lunes, 15 de julio de 2013

Capitulo 26

-¿Hasta aquí y con lo que está pasando? Tu no tienes perdón de Dios, Fernando...

-Mamá...

-Señora, metase en sus propios asuntos! ¡Me tiene cansada! Sepa que si no me he defendido es porque es la madre de mi novio, pero si sigue diciendo estupideces sin sentido, no me voy a retener más! ¿Queda claro?-dice Lu desafiandola-espero que si, vamos Fer. 

-¿Vas a permitir que esta mujercita le hable así a tu madre?

-Tu la provocaste-dice Fernando y siguen su camino hacia el consultorio del pediatra

Una semana había pasado y Fernando no tenia vida. Pasaba de la casa al hospital, y del hospital a la casa. Su relación con Lucero había cambiado radicalmente, ya casi ni hablaban y con la nena también... Casi no le decía cuando la amaba, ni la cargaba, ni mimaba. La nena aun era pequeña y no entendía lo que estaba pasando, pero a Lucero le dolía su actitud con las dos. 

-Fer, vas a desayunar conmigo hoy?-le pregunta Lu desde la cocina

-No-le responde de manera cortante desde la sala. Lucero enojada sale de la cocina y va hacia donde el se encontraba

-Te voy a decir una cosa, Fernando... Yo no tengo porqué estar aguantando este comportamiento tuyo. Tu hija y yo no tenemos la culpa de lo que le esta sucediendo a Oliver, ¿sabias?

-¿Y yo si?

-Tampoco, pero precisamente por eso no entiendo porqué cambiaste con nosotras, no lo merecemos. Piénsalo. 

-Tienes razón, perdóname mi amor. Tengo desde el día que nació que no duermo por la preocupación. No quiero que se muera...

-Lo sé, y yo tampoco quiero. Pero ya me estas cansando, Fernando. 

-¿Aún puedo desayunar contigo?

-No. Ahora soy yo quien no quiere... Vete.-dice y se pierde nuevamente en la cocina. 

-Lu...

-¡Que te largues!-grita desde donde estaba

Fernando sale de la casa dando un portazo que desató el llanto de Lucero. Pasaron horas y horas y el no salió del hospital a nada, ni siquiera le marcó por teléfono para dejarle saber que estaba bien. Era más de medianoche cuando ella se quedó dormida en el sillón de tanto llorar por la preocupación. Fernando por su parte seguía en el hospital con su hijo y cuando lo sacaron de allí a eso de las 4am pasó por la habitación de Jeanny. 

-¿Jen?

-Pasa, Fer.

-¿Qué haces despierta a esta hora?

-Lo mismo que tu

-Tampoco puedes dormir?

-¿Y como quieres que duerma si todo esto es mi culpa?

-No, Jen, no es culpa de nadie... Dios lo quiso así

-Si supieras la verdad...-piensa Jeanny 

-Me voy a casa, regreso mañana

-Espera... Tengo algo que decirte

-Dime...

-Tengo miedo que nos descuides a tu hijo y a mi por estar con esas dos...

-No va a pasar

-¡No me puedo arriesgar! Te vas a casar conmigo y vas a vivir con nosotros dos. Aparte siempre vas a estar disponible cuando yo te llame...

-¡Estas loca! Si no me casé con Lucero es porque no pensé que sería justo, pero no me voy a casar contigo tampoco! Primero me caso con ella que es a quien amo...

-Mira Fernando... Te la voy a dejar más clara... O te casas conmigo o no vuelves a ver a tu hijo... Tu decides

-Tu no puedes hacer eso...

-Como dices tu... Pruebame!

-Eres una...

-¿Una que?-lo interrumpe-No me importa lo que tengas para decirme, ya te dejé claro todo. Ahora tu decides, mi amor... O son ellas o somos nosotros...

-Yo no voy a dejar de ver a mi hija bajo ninguna circunstancia! 

-Ya te dije...

Fernando salió de ahí muy enojado, no podía creer lo que esa mujer le acababa de decir. ¿Que haría ahora? Lo tenia amarrado de pies y manos. Por un lado tendría que renunciar a su hijo; por el otro tendría que renunciar a amar a su mujer, ver a su hija despertar todos los días, arrullarla y mimarla hasta que se quede dormidita, verla todos los días. Era obvio por que lado perdía más cosas, pero no podía renunciar a su hijo. Eso jamás. Ahora estaba más confundido y frustrado que antes, ahora si no sabia que hacer. Entro a la casa tranquila y silenciosamente aunque nada fue suficiente para que Lucero no despertara.

-¿Qué horas son estas de llegar? ¿Dónde estabas?

-Mi amor, estaba en el hospital

-¿Y entonces por qué no me llamaste para dejarme saber que estabas bien? ¡No sabes lo preocupada que estaba! Eres un desconsiderado-dice Lu llorando nuevamente 

-Perdóname, amor! No fue mi intención. Mi celular se quedó sin pila

-Y yo aquí esperándote como una estúpida

-No eres ninguna estúpida. Me amas y te amo. ¿Vamos a dormir?

-¿Qué hora es?

-Las 5

-Pero si no me despiertas cuando te vayas

-Pretendo irme hasta la tarde

-Entonces esta bien

-Me dejas darte un beso?-pregunta y Lu se queda callada-si no me respondes te lo voy a dar aunque no quieras

-¿Qué esperas?- Fer la besa muy apasionadamente. 

-Hagas lo que hagas, nunca dudes que te amo

-¿Por qué dices eso?

-Lo entenderás pronto-Luego la toma en sus brazos y la lleva hasta la recamara sin dejar de besarla. Al llegar la puso en la cama y se tumbo encima de ella, con el paso de los minutos le hizo el amor despacio y tiernamente, disfrutando cada movimiento. Quizá esa fuera la ultima vez que estarían juntos. No quería dormir, pero ella estaba cansada, así que la abrazo lo mas fuerte que pudo y durmieron pegaditos el uno al otro. Al día siguiente le daría la peor noticia del mundo, esa que le rompería el alma a los dos. 

Al día siguiente, al despertar no la encontró a su lado como supuso pasaría. Se duchó y se fue directo a la habitación de Stefy, pero también la encontró vacía. Bajó a la primera planta y las encontró en el jardín. Al salir no hizo ningún ruido y escucho lo que Lu le estaba diciendo a la niña.

-Este lugar, amor, es muy especial para tu papi y para mi. Antes yo era muy caprichosa... Bueno, más que ahora para que te guíes. Tu papá entró a trabajar como mi jardinero y así nos conocimos. Mamá estaba casada con un señor y no quería que nosotros estuviéramos juntos, pero después ese señor se fue al cielo y tu llegaste a nuestras vidas. A veces papá no está bien y se olvida de decirte que te ama, pero jamás lo dudes mi pequeña. Nos ama a las dos...

-Debes hacerle caso a tu mami-interrumpe Fer sentándose a su lado y tomando a Stefy de sus brazos. 

-¿Qué escuchaste?

-Todo

-Vamos a entrar, si?

-¿Me preparas desayuno?

-¿No que no se cocinar?

-¿Como ve usted que ya aprendió y cocina buenísimo?

-Claro que si, señor. 

-Y tenemos que hablar

-Después de comer

-Esta bien

-Me puedes adelantar de que tenemos que hablar?-dice Lu sirviéndole el plato a Fer

-Pues de nosotros

-Ah, pero de eso podemos hablar ahorita

-No, mejor después de comer

-Está bien

-¿Cuando la vamos a bautizar?

-¿A la nena?

-No, Lucero, a ti...

-Ya, perdóname la vida Colunga. Pues no se, primero tenemos que escoger los padrinos y preparar todo

-No que iban a ser Caro y Sebastian?

-Si, eso había pensado pero tu tienes que estar de acuerdo

-Yo quiero a Elena, pero ya le dijiste a Caro si no me equivoco, verdad?

-Si

-Elena puede ser madrina de nuestro próximo bebé

-¿Y quien te dijo que quería otro hijo contigo?

-¿Ah no?

-Eso implica tener sexo contigo y... Ay no, que asco

-¿Cómo que que asco?-dice Fer y comienza a hacerle cosquillas

-No, Fer... Para por favor-dice Lu sin poder respirar de la risa

-¿Te da asco hacer el amor conmigo?

-No, me encanta-dice Lu entre risas y Fer para de hacerle cosquillas y posee sus labios

-Lo sé, princesa, lo sé

-Y la creída era yo...

-Me amas...

-Mucho y tu a mi!

-Sabes que si

-¿De que me querías hablar?-dice Lu retirando los platos

-Es que no se como decírtelo...

-¿Tan malo es? 

-Demasiado, mi vida... Y lo peor es que yo no quiero hacerlo, pero me están obligando...

-¿Pero por qué te dejas chantajear? Si no quieres, no quieres-dice sentándose en frente de el

-No sabes de que se trata...

-Pues dime que esta pasando... Explícame

-Es que Jeanny me amenazó...

-¿Qué ahora?

-Me dijo que si no me casaba con ella, no me dejaría ver a mi hijo

-No, tu no te casas con ella... Te vas a casar conmigo, estamos comprometidos... No se vale-dice Lu derramando dos lágrimas

-Perdóname, mi vida... Yo no quiero hacerlo, pero mi hijo....

-Si te casas con ella, entonces no te voy a dejar ver a Stefy!

-Tu no me puedes hacer eso! Lu..-dice comenzando a llorar con ella

-No, si puedo! 

-¿Que ya no me quieres?

-No... No te quiero, imbecil! Te amo! Pero me parece injusto lo que estas haciendo! Lo prefieres a el por encima de mi hija!

-Lu, las amo a las dos mas que a mi vida! Y bien lo sabes, se lo estabas diciendo a la nena cuando bajé...

-Si, pero no me da la gana aceptar que te cases con ella y nos abandones a nosotras

-Me estas poniendo entre la espada y la pared, mi vida! 

-¿Para que me hiciste el amor anoche?

-Porque te necesito! Aunque no lo creas, yo si te amo

-¡Mentira! 

-Mirame a la cara-dice Fernando agarrando a Lucero por los brazos-Deja de ser tan caprichosa! Nos duele a los dos igual, yo te amo a ti y a nadie mas y tu lo sabes muy bien...

-Entonces no te cases... 

-Bien sabes que no puedo...

-Cásate conmigo o no ves mas a Stefy

-Tu no me puedes hacer eso... Y tampoco lo vas a hacer porque me amas tanto como yo a ti

-¿Entonces? ¿Qué hago? ¿Me quedo vestida y alborotada solo porque a ella se le da la gana? 

-No

-¿Y entonces? No pretenderás que me convierta en tu... Amante o si?

-Por supuesto que no...

-Pues que bien porque no iba a caer tan bajo

-Jamás te haría una cosa así, yo te amo

-Deja de decir eso, Fernando!-dice Lu tapandose la cara y el cel de Fer comienza a sonar

-Bueno? Que paso? Voy para alla-dice y cuelga

-Fernando, sales por esa puerta y te olvidas de nosotras. No va a haber manera alguna de recuperarnos y te lo digo muy en serio...

-Lu, hablamos mas tarde... El niño esta perdiendo peso y tuvieron que aumentarle el oxigeno

-¡No me dejes hablando sola! Fernando, si te vas no te atrevas a volver

-Pense que me amabas

-Y te amo

-¡No es cierto! Si realmente lo hicieras me comprenderias y me apoyarias, no me pusieras amenazas a las que sabes respondere como tu quieres... Por que tan egoista? Mi hijo esta muriendo, sabias?

-Perdon...

-¿Qué quieres que te perdone? ¿El no saber ser mi compañera en el dolor? 

-No, imbécil... Perdóname por tener miedo...

-¿Miedo a que, Lucero?

-A perderte-Fernando la abraza fuertemente-Ve... Y cásate con ella... Jamás te prohibiría ver a nuestra hija... Solo, no nos falles por favor. 

-Te amo

-Yo a ti

Fernando la besa delicada y tiernamente. En ese beso le demostró todos los sentimientos lindos y puros que sentía por ella. El salado de sus lagrimas le recordaron que quizá seria el ultimo beso que compartiría con su amor, así que lo intensificó pero su celular volvió a sonar. Limpio esa ultima lagrima que se resbalaba por su mejilla, acarició su rostro y salió de la casa rumbo al hospital, dejando su corazón ahí... Con ellas.

1 comentario: