lunes, 15 de abril de 2013

Capitulo 14

-Vamos Lucero, tu puedes. A la cuenta de 3 puja una vez más. 1, 2, 3-dice el doctor mientras Lucero intenta traer a su bebe al mundo. Sentía que las fuerzas se le desvanecían

-Ya no puedo mas-dice Lucero al borde del llanto. Estaba toda sudada, cansada y adolorida. Solo una cosa la hizo permanecer fuerte y no desplomarse en el camino… Fernando le estaba sujetando la mano y estaba con ella en todo momento.

-Vamos, mi princesa… falta poquito, se paciente-dice Fer y le besa la frente

-Vamos, Lucero… Puja!

-Ayy, Fer ya no puedo… No puedo mas-dice Lucero dejando escapar 2 lágrimas

-Ya veo su cabecita! Una vez más, preciosa. Ya está aquí. Puja!-
El cuarto se inundo con un llanto; el llanto de su hermosa hija, a quien amarían infinitamente y seria la persona más importante de sus vidas. Su llanto era el sonido más hermoso y sublime que jamás habían escuchado, su hija por fin estaba con ellos.

-Quiere cortar el cordón, papa?

-Por supuesto-dice Fernando muy emocionado. Tomo las tijeras y con un corte perfecto separo a madre e hija y al ver el rostro de su pequeño pedacito de cielo no pudo evitar derramar un par de lágrimas; su vida ahora tenía un verdadero sentido. Haría y le daría todo por esa pequeña bebe… la amaba, era perfecta y era su hija.

Las enfermeras checaron que todo estuviera en orden con la nena, la pesaron, midieron y limpiaron y luego se la pusieron en brazos a la nueva madre. Luego se fueron dejando solos a la enamorada pareja con su nueva hija en brazos.

-Mírala, Fer. Es perfecta-dice Lucero dejando escapar una pequeña lagrima. La pequeña agarraba fuertemente uno de los dedos de Lucero, ocupaba toda su manito. Lucero le besa la frente y mira a Fernando con una gran sonrisa en la cara. Nunca pensó que dicha felicidad iba a ser disfrutada por ella… Ella que toda su vida fue una mujer desdichada y no deseada.

-Tan perfecta como su mama.

-Te amo

-Yo te amo más! Gracias por regalarme la dicha de ser padre.

-Gracias a ti por hacer que mi vida esté completa-dice y Fer se acerca uniendo sus labios 
en un tierno y lento beso de amor.

-Y que nombre llevara mi princesita?

-Stephania Colunga Hogaza

-Suena hermoso, pero y el Lucero?

-Ayy no mi amor, para la próxima

-Cuantos vamos a tener?

-Acabamos de tener a esta cosita preciosa… Yo no tengo prisa, pero cuantos quieres?

-Por mi unos 10

-10? Estás loco.

-Mientras sea contigo no me importaría cuantos fueran. Aunque por ahora me conformo con mi Stefy.

-Ayy que lindo, mi amor

-Qué?

-Stefy, así le diremos.

-Si quieres. Me dejas cargarla?

-Claro, pero tómala con cuidado-dice y se la pone en los brazos-sujétale la cabecita, mi cielo.

-Sabes, chiquita? Mama y papa han pasado por muchas cosas por estar juntos, pero ahora que llegaste no se va a poder librar muy fácil de mi-dice soltando una carcajada

-Oye-dice Lu y le golpea el brazo-no le digas ese tipo de cosas

-No me entiende

-NO IMPORTA

-Esta bien

-Con permiso, vengo a decirles que la nena está en perfecto estado y que quizá mañana puedan irse a casa

-Tan pronto?

-Sí, Lucero. Todo depende de tu recuperación, ella completamente sana gracias a Dios.

-Muchas gracias, Doctor

-Siempre-dice y se dispuso a salir cuando Fernando lo detuvo

-Doctor, le puedo hacer una pregunta?

-No, señor Colunga, no pueden tener relaciones maritales almenos durante dos semanas

-Como sabia que quería preguntarle eso?

-FERNANDO!-dice Lucero totalmente sonrojada-que pena

-No te preocupes. Si cobrara un dólar por cada padre primerizo que me hace esa pregunta, seria millonario.

-Dos semanas entonces?

-Dos semanas mínimo, mientras más mejor

-Y que pasa si sucede antes?

-FER, que te pasa?-dice Lucero divertida y a la vez apenada

-Pues no es recomendable para ella, su cuerpo necesita recuperarse

-Bueno, celibato por dos semanas entonces. Gracias otra vez, Doctor

-No hay de que-dice y sale con una sonrisa picarona en el rostro

-Y tu que con esas preguntas?

-Mi amor, si por mi fuera te tomo aquí mismo

-Vas a corromper a nuestra bebe recién nacida?

-Bueno, ella comprendería que mama y papa se aman

-No sé qué tipo de sustancia dañina estas ingiriendo, pero te hace daño

-Así me amas

-Sabes que si-aseguro Lu y nuevamente se besaron
Paso la primera semana y todo era muy hermoso. La sensación de ser padres no se comparaba con nada. Cambiar panales había sido un reto al principio, pero ya estaban acostumbrados a la rutina de la pequeña. Dormir, despertar, comer, dormir, cambio de panal, dormir, comer, dormir, dormir. Por las noches era un tormento, ya no dormían nada… pero sabían que eso venia con el paquete y pues no todo podía ser perfecto.

-Quiero estar contigo-dice Fer mientras mira a su mujer darle de comer a su hija

-Falta una semana completa

-Lo sé, pero… te necesito princesa

-No, ya tendremos tiempo después

-Mírala como come

-No te va a compartir de su comida! Verdad mi bebe?.. Dice que no

-Puedo hacer un trato con ella

-No quiere hermanitos por el momento

-Prometo que no me cruzo por la mente

-Fernando, tus hormonas andan mas alborotadas que cuando eras una erección con piernas

-Cuando era eso?

-Que se yo? 15? Ya sabes…

-Bueno…

-No

-Está bien.

Pasaron otras dos semanas mas y Fernando seguía intentando llevarse a Lu a la cama, pero Lucero había cambiado. No solo no quería nada con él, sino que aparte tenia cambios de humor muy constantes y no dejaba de llorar, cosa que alteraba a Fernando. Llego a ser motivo de discusión entre los dos muchas veces por lo que él se iba a dormir a la sala y ella solo lloraba.

Otra vez habían discutido. A ella le partía el alma cada vez que lo hacían y no podía soportar el cargo de conciencia que tenia. Quizá era su culpa que su relación con Fernando iba en decadencia, pero necesitaba un poco de comprensión de su parte. No sabía porque tenía miedo de volver a tener relaciones, era estúpido, pero también le apenaba hablarlo con Fernando. Salio de la cama y fue a la sala donde lo encontró “dormido”… sabía que estaba incomodo.

-Fer? Fernando despierta, mi amor-le decia dulcemente mientras lo movia levemente por el hombro

-Que quieres?-dice Fernando cortante, ella vuelve a llorar-no mas lagrimas por favor

-Vine a decirte que vinieras a la cama conmigo, que te iba a dar lo que tanto quieres, pero creo que ya me arrepentí. No tienes que ser tan cruel! No es mi culpa esto, sabes?

-Ahh no? Entonces de quien? Mía?

-Creo que tengo depresión post-parto. Deya lo tuvo y estaba igual que yo

-Y eso se cura? Ya estoy cansado de verte llorar tanto... Entre tu y la niña me tienen enfermo

-Perdóname por enfermarme y a ella por tener apenas 3 semanas de vida y no poder pedir que la cuiden de otra manera! Eres un mal padre Fernando Colunga!

-Como quieras… Igual estoy harto

-Entonces por que no te vas?

-Con gusto, pero es mi casa.

-Serias capaz de echarnos a la calle?

-Maldita sea! Sabes perfectamente bien que no!

-Entonces deja tu mierda y apóyame.

-Es que me desesperas… lloras por todo

-Necesito ayuda

-De quien?

-Un doctor

-Entonces consíguelo y yo te lo pago

-Va mas allá del dinero, Fernando-le grita-yo me lo puedo pagar sola

-Entonces?

-No sé, me gustaría que el hombre con el que decidí compartir mi vida estuviese conmigo

-Augusto  esta muerto

-Sabes qué? Vete al diablo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario