-Estas
contratado, cuando puedes empezar?-
-Mañana mismo si
así lo desea-
-Muy bien, pero
solo una cosa: No estaré en casa así que busque todo lo que necesite, la puerta
estará abierta.
Fernando había
sido contratado por Augusto Manrique para arreglar el jardín de su casa. El
señor era uno de los hombres más ricos del país y por consiguiente era
propietario de una de las casas con mejor y más grande jardín que había visto
en su vida. Siempre había querido ser el responsable de que una casa así se
viera perfecta, eso solo lo podría conseguir un jardín perfectamente cuidado.
Al día siguiente comenzaría el trabajo de su vida, tendría un sueldo que jamás
imagino. Para que necesitaría su otro trabajo?
-Ya contrate al
jardinero que me pediste para que el jardín se vea como quieres para tu fiesta
de cumpleaños.- Informa Augusto a Lucero, su esposa. Lucero era una mujer
sumamente hermosa y exageradamente caprichosa. Si ella quería algo él debía
dárselo o de lo contrario no podría quitársela de encima.
-Si? Gracias amor,
eres el mejor.- Dice Lucero y se acerca y le da un corto y frio beso en los
labios.
Lucero se desnudo
completamente, así era como dormía. Su marido todas las noches se trataba de
acercar a ella, pero si ella no era quien comenzaba la acción no podía tocarla.
Así era la vida junto a Lucero Hogaza de Manrique, pero era tan endemoniadamente
hermosa que no le importaba lo que ella hiciera mientras la tuviera colgando
del brazo.
Ya era de día,
Fernando estaba tan emocionado que llego más temprano de la cuenta a su nuevo
trabajo. Tenía todo lo que necesitaba: una pala, una podadora, una regadera,
pero le faltaba el fertilizante <La puerta estará abierta> Claro! Tendría
que ir a buscarlo. Se imagino que estaría solo, pero se equivoco y al entrar
casi se desmaya. Que estaba viendo?!
-Te digo que no,
Carolina. No se que me pasa, pero debo tener el mejor jardín el día de mi fiesta...
Esa mujer, estaba
seguro que jamás había visto una mujer más perfecta que ella. Y estaba desnuda!
No había notado su presencia así que debía dejar de mirarla, era una falta de
respeto. Pero sus ojos no le hacían caso, no se desprendían de su piel. En ese
momento hubo un cruce de miradas, lo había cachado mirando, ahora que haría?
-Tengo que
cortar, Caro… Si, yo también te quiero hermanita-dice Lu sin despegar su mirada
de Fernando-Si, nos vemos esta tarde.
Fernando se había
quedado paralizado, ella se acercaba a él lentamente. Se habría dado cuenta que
seguía desnuda y que él la estaba mirando?
-Se le ofrece
algo?-
-eehh… El.. El
señor Augusto me contrato para arreglar el jardín, pero no me advirtió que
estaría usted en casa y pues perdóneme por atrevido.-dice Fer y se da la media
vuelta dispuesto a salir de la casa
-Espere, no
necesitaba nada?
-Si, este, el
fertilizante, pero vuelvo luego
-Lo dice porque
estoy desnuda? no me apena mi desnudez-
-No, claro que
no…
-Está atrás, si
quiere lo ayudo a buscarlo-dice Lu con una sonrisa insinuadora… lo estaba
seduciendo? Esa mujer definitivamente era extraña
-Perdóneme que me
meta, pero es usted la esposa del señor Augusto?
-Desde el día de
la boda, si
-Ahh, no me
menciono que tenia esposa.
-No tiene porque
tratar ese tema con usted, es solo el jardinero
-Podría ponerse
algo encima por favor?
-Claro, solo le
doy en fertilizante y ya me voy a cambiar
-Gracias
-No le gusto?
-A que viene esa
pregunta?
-Nada, ahí está…
puede buscar todo lo que necesite-dice Lucero y se va a su habitación no sin
antes tocarlo en sus pompas. Fernando da un salto puesto a que eso fue muy
inesperado.
Mientras Fernando
buscaba todo, Lucero tenía un gran dilema “Que me pasa?”. Ella nunca había sido
así de desvergonzada, nunca había sido tan segura de sí misma y hoy un desconocido
la ve totalmente desnuda y ella actúa como una mujer sin pudor… Solo había estado
desnuda en frente de 2 de sus novios y uno de ellos ahora era su esposo. Pero
algo tenía ese hombre, sin conocerlo algo en el le llamo la atención. Quería
impresionarlo…
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