domingo, 21 de abril de 2013

Capitulo 17

Los días transcurrieron con total normalidad. La familia Colunga Hogaza era la más feliz que podía existir, cualquiera que viera la imagen desde afuera sentiría envidia. Ya era de noche y habían puesto a dormir a Stefy. Estaban viendo tv, ella apoyando su cabeza en sus piernas y el acariciándole el pelo. 

-Me duelen los senos

-Si quieres puedo calmar ese dolor

-Ja ja, muy gracioso... ¿Cuanto falta para que despierte?

-Sabes que es imposible decir, mi bella...

-Ya hace rato que comió así que seguro pronto! Y no quiere compartir su comida contigo, ya te dije!

-Pero soy su papá! Me debe la vida!

-Deja esa para cuando tenga 15 y te pelee porque no la quieres dejar que sea feliz con su novio.

-Todo a su tiempo! Déjame disfrutar de la paz que se siente que solo tenga un mes de vida!

-Hahaha! Necesitaras una escopeta... O sea con esta belleza de madre, obvio tendrá miles atrás!

-No se si miles, pero a mi me traes loco

Lucero levantó la mirada y se encontró con las pupilas dilatadas de Fernando. Le acarició la mejilla y atrajo su cara, luego lo beso con mucha pasión. Le daría lo que tanto quería y le había pedido por todo un mes. El la levantó en sus brazos como si fuera una pluma y la llevo hacía la habitación que compartían, su nidito de amor. La posó en la cama delicadamente, dejando pequeños besitos por toda su cara y entonces comenzó a descender por su cuello. Su deseo iba en aumento y los gemidos de Lucero lo excitaban más... Entonces sucedió. Escucharon el llanto de su hija dos habitaciones más allá. 

-Esto no puede ser cierto

-Hahahahaha! Ya, mi amor. Seguro debe tener hambre! Déjame ir...

-No, yo voy por ella!

Fernando caminó por el pasillo y entro a la recamara de su pequeñito pedazo de cielo. La miró llorar y la tomó en sus brazos, no sin antes dejarle un tierno besito en la cabecita.

-Te amo, mi pequeña princesita. Con tu mamá, son mi todo.

Lucero, quien presenciaba la escenita recostada del marco de la puerta no pudo evitar sonreír  Sabía que no se había equivocado al elegir al papá de su bebé. Era tan tierno y encantador que a veces pensaba que estaría soñando, pero no era así. Ese hombre realmente existía y era suyo.

-Tienes hambre, chiquita? Mamá está lista para darte de comer, así que vamos!-dice Fer y al voltear casi muere del susto al ver a Lucero observarlos-desde cuando estas ahí?

-Hace un buen rato

-Bueno, esta princesa quiere comida... En la fila sigo yo

-Deja de ser tan pervertido, Colunga! Corromperás a nuestra hija!

-Derecho de antigüedad, Hogaza. Yo sigo. Es mas... Ella debió esperar a que yo terminase.

-Hahahahah! No lo creo, mi amor. Espérame en la habitación. 

-No, te esperare aquí

-Como quieras-dice y se descubre esa parte de su anatomía que tanto le gustaba a Fernando

-Ayy bebé, por que me haces esto?

-Hacerte qué, ridículo?

-Interrumpir nuestro momento

-Ya pasará, no te preocupes. Después de esto tendremos 3 horas

-No te dejaré descansar

-Me matarás?

-Jamás. Después no podría vivir sin ti

-Ayy, mi cielo. Ven aquí-dice y al Fer acercarse, posee sus labios de la manera más suave posible. Escuchan una pequeña tos que se calma al instante y siente como la pequeña se remueve en sus brazos- Ayy mi amor, perdón! Yo... Oh

-Esta sonriendo?

-Si, mi amor! Mírala, que preciosa

-Igual que tu

-Te amo

-Yo más... Te espero en la habitación

-Está bien. 

Lucero terminó de alimentar a su hija y sacarle los gasesitos. Para cuando terminó con todos sus deberes como mamá, la nena ya estaba rendida en sus brazos así que la acostó en su cuna y regresó con Fer a su habitación. Al entrar, todo estaba muy hermoso y había un aire romántico. Fernando había encendido unas velas e incienso. Había regado unos pétalos de rosa roja, que sinceramente no tenia ni idea de donde las había sacado, por toda la cama y el suelo y puso una música en un volumen bastante romántico y seductor. Quería saber donde estaba el autor de aquella obra, su amor... Lo buscó con la mirada, pero no lo encontró y es cuando sintió unas manos tomándola por la cintura y unos labios besando su cuello. Sentía cosquillas en el vientre y tumbó su cabeza en el hombro de el dejando escapar un suspiro...

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