viernes, 5 de abril de 2013

Capitulo 12

-Estas temblando, tienes frío?

-Poquito-

-Me hubieses dicho antes-dice Fernando colocando su abrigo encima de sus hombros

-Te amo

-Yo te amo más

-Mentira, tu buscaste novia cuando rompimos y yo no

-Touché-dice Fernando mirándola divertido-pero aun así  no hubo un día en el que no pensé en ti

-No seas mentiroso… me llevas a casa? Estoy algo cansada.

-A tu casa? No. A la mía? Si

-Con tal de que haya una cama voy a donde sea

-Como se porto mi niña hoy?

-Bien, tranquila.

-No se parece a su madre entonces

-Oye! Que insinúas?

-No, nada.

-Más te vale… Mira que no me costaría nada ponerte a dieta

-Sobre eso…

-No. No me voy a acostar contigo… recién nos conocimos hace 10 minutos

-Ahh si? Y como concebiste a mi hija? Telepatía?

-Si-dice y se echa a correr

-Ven acá payasita-dice y la agarra por la cintura mientras ella trata de escapar de sus brazos. Ambos ríen a carcajadas, hacía mucho no disfrutaban de un momento como en aquella ocasión. Ciertamente extrañaban estar en los brazos del otro, pero aquel tormento llamado “distancia” por fin había terminado. El se encargaría de que su vida fuera 100% felicidad y que no derramara una lagrima mas, a menos que fuera de felicidad.

-Bésame, jardinero

-Ya no soy jardinero

-Siempre serás mi jardinero… solo bésame-Dice pasando sus brazos por el cuello de él y ofreciéndole sus labios. Fernando posa sus labios sobre los de ella regalándole un beso lleno de amor y pasión desenfrenada. El tiempo se paro, solo estaban ellos y su amor… hacia mucho que añoraban volver a encontrarse de esa manera aunque ambos lo veían muy difícil. Quizá el destino confabulo, su destino estaba tejido por Dios.

-Muy bonitos ustedes-dice Carolina fingiendo indignación- yo muerta de la preocupación y ustedes 
besándose ahí como un par de

-PERDÓN-dice Lu con una sonrisa picara- la situación ameritaba un beso

-Tus hormonas?

-No, las ganas de calmarlas-Fernando abre los ojos sorprendido por la respuesta de Lucero. Su bonita seguía siendo la misma loquilla que había conocido y así la amaba. No cambiaría un solo pelo de su cabeza, ella era perfecta.

-Deja la droga, hermanita. Le hace daño a la nena.

-No, es demasiado buena jajaja

-Bueno, Caro. Ya nos vamos a casa

-Tu tampoco sabes controlar tus hormonas? Esperaba más de ti

-Para tu información Lu está cansada y quiere dormir… verdad mi amor?

-No-dice Lucero carcajeándose

-Que mal que tu mujer te delate de esa forma

-Bueno, ya no les quito más tiempo… váyanse

-Te quiero hermanita, gracias por todo-dice Lu y la abraza muy fuertemente
En el auto iban en un silencio bastante cómodo. Lucero de vez en cuando le dedicaba miraditas cargadas de amor y ternura. ¿Había algo más perfecto que estar con el hombre que amaba? La respuesta era no.

-Si me sigues mirando así voy a parar el auto y te comeré a besos

-Que te detiene?

-Que prefiero comerte cuando estemos a solas, a la luz de la luna y en mi cama.-Lucero se sonrojo casi de inmediato.

-Ya, no digas eso.-dice y apoya su cabeza en el hombro de Fer. Estaba cómoda, ese era su hogar, su refugio y libertad.

Para cuando llegaron al edificio, Lucero estaba profundamente dormida; parecía un angelito. No quería levantarla así que la tomo en brazos y la subió hasta su casa. Amaba demasiado a esa mujer y no sabía cómo es que había planeado una vida sin ella, simplemente era imposible… no podía. La necesitaba, pero ya sería otro día… prefería quedarse a mirarla mientras dormía plácidamente.

-No, por favor aléjate.-dice Lu aun entre sueños- Fernando es a quien amo… No, por favor no le hagas daño… Aléjate de mi hija… No, no, no la mates

-Mi vida-dice Fer quien despertó debido a los bruscos movimientos y gritos de Lucero, comenzó a moverla para devolverla a la realidad…

-Mi vida-dice Lucero con la respiración agitada y se engancha del cuello de Fer

-Que te pasa? Que sonaste?

-Augusto te mataba y luego lo hacía con mi princesa- se desato en llanto, sabía que si esto llegaba a 
suceder en la realidad moriría con ellos.

-No te preocupes, mi vida. No va a pasar nada. Te amo.

-Yo te amo más

Fernando la besa tiernamente demostrándole en ese beso lo que era el amor verdadero, ese que suenan las pequeñas princesas con tener alguna vez. Pero Fernando era real, no una ilusión. El la hacía volar, tocar el cielo con las manos… simplemente era perfecto y era suyo, solo suyo. Paso a besar su cuello, placer exquisito que tenia meses sin probar… él era el amante perfecto, el que siempre soñó y que estuvo a punto de perder por Augusto… Pero ¿Quién quería recordar a su esposo en ese momento tan sublime? Se dejo llevar por el placer que sus caricias y besos le proporcionaban. La despojo de su vestido y la miro a los ojos como pidiéndole permiso para terminar de desnudarla y hacerle el amor. Lucero tenia las pupilas dilatadas, lo deseaba, solo asintió…

No hay comentarios:

Publicar un comentario