lo que te hizo Fer, mi amor?

-No importa... Es una historia larga que prefiero no recordar.

                *********************
Los meses fueron transcurriendo. El divorcio ya había salido y estaba listo para firmarse. Ambos acudieron al despacho del abogado que estaba llevando el caso. Mientras esperaban sentados al mismo, se hizo un silencio muy tenso, hasta que Fer decidió romperlo.

-Hola, Lu. Estás hermosa.

-Gracias.

-¿Cómo has estado?

-Bien.-dice con la mirada baja y tratando de contener las lágrimas

-Todavía estamos a tiempo, princesa. No quiero divorciarme de ti, yo te amo. Te extraño y te necesito.

-Yo si quiero divorciarme.

-Mírame a los ojos y dime que ya no me amas

-No puedo

-¿Por qué?

-Porque si te amo, pero ya no quiero estar contigo... No puedo y ya no me hables más.

-¿Qué pasó con el para siempre?

-Tu te encargaste de acabarlo.

-Señores Colunga, pueden pasar.

Se sentaron al frente del abogado. Lucero fue la primera en firmar, vaciló un poco, pero lo terminó haciendo. Sentía que las lágrimas comenzarían a descender por sus mejillas en cualquier momento y no quería hacerlo, no en frente de él. Era su turno de firmar, Lucero lo miraba.

-Perdóname, Lucero, yo no voy a firmar esto-dice rompiendo el contrato de divorcio dejándola totalmente atónita y con la boca abierta. Salió del despacho y Lucero tras él.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué lo rompiste?-dice deteniendolo por el brazo

-¿Por qué? No me voy a divorciar de ti. Te amo, no pretendo acabar con nuestro matrimonio y no tengo más que hablar sobre este asunto.

-No puedes hacerme esto. No seas tan egoísta-para este entonces Lucero ya era un mar de lágrimas, salían sin control.

-No llores-dice secándole las lágrimas-sabes que odio que llores

-Es que tienes un afán por mantenerme atada a ti y no quiero. No después de lo que me hiciste.

-¿Me puedes decir qué te hice?

-¡No seas cínico! Como si no lo supieras...

-Yo voy a luchar por ti-dice robándole un beso-te amo

                 ******************
-Alejandra, estuvimos hablando con Nico y queremos hacer algo para que mamá y papá no se divorcien. ¿Nos ayudas?

-Obvio no, tengo cosas más importantes por las cuales preocuparme

-¿No te importa nada lo que esta pasando?

-No, la verdad no. Son sus vidas, que hagan lo que les de la gana.

-Alejandra, estás muy mal. Mi mamá nunca había sufrido tanto desde que tengo uso de razón. Se la pasa todo el día llorando ¿cómo puede no importarte?

-Ella está sufriendo porque quiere... ¿Para qué le pidió el divorcio a mi papá?

-¡Eres una estúpida!

-Ey, a ver, ¿qué pasa aquí?-dice Steph entrando en la habitación

-La idiota esta no le importa lo que mi mamá está sufriendo y eso me molesta demasiado!

-¿Cómo?

-Mi mamá es una ñoña, se busca su sufrimiento y pues, me vale todo lo que sienta o deje de sentir. Es culpa suya.

-Eres muy malagradecida, Alejandra! ¿Cómo puedes ser así después de todo lo que ella ha hecho por ti?

-Pues es su obligación, yo no le pedí tenerme.

-Ella ni siquiera te tuvo-grita Steph alterada

-¿Cómo?¿De qué estás hablando?-dice, pero Steph se queda muda, en shock-¡Habla, estúpida!

-Yo...

-Mamá-grita Alejandra saliendo de la habitación y entrando a la de Lu-mamá

-¿Qué pasa, mi amor?

-¿Cómo está eso de que yo no soy tu hija?-responde Alejandra con lágrimas en los ojos

-¿De dónde sacaste eso?

-Stephania me lo dijo

-Mi vida, ven, tenemos que hablar

-Entonces, ¿es verdad?-dice derramando una lágrima-¿Y yo soy la única que no es hija suya?

-No, mi amor

-Katia y Nicolás si

-Si, ellos si, cuando llegaste a nuestras vidas, yo estaba de ocho meses.

-¿Por eso es que Stephania es tu favorita?

-¿Cómo crees, mi chiquita? Yo no tengo ningún hijo favorito, todos ocupan el mismo lugar en mi corazón, pero es que ella y Oliver son más apegados a mi y ustedes tres a su papá. Pero eso no tiene que ver, los amo a todos igual.

-Mamá, perdóname, no quería decirle nada-dice Stephania entrando a la habitación

-Está bien, en algún momento tenía que decirselo, dejenme sola con ella

-Má, yo me parezco mucho a Oliver, ¿cómo puede ser eso?

-Oliver si es tu hermano de madre y padre

-Bueno, al menos no soy la única que no es tu hija

-Ven-dice dando unas palmaditas en el espacio vacío a su lado donde Alejandra se acostó. Lucero la abraza y dice-Hace muchos años, cuando tenía 23 conocí a tu papá. Yo era una mujer casada, pero me enamoré de él. Mi esposo era novio de tu tía Fiore en ese momento y yo lo sabía, entonces yo me dejé llevar y nos hicimos novios. Después de eso mi esposo se enteró y me dijo que si no lo dejaba, lo iba a matar. Entonces lo alejé de mi y en su nuevo trabajo conoció a tu mamá. Ella era una mujer muy bonita, se llamaba Jeanny. Luego descubrí que estábamos esperando a Stephania, fue la mejor noticia que pude recibir, tu papá regresó conmigo, éramos muy felices. Pero tu mami se embarazó de Oliver y yo me alejé nuevamente. El bebé nació enfermito y él se casó con ella por ciertas cosas que pasaron, mi niña y yo estábamos solas con Fiore, para ese entonces mi esposo ya había muerto. Después de eso pasaron muchos años, se divorciaron y planeábamos nuestra boda, me quedé embarazada de tus hermanos y tu mamá de ti...

-¿Y otra vez dejaste a mi papá?

-No, porque yo sabía que Fer me era muy fiel y que no me haría una cosa así...

-¿Y entonces?

-Pues nada, fueron pasando los meses y tu hermanito se enfermó muy gravemente, le daban unas horas de vida, pero logró superarlo y cuando estaba en recuperación, tu papá y Jeanny discutieron y ella se puso de parto. Se complicó y ella eligió salvarte la vida a ti, Fernando no quiso, pero el destino le jugó una mala pasada y después de pedirle que te criáramos y te amaramos como lo haría ella, murió. Dos días después tu llegaste a mi vida y no te niego que me dio mucho miedo al principio, pero te ame desde el primer momento. Podré no haberte dado la vida, pero tu eres mi niña, una de mis tres bebitas y te amo, mi amor.

-No sé que decirte-dice con la voz quebrada-gracias por ser mi mamá y por haberme aceptado cuando no tenías ninguna obligación. Te amo, mamá. Pero ¿puedo pedirte una cosa?

-Claro, la que quieras

-Quiero conocer a mi mamá

-Yo misma te llevaré con ella, pero hoy no, no me siento muy bien.

-¿Es por tu divorcio de mi papá?

-Si, mi amor

-Mami, pero si estás tan triste ¿por qué te vas a divorciar? Tu lo quieres

-Yo sé, mi amor, pero a veces las cosas no se dan y no es suficiente querer.

-Papá te ama...

-También lo sé, pero algún día lo entenderás.

Pasaron las horas y estaba todo muy tranquilo en la casa, le extrañó no escuchar pelea alguna entre sus hijas. En eso entra Oliver.

-Mamá

-¡Mi bebé!-dice abrazándolo

-¿Cómo bebé? Má, me dijeron que Alejandra ya sabe todo... ¿Cómo se lo tomó?

-Mucho mejor de lo que yo esperaba, la verdad me extrañó mucho, pero así fue.

-Al parecer mi hermanita está madurando...

-Sé que va a ser difícil para ella, pero...

-Tu has sido una excelente mamá para nosotros dos, ella te ama igual que yo. Gracias por tanto, mamá, te juro que doy gracias a Dios por permitirme tenerte a ti como sustituta de mi mamá QEPD.

-Te amo, mi niño

                  *****************
Había llegado el día de la boda, todo estaba perfectamente bien arreglado y la novia lucía espectacularmente hermosa...

-Mami, ¿y si no viene?

-Ay, hija, no estés nerviosa, princesa. Es obvio que si va a venir, Jorge te ama mucho

-¿Y si no resulta?

-No pienses eso, no hoy.

-Mamá, es que me da miedo... Papá y tu se aman como locos y están por divorciarse y lo más probable es que sea todo por un malentendido

-Pero no tiene porqué pasarte. Hoy es el día de tu boda y debes estar feliz, no pensando cosas feas.

-Tienes razón, es que estoy muy nerviosa

-No tienes porqué-dice abrazándola

-Ya llegó la limo-dice Fernanda entrando a la habitación

La limo llevo a Steph, su mamá, abuela y hermanas a la iglesia donde se llevaría a cabo la ceremonia. Ya todos habían entrado, excepto su papá que la esperaba con una sonrisota en la cara. Ella sabía que en el fondo se quería morir y que estaba celoso, pero también estaba feliz de verla así.

-Princesa, estás demasiado preciosa. Cásate conmigo mejor...

-Tu estás casado con mi mami-dice entre risas-y mírala, ¿verdad que está hermosa?

-La más hermosa de todas-dice mirando a Lu. Ella se sonroja un poco y desvía la mirada ¿Por qué tenía aún ese efecto en ella? Se preguntaba.

-Ya, vamos a entrar, se hace tarde-dice Steph-quería ser la primera novia puntual

-Princesa, tienes media hora de retraso-dice Fer en tono burlón

Lucero y Fernanda entraron a la iglesia y se sentaron en sus lugares. La primera persona que Lu vio al entrar fue a la socia de Fernando, Estela, ¿Qué hacía ahí si nadie la había invitado? La marcha nupcial comenzó a sonar y el desfile con ella. Llegaron hasta el altar donde Fernando le pidió a Jorge que cuidara a su bebé, luego se fue a sentar junto a Lucero y la ceremonia comenzó. Estaban todos muy atentos, pero Fer no podía quitarle la mirada de encima y no precisamente a la novia, a ella...

-¿Sabes? Te quiero en una cama, debajo de mi y vestida únicamente con esos tacones-le susurra a Lu

-¡Fernando! Estamos en una iglesia, respeta.-le reprende en el mismo tono.

-Pensé que me dirías que eso no iba a pasar.

-Pues no, no pasará...

-Veremos. Causas un gran efecto en mi.

-No me digas.

-¿No me crees?-dice tomándole la mano y colocándola allí.

-¡Fernando! Ya dejame en paz o le diré a mi mamá que cambie de lugar conmigo.

-Está bien-dice y unos segundos despues entrelaza su mano con la suya lentamente y esboza una gran sonrisa al notar que ella no la retiraba.

La ceremonia fue perfecta, hermosa y muy emotiva. Todos les aplaudían a los novios cuando salieron de la iglesia, los felicitaban y saludaban. Pero no todo quedaba ahí, como siempre, había una gran celebración por la unión y se llevaría a cabo en el salón de un hermoso hotel. Ya todos habían llegado, ocupaban sus respectivos lugares y se ponían al día con las cosas ocurridas en sus vidas. Lucero estaba parada cerca de la pista de baile, apoyada en una columna, Fernando lleva mirándola varios minutos, hasta que decide ir hacia ella.

-En la iglesia te veías hermosa, pero aquí, me estás torturando, ¿crees que tenga que ver que aquel era un lugar sagrado?-le dice muy cerca.

-No, mi amor, porque igual eso no te importó.-responde sarcásticamente y sin moverse de posición

-Solo soy un hombre. ¿Bailas conmigo?

-No.

-Por favor, te prometo que no te molestaré con mis comentarios.

-No.

-¿Quieres que te ruegue delante de todos? Yo lo haría.

-No quiero que me ruegues, no voy a bailar contigo.-dice dándose la vuelta y quedando frente a frente

-Me muero por devorarte los labios a besos.

-¡No te atrevas!-dice sin moverse-No quiero nada contigo.

-No me mientas.

-No tengo porqué hacerlo.

-Pues ya lo hiciste porque te sonrojaste y eso te delató.

-Eres un idiota.

-Un idiota que te ama como nadie en este mundo. Baila conmigo-dice tendiéndole la mano, otra vez lo iba a rechazar, pero vio que Estela se acercaba a ellos y no tenía como negarlo, estaba celosa. Se ponía celosa de solo imaginarlo cerca de ella, así que tomó su mano y aceptó bailar la canción que sonaba con él.

-Princesa, dame una oportunidad, por favor.

-Fernando, no.

-Si quieres me arrodillo ante ti frente a todas estas personas, pero te necesito y te amo.

-No hagas eso, por favor.

-Dame una oportunidad de demostrarte que puedo ser el mejor padre y esposo.

-Sé que eres el mejor papá que pude escogerle a mis hijos...

-¿Tan mal esposo fui?

-No, solo tengo una queja de ti y es la razón por la cual no puedo regresar contigo

-¿No te hice sentir mi amor lo suficiente? Prometo que te voy a consentir más y seré más detallista...

-Fer, no es eso. Déjalo, ¿si? Por favor, se está volviendo un poco incómodo. Además, sabes lo que me hiciste.

-No, no lo sé.

-Déjalo así, me voy a enojar y no quiero... Hoy no.

-Lucero, te juro que te amo y no importa lo que tenga que hacer para demostrartelo, lo haré-dice haciendo una señal que el DJ captó al instante y cambió de una melodia alegre y movida a una suave y romantica

-No puede ser-dice Lu conteniendo las lágrimas-Amor del bueno.

-Nuestra canción-dice acercandola más a su cuerpo. Ella rodeó su cuello con sus brazos y se dejaron llevar por la canción.

-Tu hiciste esto...-le susurró

-Para ti, princesa, te amo con mi vida

-No sé como te acuerdas, solo la escuchamos dos veces juntos-dice sonriendole y secandose las lágrimas que salían de sus ojos

-El día que la elegimos y el día de nuestra boda. Todo lo que tiene que ver con nosotros lo recuerdo, eres mi tesoro más grande, mi amor.

-Te amo

-Nuestras tres hijas nos están mirando fijamente, como esperando que pase algo

-Vamos a darles gusto...

-¿Qué?

-Bésame...-Y así lo hizo. Se besaban con mucha ternura y amor mientras seguían danzando al compás de la música. Todos los veían y susurraban, pero en el fondo estaban felices por ellos, pues sabían todo lo que habían pasado por estar juntos y estaban en proceso de separación a pesar del sentimiento tan grande que los unía.

-Lu, te prometo que...

-No-lo interrumpe-quiero darle vacaciones a la razón esta noche. No me hagas pensar, por favor.

-Te amo.-dice plantandole un beso en la frente

-Yo te amo más, mi cielo.

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-Steph, ¿dónde está mamá?-Pregunta Katia

-No sé, preguntale a Val

-Ya lo hice y tampoco sabe

-Hace rato que no la veo

                   ******************
-Te amo-dice Fer mientras se besan salvajemente

-Te necesito dentro-dice Lucero mientras caminan a la cama rápidamente. Ella cae primero y el encima de ella sin dejar de besarla.

-Eres tan hermosa...

-Espera-dice apartándolo

-¿Qué pasa?

-Si nos quedamos aquí, ¿cómo se regresan a casa los tres niños?

-Oliver trajo su auto-dice haciendo ademán de volver a tirarse encima de ella

-No-dice parandolo-Oliver de aquí se va al aeropuerto, irá de viaje

-¿Tu mamá?

-Se quedará con una amiga...

-No los van a dejar aquí, además no tardarán mucho en notar nuestra ausencia-dice con una sonrisa pícara-date la vuelta

Fernando fue bajando el zipper del vestido lentamente y a la vez le dejaba un caminito de pequeños besos en la espalda. Lucero suspiraba. Hacía tanto tiempo que no estaban así que sus cuerpos pedían a gritos unirse, se extrañaban. Cuando por fin sacó el vestido, ella dio la vuelta nuevamente y se besaron con mucha pasión y posesión hasta que rompieron el beso por falta de oxígeno.

-Tu cuerpo me mata...-dice Fer mordiéndose el labio inferior

-Yo estoy casi desnuda y tu estas vestido, así no se vale, mister-dice colocándose encima de él y halándole la corbata-es mi turno de sacar alguna prenda, ¿no crees?

-Haz conmigo lo que quiera, Madame-le responde sujetándole las caderas y pegándola mas a su cuerpo

-¿Lo que quiera? Eso suena muy tentador-dice sacándole la chaqueta y besándolo nuevamente para pasar inmediatamente a desabrochar los botones de su camisa. Los últimos tres salieron volando porque al desesperarse optó por romperla

-Era Armani...

-Te compro otra-dice besándole el cuello y bajando por su pecho hasta llegar a la cinturilla del pantalón-me quiero portar mal

-No te preocupes, yo después te castigo

-Algo me dice que ese castigo me va a gustar-dice en tono seductor que hace que Fer trague con dificultad-y mucho. Tengo una idea

-¿Qué vas a hacer?

-Amarrarte

-No, primero quiero amarte y después haces todas las travesuras que quieras-dice quedando encima de ella nuevamente. Terminaron de sacarse las últimas prendas que les quedaban y luego de los jueguitos preliminares, se fundieron en uno solo. Lucero gemía muy fuerte y Fer se excitaba cada vez más, iba muy rápido hasta que llegaron a un momento de liberación donde se sintieron plenamente felices como la primera vez. El se dejó caer encima de ella y en esa posición estuvieron durante un buen rato.

                    ***************

-¿Qué vamos a hacer?-dice Fer dandole un beso en la frente. Luego de tomar un baño donde las cosas no pasaron de unos besos y caricias muy sugerentes, se acostaron abrazaritos como lo habian hecho incontables veces durante los 20 años que llevaban juntos.

-No sé, mi amor. Después de esto es ilógico que te niegue que te amo como el primer día, pero...

-Pero nada. Si tu me amas y yo me muero por ti, ¿por qué no podriamos estar juntos?

-¿Qué seriamos? ¿Amantes?

-Seguimos casados, princesa.

-Pero tienes novia

-No tengo novia

-No arruinemos este momento, por favor.

-Te juro que no sé como he vivido todos estos meses sin tenerte entre mis brazos

-Yo tampoco, te extrañé

-Yo a ti, mi princesa. ¿Vamos a dormir aquí?

-Si, quiero amanecer a tu lado.

-Tus deseos son ordenes, mi amor.

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Sentía calor, mucho calor, peleaba con las sabanas, se movía en la cama y el calor no disminuía. Era como si estuviera dentro de un horno, pero no habia fuego en la habitación... ¿O si? Lentamente abrió los ojos para encontrarse con el cuerpo de su esposo abrazado al suyo y no pudo evitar sonreir. Se acomodó mejor entre sus brazos y se dispuso a seguir durmiendo cuando su celular sonó. No quiso que se despertara, así que tomo el celular rapidamente y contestó.

-¿Hola? ¿Qué pasó?

-¡Mami! Hasta que contestas...

-¿Pasó algo?-dice sentandose de golpe, despertando a Fernando- son las 5am

-No, mamá, es que estabamos todos preocupados. Desapareciste de repente ¿sabes algo de papá?

-Katia, ¿con quienes están?

-Mis hermanos

-¿No viajaron?

-No, estabamos todos muy preocupados

-Pásame con Steph

-¿Qué pasa?-pregunta Fer aún medio dormido

-Está todo bien, estaban preocupados porque desaparecimos...

-¿Mamá? ¿Dónde estás? ¿Sabes algo de papá?-pregunta Steph al otro lado de la linea

-Si, pequeña. No debiste perder tu vuelo.

-No importa, fue por algo importante. ¿Estás con mi papá?

-Si, estabamos platicando y nos quedamos dormidos

-¿Se reconciliaron?

-No-dice a la vez que intenta apartar a Fernando que le besaba el cuello-solo hablamos

-Supongo que ya vas a esperar a que amanezca para regresar a casa. Igual y están casados, no hay nada de malo en que duerman juntos.

-Tienes razón...

-Descansen.

-Los amamos

-Nosotros a ustedes

-Nos vemos en un rato

                   ******************
-¿Mamá?-dice Steph entrando en su habitación

-Hola, mi amor-dice secándose las lágrimas que mojaban sus mejillas

-¿Por qué lloras? ¿Pasó algo?-dice sentandose a su lado y abrazandola

-Si, pero no importa, voy a estar bien.

-Má, vine a verte por muchas razones, pero principalmente porque Alejandra me llamó

-¿Qué te dijo?

-Que hace más o menos un mes estás saliendo todos los días con un hombre y que a veces no regresas a dormir.

-¿Cómo sabe eso?

-No lo sé, pero ahora tengo claro que es cierto

-Lo lamento, es que lo amo-dice desatando el llanto de hace rato

-¿Lo conozco?

-Si

-¿Puedo preguntar quien es?

-No

-¿Y mi papá?

-¿Qué pasa con él?

-Quería que volvieran a estar juntos.

-Eso no va a pasar...

-Má, ¿qué fue eso que te hizo mi papá?

-No voy a hablar de eso contigo

-¿Por qué no? Soy una mujer, estoy casada y espero un bebé. Ya no soy una niña.

-Tu siempre vas a ser mi bebé

-Pero ya crecí y puedes confiar en mi...

-Está bien-dice luego de un suspiro de rendición-tu papá me engañó con otra mujer...

-¿Qué? ¡Eso es imposible!

-¿Me vas a dejar hablar?

-Lo siento, continúa...

-Tu papá me engaño con Estella. Durante unos meses fue motivo de discusión. Ella lo llamaba y enviaba mensajes a horas imprudentes y sus mensajes eran raros. El que jamás olvidaré decia "Fue una estupenda noche, nos vemos mañana" con corazón y todo incluido

-Mamá, eso no significa nada, es su socia.

-Lo sé y yo siempre he confiado mucho en Fernando, pero luego llegaron unas fotos y me rompieron el alma

-¿Qué hay en las fotos?

-Ellos teniendo relaciones

-No puede ser. ¿Tienes esas fotos?

-Si, pero ¿por qué?

-Es que no puedo creer que mi papá te haya hecho algo así... El te ama y me consta

-Te voy a mostrar solo una-dice buscando entre sus cosas y sacando un sobre amarillo y de él, una foto

-Está de espaldas. ¿Mi papá tiene un tatuaje?

-Por supuesto que no

-Este tipo tiene un tatuaje, está medio oculto, pero se puede ver

-Dejame ver eso-dice quitandole las fotos de las manos

-¿Te das cuenta que casi terminas tu historia con mi papá por una mentira? ¿Ahora por qué lloras?

-Estoy feliz, aliviada

-¿Por no haberte divorciado?

-Por eso y por otra cosa, pero te cuento después, tengo que salir

-¿A dónde vas?

-A ser feliz-dice antes de salir por la puerta. Condujo varios minutos y se detuvo frente a una casa, la casa donde había dormido todos los días del último mes y toco el timbre. Un hombre abrió la puerta y ella se lanzó en sus brazos dándole el beso más hermoso y lleno de sentimientos sinceros.-perdoname, por favor, fui una estupida

-Lu, ¿qué pasa? Estás temblando-dice Fer preocupado

-Estoy bien. Perdoname por favor, sé que debí confiar más en ti y que por celosa casi perdí lo que tenemos, pero te amo. Perdoname, por fvor

-¿De qué hablas? No entiendo nada

-Es que casi acabo con mi matrimonio por una mentira-dice sacando las fotos de su bolso

-¿Qué es esto?

-Lo que me envió Estella después de meses de decirme que me eras infiel con ella. Me llené de celos y me lastimé yo sola, nos lastimé. Perdóname, por favor-llora abrazandose a él

-Me duele que hayas desconfiado así de mi... Es obvio que en este matrimonio todo está mal

-¿Te quieres divorciar?

-Mejor-dice arrodillandose frente a ella-¿te quieres casar conmigo otra vez? Vamos a olvidar todos nuestros errores y comenzar de nuevo. ¿Aceptas?

-Por supuesto que si-dice lanzandose en sus brazos y regalandole un gran beso-tengo otra cosa que decirte

-A ver

-Cierra los ojos y abre las manos

-¿No estoy un poco grande para eso?

-¡Hazlo!

-Está bien-dice siguendo sus ordenes. Lucero entra las manos nuevamente en su bolso y saca un papel doblado y lo coloca en sus manos-¿qué es esto?

-Ábrelo-dice con una gran sonrisa en la cara, cual no cambió mientras veía como Fer leia el papel

-¿Estás embarazada otra vez?-dice paralizado y con lagrimas en los ojos

-Si, mi amor, vamos a ser papás otra vez

-6 hijos... Te amo, mi princesa, gracias por este hermoso regalo-dice besandole el plano vientre y luego sus labios

-¿Ahora si será para siempre?

-Ahora si, te lo juro-dice Fer, sellando ese hermoso monento con un tierno beso.

domingo, 16 de marzo de 2014

Capítulo 46-Final

Y que llegamos al final de esta historia!!! El capítulo esta bastante larguito, pero espero que les guste de corazon. Gracias por haber aguantado los mil años que tarde en subir los caps y sobretodo gracias por sus comentarios, por su apoyo y por acompañarme hasta acá. Gracias! De verdad que quiero mencionarlas a todas, pero no quiero que se me quede ninguna, asi que tu, la que esta leyendo esto ahorita, gracias por todo<3 Habrá un epilogo que ya esta en proceso, prometo tenerlo listo prontisimo hahahaha! Bueno, les dejo leer el cap, que lo disfruten!

-Yo voy-dice Fer luego del suspiro de frustración de Lucero al escuchar el llanto de la bebé.

-Le acabo de dar de comer-dice Lu medio dormida

-Descansa, princesa, yo me hago cargo-dice dándole un beso en la frente-te amo

-Yo también te amo-dice antes de volver a caer en los brazos de Morfeo

Habían pasado dos semanas solamente y Alejandra lo hacía parecer dos meses. Lloraba mucho, comía el doble y no se dormía facilmente. Fernando se hacía cargo de ella todo el día pues sabía que Lucero no podía cansarse mucho.

Entró a la habitación de la cual salía el fuerte llanto, se acercó a la cunita de Alejandra y la tomó en sus brazos.

-Me recuerdas mucho a tu hermana-le dice a la nena que lo miraba directo a los ojos-¿sabes? Ella, igual que tu, lloraba mucho, mucho. Pero en ese entonces papá se comportó como un completo idiota con mamá por eso. ¿Puedes creerlo? Era una bebé lógicamente tenia que llorar mucho...

-Papi...-dice Steph desde la puerta

-¿Qué pasa princesa?

-Es que tuve una pesadilla y no quiero-dice la nena cubriendose el rostró con sus pequeñas manos y desatando un llanto amargo

-Ven princesa, ¿quieres contarle a papá?-dice sentándola en sus piernas

-Si. Es que soñé que estaban tu y mi mami en un cuarto blanco y mi mami gritaba de dolor. Tu le decías que no te dejara y luego llorabas porque mi mami se murió y no quiero que eso pase-dice la nena llorando más fuerte.

-Princesa, eso no va a pasarle a mami. Ella va a estar con nosotros siempre, te lo prometo.

-Papi, por favor, no dejes que mi mami se muera.

-Claro que no, mi amor, vas a ver que todo estará bien. Vamos a la cama.-dice Fer poniendo a la bebé en su camita.

-No quiero, tengo miedo

-Te voy a abrazar hasta que te duermas

-Está bien, pero no me dejes solita hasta que esté muy dormida

-No estarás sola, tu hermano estará contigo.

-Papi, Oliver no puede hacer que se me vaya el miedo, solo tu.

-¿Quieres dormir con mamá y conmigo esta noche?

-Si

-Vamos-dice levantándola del suelo y de repente escuchan un grito lleno de dolor proveniente de la habitación que compartían. Fernando y la nena se miraron a los ojos y Fer salió corriendo en dirección a la habitación-¿Qué pasó?

-Ya viene

-¿Quién viene?-pregunta la nena

-¡Fernando, haz algo! No te quedes parado como un idiota y llevame al hospital

-Pero estás de ocho meses...

-¡Eso ya no importa!

-Princesa-dice saliendo del trance colocando a Steph en el suelo y ayudando a Lu a salir de la cama-ve con tu abuela y dile que los mellizos están por nacer. Y luego ve a la habitación de tu tía y duérmete con ella ¿si?

-Si, papi...

-Fernando, Alejandra no puede quedarse sola-dice con mucha dificultad debido al dolor de una contracción

-Estará con Fiore

-Fernando, no. Llévala, mi mamá estará ahí para cuidarla.

-Lucero-dice doña Fernanda entrando a la habitación-¿Qué pasó?

-Ya vienen! Toma a Alejandra... Vámonos por favor

El tiempo transcurría mientras Lucero esperaba en la sala de partos el momento de que nacieran. Fernando estaba a su lado sujetándole la mano en todo momento y de vez en cuando besaba su frente. Lucero no lucía bien, estaba pálida y se había quedado dormida. Se estaba poniendo muy nervioso.

-¿Doctor?

-¿Si, Señor Colunga?

-¿Qué le pasa a Lucero?

-¿La señora no lo puso al tanto de la situación?

-No, ¿qué pasa?

-En la tarde que vino a revisión le detecté preeclampsia

-¿Qué dice?-Grita Fernando

-Íbamos a intentar controlarla bajo la responsabilidad de la señora. Yo quería inducirla al parto de inmediato, pero ella no quiso.

-A ver, ¿esto es ético? ¡Pude haber perdido a mi mujer y mis hijos por negligencia suya!

-Yo no puedo hacer algo en contra de la voluntad de mi paciente

-Doctor, si tiene que decidir entre la vida de mi mujer y mis hijos, sálvela a ella.

-Fernando, no, mis bebés...-dice Lu

-No

-Fer, por favor, mi vida

-Lucero, no, no voy a cambiar mi decisión. No quiero perderte, me moriría...

-Yo voy a estar bien

-Lo sé, sé que si

-Te amo-dice cerrando los ojos nuevamente para caer en un profundo sueño.

-Doctor, vi a la mamá de mis sobrinos morir hace dos semanas y estaba en el mismo cuadro que Lucero, igual con ocho meses solamente... Pase lo que pase, vele siempre por su vida.

-Necesito que me firme unos papeles

                        ********

-Lucero-dice el doctor moviéndola levemente para sacarla del sueño en el que estaba metida-¿Crees que puedas pujar? ¿Tienes la fuerza suficiente?

-Si

-¿Estás segura?

-Si

-Muy bien, cuando sientas una contracción, puja lo más fuerte que puedas

-Estoy contigo, mi amor-le susurra Fer al oido mientras ella puja por primera vez y al sentir que ella le apretaba la mano

-Lo estás haciendo bien Lucero, sigue pujando

-Me duele-dice Lu con la respiración muy agitada para seguir pujando

-Vamos, Lucero, un poco más, ya viene

-No puedo-dice soltando unas lagrimas

-Ya veo la cabecita, ¡puja!

La habitación se inundó de un fuerte llanto, la niña nació primero. Tenía cabello negro, era gordita y rosadita. Era la bebé más hermosa del mundo.

-Mi amor, no puedo tener al otro, siento que me voy…

-No, ¡no puedes irte! Te amo, mi vida, no puedes irte-dice Fernando aterrado-¡Haga algo, doctor!

-Vamos a practicarle una cesárea de emergencia.

-¿Eso hará que ella viva?

-No puedo responderle eso, nada es seguro, pero es lo único que puedo hacer

-Le dije que la salvara a ella-dice Fer alzando al doctor por el cuello de la camisa.

-Sáquenlo de aquí-dice el doctor a unos de sus ayudantes antes de comenzar a reanimar a Lucero luego que el marcapasos indicara que su corazón había dejado de latir

-Lucero-gritaba Fer- No me dejes, por favor. Te amo, no puedes morir...

Parecía que el tiempo se había detenido. No hacía más que llorar. No sabía nada de su bonita, ni de sus hijos y se estaba desesperando, de verdad necesitaba que le dijeran algo pronto o se suicidaría.

-Por favor, Diosito, no te lleves a mi Lucero. Tu sabes que sin ella yo no soy nada. Tenemos 5 hijos, 3 de ellos la esperan en casa y los otros 2 acaban de nacer. No puedes negarles el crecer con su mamá. Por favor. Sé que la promesa que te hice a cambio de que salvaras a mi hijo no la he cumplido por completo, pero prometo que lo haré. Por favor, déjamela por mucho tiempo más, tenemos demasiado por vivir y ella tiene que ver a los niños crecer. Llévame a mi, pero déjala a ella...

¿Qué habría pasado ahí dentro? Ella tenía que sobrevivir, si no ¿Qué pasaría? Tendría que criar completamente solo a sus hijos y no solo eso, cada que mirara a Steph la recordaría y eso terminaría por matarlo de dolor. ¿Podría amar a sus dos bebes sabiendo que por ellos el amor de su vida había muerto? No sabía la respuesta, lo lógico era que lo hiciera pues ellos no tenían la culpa, pero ¿Podría? La incertidumbre lo estaba matando, el tic tac del reloj no paraba de sonar, las horas no paraban de pasar, pero ¿había pasado tanto tiempo realmente? No, solo había pasado una hora y media que parecían días.

-Señor Colunga

-¿Pudo salvarla?

-Si, pero está muy delicada. La tuvimos que pasar a la UCI.

-¿Mis hijos?

-Acompáñeme a mi consultorio-dice caminando hacia allí.-siéntese

-¿Cómo están?

-La niña está muy saludable, mañana la pasaremos a maternidad, cuidados normales. Del niño lamentablemente no puedo decir lo mismo.

-¿Qué le pasa?

-Hicimos lo que pudimos

-¿Está muerto?-pregunta Fernando en shock

-No, pero es posible que sea ciego. En su caso ceguera puede ser temporal o permanente, eso solo el tiempo puede decirlo y no sabremos hasta dentro de unos meses si paso así o no. Lo lamento mucho, la verdad hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos por salvarlos a los dos.

-¿Lucero va a vivir?

-No puedo decirle si o no, pero esta mejor, aunque sigue delicada.

-¿Puedo verla?

-No hasta mañana.

-Gracias, doctor.

                           ****

-Me duele todo, llevo mucho tiempo dormida, pero sigo cansada. Supongo que estoy en la clínica, pero solo me acuerdo haber tenido a mi Katia, nada de Nicolas. Me pregunto como estarán mis chiquitos, sigo sin verlos. Mi princesa, Alejandra, Oliver, también necesito verlos. Tal vez Fernando los trajo mientras dormía-piensa Lucero-Hora de despertar, floja.

-Señora Hogaza, es bueno tenerla de vuelta

-¿Qué pasó? ¿Mis bebés...?

-Ellos están bien, usted no.

-¿Qué me pasa? Yo me siento bien...

-Llamaré a su doctor-la enfermera salió dejándola sola nuevamente. ¿Por qué no recordaba nada?

-Buenos días, Lucero. ¿Cómo te sientes?

-Bien, doctor.

-¿Mareada? ¿Débil? ¿Cansada? ¿Normal?

-No, solo un poco cansada, pero me siento bien. Normal.

-¿Qué es lo último que recuerdas?

-El nacimiento de mi niña. Doctor, ¿cómo están mis hijos?

-Ellos están bien, tu no

-Es la segunda vez que me dicen eso, ¿Qué tengo?

-Lucero, estuviste muerta por casi un minuto

-¿Qué? ¿Qué me pasó?

-Un paro cardíaco

-Pero mi niño no había nacido. Necesito verlo-dice Lu en ademan de pararse

-Tranquila-dice el doctor deteniéndola- el bebé está mucho mejor de lo que esperaba, el está bien.

-No lo estará diciendo para que no salga corriendo como una loca, ¿o si?

-No, Lucero. Me preocupas tu más que él.

-¿Tan grave es lo que tengo?

-Aún no estás fuera de peligro, tenemos que mantenerte bajo observación por 72 horas

-¿Puedo morir?

-Si

-Quiero ver a Fernando, por favor

-Lo haré pasar en cuanto termine de revisarte-dice colocándole un aparato de medir la presión-No te muevas

                         ******

-Fer, mi hija va a estar bien

-No lo sé, necesito verla, que me digan como está todo...

-Ten paciencia, mi chiquita es fuerte

-Fernanda, Lucero ya no es una niña-dice riendo

-Lo sé, pero siempre será mi bebé, aunque tenga 100 años

-Se va a querer morir cuando sepa lo de Nicolás

-Mi niña no merece sufrir tanto.

-Lo sé, te juro que preferiría cargar yo solo con todo el dolor y hacer que ella sea feliz. Lo merece mas que nadie...

-No es seguro lo del bebé

-No, pero es lo más posible y prefiero no descartarlo

-Yo tengo fe en Dios, eso no va a pasar

-Buenos días-

-¿Qué haces tu aquí?-dice Fer al ver de quien se trataba

-Vine a ver a mi hermana

-Bien sabes que ni ella, ni yo te queremos cerca, maldita arpía

===Flashback===

-Hermanita, ¿podrías ir por agua a la cocina para tomarme las vitaminas, por favor?

-Si-dice levantándose del sillón. Al entrar la cocina se encontró con Fernando preparando la cena y sin mas posó sus manos sobre sus nalgas dandole un leve apretón

-Pero que... ¿Qué haces, maldita sea?-dice Fer apartandose inmediatamente

-Desearte como una loca

-Estás casada, mi mujer es tu hermana y aparte yo no te deseo

-Sebastián me engaña, me da igual Lucero y aparte soy rubia, mis ojos son azules, soy el sueño de todo hombre

-Mi único sueño es Lucero

-Pero está gorda y fea

-Primero, no está gorda, está embarazada y segundo, es la mujer más hermosa que hay en este mundo

-No más que yo. Anda, no te vas a arrepentir, además ella no se va a enterar y si se lo dices, yo negaré todo a ver a quien le cree. ¿Te arriesgarás a que mi hermana te deje?

-Lárgate de mi casa-dice Lucero desde la puerta de la cocina-No te quiero volver a ver otra vez en mi vida!

-Lucero, yo...

-¡Que te largues!-Le grita notablemente molesta

==================

-Vete de aquí

-No me iré hasta verla y a mis sobrinos

-Mi mujer está en la UCI y a mis hijos no los vas a ver. Vete de aquí

-Fer, cálmate-dice doña Fernanda-señorita, retírese por favor

-Es mi hermana

-No pensó lo mismo cuando se le lanzó a su prometido sin importarle lo que ella pudiera sentir, ¿o si?

-Esto no se queda así-dice saliendo de la sala

-No puedo creer que sea tan cínica

-Y no sabe nada...

-Señor Colunga...

-Doctor, buenos días-dice estrechándole la mano-¿Como está mi Lucero?

-Lucero ha mejorado bastante, pero aún no está fuera de peligro. Me pidió verlo

-¿Puedo pasar?

-Si, pero no puede quedarse mucho tiempo. Venga conmigo.

                         *****

-Mi reina-dice Fer sentándose a su lado y tomando su mano entre las suyas

-Mi vida-dice sonriéndole

-Te amo, princesa

-Yo también, mi amor-dice acariciándole la mejilla derecha

-¿Cómo te sientes?

-Bien, tranquila. ¿Y los bebés?

-¡Hermosos! La nena sacó todo de ti, de mi solo el cabello. El niño es igual a mi cuando era un bebé... No pudieron salirnos más lindos.

-Mi amor, quiero que me prometas algo

-Dime

-Si yo no lo logro, tienes que cuidar a todos nuestros hijos y vas a buscar a otra mujer que te quiera y los críe contigo.

-No, tu vas a estar bien

-Yo lo sé, mi vida. Pero solo Dios sabe lo que va a pasar y si él quiere que yo me vaya, tengo que asegurarme que vas a hacer lo que te pido.

-Te lo prometo, princesa, pero vas a estar bien, yo sé que si. No puedes dejarnos...

-Señor, ya tiene que salir-dice una enfermera desde la puerta de la habitación

-Te amo-dice Lu dedicándole una sonrisa

-Te amo más-dice tomando su cara entre sus manos y uniendo sus labios en un tierno beso

-Señor...

-Te amo-dice saliendo de la habitación

-¿Cómo te sientes?-dice la misma enfermera inyectando un medicamento al suero

-La verdad me siento muy mal, tenía que disimular ante él.

-¿Qué sientes?

-Me duele el vientre y siento como si me pasó un tren por encima.

-Es normal, linda. Se irá pasando con los días. Tus bebés son muy bonitos, felicidades.

-Gracias, la verdad me ilusiona verlos pronto-dice con una sonrisa medio triste en la cara

-Estás mejorando, pero debes tener paciencia

-¿Crees que sobreviva? Tengo cinco hijos pequeños, no puedo morirme

-¿Cinco? ¿Y a que edad comenzaste a tenerlos?-pregunta la enfermera en broma

-Solo tres de esos cinco son mios, mi princesa, Steph, tiene cinco años y los mellizos que nacieron ayer

-¿Ayer?

-Si

-Lucero, eso fue hace una semana y media

-¿Cómo? Eso no es posible.

-Estuviste en coma, ¿No te habían dicho?

-No puedo creerlo

-Pero ya estás mucho mejor, creo que tres días más estarás en observación

-Quiero ver a mis hijos... ¿Qué si me muero?

-No pasará eso, vas a estar bien.

                           *****

-Papi-grita Steph al correr a los brazos de su papá- ¿y mi mamá?

-Mamá ya está bien-dice levantándola del suelo y besando su mejilla-¿Qué haces despierta a esta hora?

-Estoy esperando a mi tía Fiore para dormirme con ella. Extraño a mi mamita y ya quiero verla

-¿Quieres dormir con papá?

-Siii! Pero papi...

-Dime

-Cuando me quede dormidita quiero que te vayas a cuidar a mi mami.

-Princesa, esta noche me quedaré a cuidarte a ti y a Val y a Oliver

-Papi, quiero devolver a Alejandra a la tienda donde la compraron porque llora demasiado.

-Bebé, eso no puedes hacerlo con tu hermanita. Los bebés no se compran en tiendas, se hacen con mucho amor

-¿Cómo se hacen los bebés?

-Princesa, es tarde, vamos a la cama

-Está bien, pero primero dime como se hacen los bebés

-Mañana, vamos a dormir. ¿Te lavaste los dientes?

-Si

-¿Te bañaste?

-También. Pá...

-Dime

-¿Cuándo voy a ver a mi mamá?

-No lo sé, princesa. Pero será pronto, te lo prometo. ¿a donde fue tu tía?

-No sé, salió con el papi de su bebé

-¿Fiore está embarazada?

-Papi, solo tengo cinco años, no sé

-¿Entonces porqué dices que salió con el papá de su bebé?

-Porque ayer vino y yo los espié y el le dio un besito en la boca y mi mami me dijo que eso solo lo hacen los papás

-Ay, chiquita, no sabes como te amo-dice entre risas y muriendo de ternura

-¿Me lees un cuento, papito?

-¿Cuál quieres hoy?

-La Bella Durmiente

-Está bien

                       ********

En un auto, cerca de la mansión Colunga-Hogaza, se encontraba en un auto, una pareja de enamorados compartiendo besos y caricias. Cualquiera que los viera podría decir que era una pareja de recién casados, pero la realidad distaba de eso. Ella, una mujer soltera y él un hombre que tristemente estaba casado y con una hija. Pero ¿acaso importaba? Se amaban, eso era lo importante en ese momento.

-Esto está muy mal-dice ella separándose de él.

-Lo sé, pero te amo.

-Eres un hombre casado

-Si, pero ya pedí el divorcio, solo quiero estar contigo

-¿Y tu hija?

-Seguirá siendo mía, solo que sus padres estarán separados

-¿Por qué te enamoraste de mi si durante años se notaba que la amabas?

-Porque ella cambió, exigía cosas que yo no podía darle, se volvió fría y mala persona. Ya no la soporto más.-dice, pero es interrumpido por el celular de ella

-¿Bueno?-contesta

-¿Fiorela?-dice un hombre del otro lado de la línea

-¡Fer! ¿Qué pasó? ¿Está Lucero bien?

-Si, está bien, te marco para preguntarte si te tardas, estoy en casa.

-No, ya voy llegando. ¿Está todo bien?

-Si, ¿te espero despierto o tienes llaves?

-Todo bien, ve a dormir.

-Está bien, buenas noches.

-Chau

-¿Qué quería Fernando?

-¿Estás celosito? Yo solo a ti te amo. Fer es como mi hermano.

-Lo sé, te amo.

-¿Vas a pelear la custodia de la nena?

-No, ella va a estar bien con su mamá. De igual manera supongo que será custodia compartida.

-Eres muy buen hombre, mi cielo.

-Te amo.

-Yo también.

-Llegamos. ¿Te acompaño?

-Si, Fer debe estar dormido así que no creo que nos vea. No quiero que nadie sepa lo nuestro hasta que te divorcies.

-Estoy de acuerdo...

-¿Quieres algo de tomar?-dice abriendo la puerta de la casa y entrando en ella.

-No, estoy bien

-No lo puedo creer-dice Fer saliendo de la cocina-¿tu eres el novio de Fiore?

-Fer, yo puedo explicarte...

-¿Un hombre casado? ¿Qué te pasa, Fiorela?

-Fernando, el se va a divorciar

-¿Te das cuenta que es el esposo de la hermana de mi mujer?

-Si, pero aquí a ella nadie la quiere. Es más, Lucero y tu no quieren saber de ella...

-¡Eso no lo hace mejor!

-Fernando, cálmate, ¿si? Ella y yo ya estamos en tramites de divorcio. Estoy consciente de que esto está mal, pero yo amo a Fiorela. Quiero compartir el resto de mi vida con ella y no me preguntes como pasó, porque sinceramente no lo sé. Mi esposa y yo ya no compartimos casa, nos separamos hace mucho y nos vamos a divorciar dentro de muy poco. Pero por favor, que quede entre los tres hasta que yo sea libre...

-Una sola cosa te voy a decir... Si la haces sufrir, te voy a romper la cara-dice Fer y Fiore se lanza en sus brazos

-La cuidaré con mi vida, lo prometo.

-Ya vete de mi casa, no estoy de acuerdo con nada de esto.

-Fer, yo...-dice ella una vez quedaron solos-gracias, en serio. Desde que murió Augusto no me había sentido tan feliz y amada. Sé que está mal, pero me enamoré de él. No sé que tengo, siempre me enamoro de hombres casados...

-Solo cuidate, ¿si?

-Lo prometo. ¿Cómo está Lu?

-Mejorando. ¿Sabes que mi hija te vio besar a tu novio?

-No es cierto-dice abriendo los ojos como platos

-Debes ser más cuidadosa

-Lo sé, lo siento. ¿A qué hora te irás a la clínica?

-Desde que amanezca

-Quiero ir contigo

-Nadie puede verla aún, pero los bebés vienen mañana

-¿El niño ya está bien?

-Aún no se sabe. Dentro de unos meses sabremos con certezas si pasó algo o no.

-Espero que todo esté bien.

-Yo también, Fio, yo también.

                          *****

-Lucero, ya estás bien. Mejoraste sorprendentemente. Te vamos a pasar a una habitación regular.

                          *****

-Buenos días, doctor.

-Señor Colunga, que bueno que lo veo

-¿Cómo está Lucero?

-Ella ya está bien, la pasamos a una habitación regular. Dentro de unos minutos conocerá a sus hijos.

-¡Perfecto! ¿Puedo verla?

-Si, le pediré a una enfermera que lo lleve ahí

-Muchas gracias.

                          *****

-Niños, quedense aquí, voy por el telefono-dice Doña Fer a Oliver y Steph que jugaban en la sala. Suena el timbre y la muchacha abre la puerta dejando pasar a doña Margarita.

-Hola, mis niños-dice cariñosamente. Oliver se levanta y va a abrazarla mientras que Steph solo dirige la mirada al suelo.-Traje helado

-¿De chocolate?-pregunta Oliver

-Si, mi niño. Ve por cucharas y vasos para servirles.

-Si, abuelita-dice y se va a la cocina corriendo

-Steph, mi chiquita, ¿no quieres helado?

-Si, pero seguro no trajiste para mi.

-Por supuesto que si, traje para los dos.

-Bueno...

-Princesa, mírame-le pide y ella lo hace-Quiero pedirte perdón por ser tan mala abuelita contigo. Te amo, mi niña, espero de verdad que puedas perdonarme.

-Con una condición

-¿Cuál?

-Que me quieras, no te olvides de mi cumpleaños y que no me hagas sentir que quieres más a mi hermano.

-Más de una condición, pero te lo prometo, princesa. ¿Me das un abrazo?-no había terminado la oración cuando la nena ya estaba abrazándola por el cuello. Le dio un beso en la cabecita y la abrazó con fuerza, era la primera vez que lo hacía y se sentía muy feliz.

                           *****

Fernando ingresó en la habitación. Llevaba un ramo de rosas rojas, sus favoritas. Lo primero que vio fue a su futura esposa arrullando a su pequeña hija a la vez que sonreía y derramaba unas cuantas lágrimas. Era una imagen que jamás olvidaría. En ese momento lo embargaba una felicidad inexplicable, completa.

-¿Princesa?

-Míralos, Fer. ¿No son perfectos?

-Totalmente.

-Los amo. Te amo. Por fin somos felices.

-Yo te amo más, eres mi vida.

-Me da miedo que sea un sueño y que al despertar siga sola y desdichada...

-Mi amor, esta es nuestra realidad, es nuestro cuento. Te amo más que a mi vida.-dice besando sus labios-gracias por darme a nuestros hermosos hijos y por ser la razón de mi existir...

-Te amo-dice llorando y con una hermosa y gran sonrisa en su rostro

-Anoche tu hija me preguntó como se hacen los bebés

-No puede ser-dice rompiendo en carcajadas-No sé de donde saca las cosas

-Me puso en un momento realmente incomodo

-¿Qué le dijiste?

-Nada, la mandé a la cama.

-Ay, mi niña. Crece demasiado rápido.

-Lo sé. Es perfecta.

-¿Cómo están los tres?

-Bien, extrañandote.

-Yo a ellos como no tienes una idea.

-Mañana ya nos vamos

-¡Era hora! Debo tener como un mes en abstinencia

-Algo me dice que voy a disfrutar mucho tu regreso a casa-dice uniendo sus labios a los de ella en un beso lento, pero lleno de amor.

                           *****
-Ya llegaron- grita Steph corriendo por toda la casa reuniendo a su familia, el día que estuvo esperando desde la noche en que su mamita se fue de casa con un dolor espantoso había por fin llegado. Volvería a ver a su mama y conocería a sus hermanitos, todo era perfecto. La puerta se abrió y salió corriendo y se abrazo a las piernas de su mami-Mamita, no vuelvas a dejarme nunca por favor.

-Princesa-dice poniéndose a su altura, besándole la mejilla y abrazándola con un brazo, pues en el otro traía a la pequeña Katia.

-¿Esta es mi hermanita?

-Sí, princesa. Esta es Katia.

-Está muy linda, mami. ¿Se parece a mí?

-Si, pequeña, se parece mucho a ti cuando naciste

-La quiero mucho, mami. Pero no me vuelvas a dejar…

-No, mi amor. Te amo.

-Yo también, mamita.

Lucero se incorpora y mira hacia Oliver que estaba solo en una esquina, llorando en silencio mientras el resto de la familia estaba encantada con los bebes. Le dio la nena a su mama y fue hacia el niño.

-Mi amor, ¿qué pasa?

-Nadie me quiere

-¿Por qué dices eso?-dice arrodillándose frente a el

-Mi mamita se murió, mi papi ya no juega conmigo casi y tu quieres a mis hermanos porque ellos si son tus hijos y yo no

-Mi niño-dice abrazándolo, Oliver rompe en llanto-Nadie va a reemplazar a tu mama nunca, pero yo voy a ser como su sustituta. Te voy a dar todo mi amor, como a tus hermanitos y te prometo que voy a estar siempre para cuidarte y velar por ti

-Eres muy buena y muy linda

-Ahora seré tu nueva mami. Ya no llores mas ¿si?-dice dándole un besito en la mejilla y secando sus lágrimas

-Lucero…

-Dime

-¿Te puedo llamar mama?

-Nada me gustaría más, mi amor. Ahora ven, vamos a que conozcas a tus nuevos hermanitos-dice incorporándose del suelo y llevándolo de la mano. La imagen de la familia era perfecta, estaban todos juntos y felices… El sueño de cualquier persona

                       *********

El día había llegado. Caminar por ese pasillo la llenaba de emoción. Sus hijos más grandes caminaban primeros en la fila, luego venía su corte de damas y sus parejas y hasta al final venía ella. Estaba tan nerviosa y eso que aún no había visto la cara del que iba a ser su esposo. Quería salir corriendo, pero ¿para qué? Toda su vida había esperado ese momento y con toda su vida se refería a los últimos seis años. Seguía avanzando y ¡Dios! Ahí estaba él. Se veía mucho más guapo de lo que esperaba. Ella se sentía una princesa de cuentos, su vestido con encaje, maquillaje sutil pero hermoso y su cabello recogido en un hermoso moño. El, estaba a su altura, parecía el príncipe azul que soñó desde niña y realmente lo era, era perfecto. La ceremonia pasó con asombrosa rapidez, las lágrimas se hicieron presentes. El sueño que había tenido desde que conoció a aquel hombre que entró a su vida como un simple jardinero, se estaba haciendo realidad. Sus cinco hijos estaban siendo testigos de aquella hermosa unión. No más pesadillas, no más malos tragos, solo felicidad y momentos hermosos con su ahora esposo.

-Por el poder que me confiere la santa iglesia, yo los declaro marido y mujer hasta que la muerte los separe. Fernando, puedes besar a la novia.

-Para siempre...-le dice él mirándola a los ojos

-Para siempre-dice ella

Y así lo hizo, unió sus labios en un beso que llevaba una promesa. Se besaron con muchas ganas y a la vez los invitados comenzaban a aplaudir. Ahora estarían juntos para siempre, para la eternidad... ¿O no?

domingo, 9 de febrero de 2014

Capítulo 45

Este cap va dedicado a una personita muy especial para mi! Tu sabes quien eres! Te amo muchisimo! Sonrie<3

Disfrutenlo todas<3 perdon por la demora y gracias por tenerme tanta paciencia! Hahaha

-¿Qué haces aquí, Fernando?-pregunta Jeanny al verlo entrar por la puerta

-¿No puedo venir a ver a mi hijo?

-No es tu hijo

-Siempre sera mi hijo...

-No si a mi no me da la gana

-Independientemente de lo que tu quieras, él me ve como su papá y yo lo he criado hasta ahora y padre es quien cría, no quien engendra.

-Espero que sigas pensando lo mismo cuando tengas que pagarme mensualmente para mantenernos

-A mi no me molesta dar dinero para el sustento de mi hijo.

-Espero que el cheque tenga un par de ceros

-No vine a hablar de dinero. Seré claro, ¿dónde esta Lucero?

-Ya sabía yo que no venías a ver a Oliver. ¿Cómo voy a saber donde esta esa zorra?

-No me quieras ver la cara de idiota que no tengo. Sé que mi mamá y tu le hicieron algo... ¿dónde está?

-Estás loco, yo tengo cosas más importantes que hacer que andar pensando hacerle cosas a esa tipa... Seguro se escapó con otro, ¿no lo has pensado?

-Hablamos de mi Lucero, no de ti, no es ninguna zorra-Jeanny iba a darle una cachetada, pero el detiene su mano antes de que lo hiciera- Te voy a preguntar por última vez... ¿Dónde esta Lucero?

-Suéltame

-No

-Que me sueltes-dice Jeanny tratando de soltarse

-No. Dime.

-No lo sé, Fernando. Me lastimas...

-Eso no es verdad porque no te estoy sujetando fuertemente-

No daría su brazo a torcer, le había prometido a su hija y a si mismo que encontraría a Lucero y lo iba a hacer. Algo mojaba sus pies, no sabía que era. Miro la cara de Jeanny, ella miraba al suelo con los ojos como platos y eso solo podía significar una cosa.

-¿De... De cuántos meses estás?

-Ocho, pero eso ya no importa. Ya viene...

-¿No te duele?

-¿Y tu qué crees?-le grita Jeanny- Ayúdame...

-Vamos a la sala de emergencias

-No puedo caminar, me duele mucho...-Fernando la tomo en sus brazos y salió corriendo. 

Todo estaba preparado para el parto, enfermeras y doctores iban y venían; a él lo tenia preocupado Jeanny, pues parecía enferma. No tenía color en la cara y dormía, estaba seguro que tendría temperatura, estaba toda sudorosa.

-Señor Colunga, necesito hablar con usted-dice el ginecologo-obstetra sacandole de sus pensamientos

-¿Qué pasa?

-La señora presenta un cuadro de Preeclampsia. En caso de una complicación, deberá decidir entre la vida de su esposa y la de su hija. Lo siento mucho.

-Nada que pensar, sálvela a ella.

-No-se escuchó la débil voz de Jeanny-salven a mi bebé. Ella merece vivir...

-Usted decide, señor.

-Fernando, por favor... Prométeme que la van a salvar a ella

-Jeanny, no. Podrás tener más hijos, pero mi niño no va a tener otra madre

-Fernando, salva a mi hija! No tienes derecho a elegir por mi! Es mi bebé y yo quiero que nazca, no me importa morir...

-¿Y quien será su mamá? ¿La vas a dejar sola?

-Sálvala...-dijo antes de perder el conocimiento

-Doctor...-llamó Fernando alarmado

-Es normal, señor Colunga.  Necesito que me firme esto mientras le ponen la anestesia para comenzar la cesárea.

-¿Qué es?

-Su consentimiento de que cualquier complicación, la bebé muera por salvar a la madre.

Pasaron unos minutos cuando el quirófano se inundo de un intenso llanto. Nunca pensó sentirse aliviado por escuchar llorar un bebé. Eso significaba que ninguna iba a morir ¿o no? Eso esperaba. Pesaron y midieron a la bebé, que a pesar de ser un poco prematura, estaba muy saludable. Jeanny seguía dormida y con un terrible aspecto.

-Fer...-escuchó

-¿Qué pasa?

-Cuida a mis hijos por favor. Te los encargo, son mi mayor tesoro...

-No entiendo, tu estás bien y...

-No, Fernando, yo me voy a morir. Lo siento, está cerca.

-No...

-Si. Prométeme que los vas a cuidar por favor, solo así podré irme en paz.

-Jeanny...

-Promételo, Fernando. Por favor.

-Te lo prometo. Lucero y yo los vamos a cuidar.

-¿Dónde está mi Alejandra Valentina? Quiero ver su carita antes de irme

-No te vas a ir.

-No seas necio, Fernando. 

-Aquí está-le dice acercándole a la pequeña bebé de pelo rubio y mejillas rosadas

-Te amo, mi pequeña. Perdóname por dejarte, papá te va a cuidar muy bien. Siempre te voy a amar.-dice derramando unas lágrimas y dándole un beso en la mejilla izquierda.-Fernando, busca a Lucero antes que la maten. Está en la casa del pueblo de papá, Susy te llevará y perdóname por todo, por favor. Perdóname

-No importa, pero guarda silencio, no te esfuerces.

-Dile a mi niño que lo amo y cuídalo por favor-dijo con cierto grado de dificultad antes de cerrar los ojos para siempre. 

Fernando entregó la nena a una enfermera y salió de allí. Jeanny les había hecho demasiado daño y juró que la odiaba, pero al verla así defendiendo la vida de su hija y pidiéndole que los cuidase, recordó a la mujer de la que alguna vez pensó estar enamorado y se sintió muy mal. Ella ya se había ido, Miguel había desaparecido, solo estaba él para cuidar a sus dos hijos y cumpliría su promesa. Tendría cinco hijos y sabía que Lucero los iba a aceptar y amar como si fueran suyos, tenía un corazón muy grande. 

-Fernando, son las tres de la mañana y estamos a unos cuartos de distancia. Más te vale que sea importante o si no...

-Fio, necesito que vengas a la clínica 

-¿Pasó algo? ¿Encontraste a Lucero?-dijo ya preocupada

-No, es que Jeanny acaba de morir. Debo buscar a Lucero y no puedo dejar a mis hijos solos.

-¿No me habías jurado que no eran tuyos?

-Desde este momento lo son...

-Voy para allá...

A las 4:30, Fernando y Susana se encontraban entrando al pequeño pueblito. Luego de rogarle mucho hasta convencerla, Susy había cedido a llevarlo. No había parado de llorar la muerte de su hermana y se sentía un total egoísta, pero tenía que rescatar a Lucero, era su prioridad. Su auto se detuvo delante de una casita que tenía pinta de estar abandonada. ¿Ahí habían llevado a su bonita?

-Fernando

-Dime

-¿Mi hermana no dijo nada antes de morir?

-Si, que cuidara a los niños.

-Quiero formar parte de sus vidas 

-Ya lo eres, Susy, no te voy a apartar de su lado-la joven miró hacia el suelo y asintió. Fernando salió del auto y entró a la casa. La buscó con la mirada, pero no había nadie. Siguió caminando y encontró una puerta que parecía ser de una habitación así que la abrió. Se quedó impactado al entrar. Por fin la había encontrado! La vida le regresó al cuerpo, pero si no hubiese visto lo que estaba pasando, no lo habría creído nunca. Su bonita descansaba en una pequeña cama con la cabeza apoyada en las piernas de su madre mientras esta le acariciaba el pelo. Parecían madre e hija, le gustaba aquella imagen.

-Má...

-Shhhhh. Se acaba de dormir y necesita descansar...

-Mamá, no entiendo nada.

-Tu mujer y tu piensan similar.

-¿Está bien?

-Si, pero ¿cómo llegaste hasta aquí? 

-Jeanny murió

-¿Qué? Pero ¿Cómo?

-Preeclampsia

-¿Qué va a pasar con sus hijos?

-Serán unos Colunga Hogaza

-¿Piensas imponerle la crianza de dos niños a tu mujer?

-No. Yo sé que ella no se va a oponer. Mi Lucero es la mujer más especial del mundo. Es una mujer generosa, humilde y de buenos sentimientos y fue de las cosas que me hicieron enamorarme como un idiota de ella.

-Creo que me equivoqué con ella...

-Mucho y espero te disculpes

-Lo haré y mañana quiero salir con mi nieta, me quiero acercar a ella...

-Mi permiso lo tienes, pero depende de ella. La lastimaste y solo tiene cinco, pero mi niña es muy lista.

-Eso nunca lo he dudado. Perdóname por haber despreciado a tu familia, fue un error de mi parte haberla juzgado por algo con lo que no tiene nada que ver... Y el error fue más grande aún con mi nieta

-Mamá, no es conmigo con quien debes disculparte. Pero ¿que te hizo cambiar de parecer?

-Hable con ella y me hizo pensar mucho. 

-Ya vámonos de aqui, pueden enfermarse las dos por la suciedad.

-¿La vas a despertar?

-No hace falta-dice tomandola en sus brazos-Está más pesada

-¡Cuidado si la dejas caer!

-Es mi vida, jamás haría algo que la dañe...

-Puedes esconder las uñas conmigo.

-Aún no. Perdí la confianza en ti.

                 ***************
-El dolor de cabeza me está matando, pero en este lugar no ha de haber analgésicos. No sé en qué momento esta cama se hizo tan cómoda y dejó de oler a humedad.-Se removió y tocó a otra persona a su lado- ¿quién será este y por qué me abraza? ¿Será que me drogaron y el tipo me violo sin que me diera cuenta? No, imposible. 

Lucero abrió los ojos para encontrarse en un lugar muy familiar. Se le salieron unas lágrimas al confirmar que se encontraba en la comodidad de su hogar y entre los brazos del hombre que tanto amaba ¡no lo había soñado! Se sentía muy aliviada al saber eso.


              *******************

-¿Amor?-dice Fernando entrando a la habitación con algo en los brazos. Habían pasado dos días desde que la había rescatado y ella había decidido no salir de la cama hasta que sintiera había recuperado fuerzas.

-¿Qué es eso?

-Esta es Alejandra Valentina Colunga Hogaza. Nuestra nueva bebé.

-¿de dónde la sacaste? ¿Por qué lleva nuestros apellidos?

-Ya te dije-dice entregandosela- es nuestra nueva bebé.

-Pero, ¿de dónde salió?

-Es la bebé de Jeanny. Ella murió después de tenerla y me pidió que la cuidaramos como si fuera nuestra.

-Mi amor, pero... ¿Cuántos hijos vamos a tener? 

-Si es contigo, no me importaría tener mil-Lucero suspira y dirige su mirada a la nena.

-Hola, pequeñita, soy mamá. No estuviste dentro de mi, pero te prometo que te voy a amar tanto como a tu hermana Steph y a tus hermanitos Nicolas y Katia.

-¿No se iba a llamar Fernando?

-Fernando Nicolás, pero lo llamaremos solo Nicolás.

-Tu mandas-dice Fer y ella le responde con una hermosa sonrisa. El besa sus labios tiernamente y despues la abraza por atras, quedando la nena en brazos de ambos.

-¿Crees que seré buena mamá para ella?

-La mejor

-Me da miedo no hacerlo bien-dice acariciando su rubio y escaso cabello

-Has hecho un gran trabajo con mi princesa, no veo por qué sería diferente.

-Porque Stephania si es nuestra hija. Pero voy a dar todo de mi, por Val.

-Me gusta Val

-Mami, mira, te hice un dibujo-dice la nena entrando a la habitación y subiendo a la cama.- ¿Quién es ella?

-Es tu hermanita, mi amor.

-Si esta es mi hermana ¿por qué sigues gorda, mami?

-Porque tus otros hermanitos siguen aquí adentro. Está linda, ¿no?

-¿Cómo se llama?

-Alejandra

-¿La puedo llamar como quiera?

-Si, princesa

-Entonces le diré Ale solo. Pero ella no está en el dibujo que te hice.

-¿Quieres agregarla?

-No

-¿Por qué?

-Porque no la quiero 

-A ver, princesa, es tu hermanita y debes amarla-interrumpe Fernando

-No, porque por su culpa dejare de ser la princesita de ustedes y no quiero-dice la nena comenzando a llorar.

-Chiquita, tu siempre vas a ser nuestra princesa. Nadie va a cambiar eso nunca, te amamos más que a todo en la vida y siempre va a ser así.

-¿Me lo prometes, mami?

-Prometido, ahora dame un abrazo, ¿si?

-Si, los amo.

-Nosotros a ti, pequeña-dice Fer dejando un besito en su cabeza-Debo ir a ver a Oliver.

-¿Puedo ir contigo, papi?

-No, quedate con mamá y la bebé.

-¿Estaré a cargo?

-Si

-Entonces está bien.

-Acompañame abajo, Steph-dice quitándole la bebé de los brazos a Lu y dándole un beso en la frente.-La pondré en la camita de Katia.

-No, aún no tengo el radio. Acuestala a mi lado.

-Está bien, duerme un poco, ¿si?

-He pasado dos días dormida.

-Pero debes descansar.

-¿Compraste pañales? Y la leche...

-No, iré por ellos ahora. Steph, ¿me acompañas a la tienda?

-¿Me compras un helado?

-Si, mi amor.

-¡Está bien! Adiós mami-dice y luego se acerca a la bebé y le susurra-adiós hermanita, te quiero mucho.

Su familia estaba creciendo y con ella, su felicidad. Por fin tenía todo en la vida, ya no solo dinero. Tenia unos hijos hermosos y dos mas en camino, un hombre que la amaba y la dicha de tener a su mamá y una amiga a la que amaba como si fuera su hermana. ¿Qué más podía pedir? Lo tenía todo y se sentía muy dichosa. Nada podía compararse con la felicidad que la embargaba en aquel momento. Nada.