-Ya no puedo mas-dice
Lucero al borde del llanto. Estaba toda sudada, cansada y adolorida. Solo una
cosa la hizo permanecer fuerte y no desplomarse en el camino… Fernando le
estaba sujetando la mano y estaba con ella en todo momento.
-Vamos, mi princesa… falta
poquito, se paciente-dice Fer y le besa la frente
-Vamos, Lucero… Puja!
-Ayy, Fer ya no puedo…
No puedo mas-dice Lucero dejando escapar 2 lágrimas
-Ya veo su cabecita! Una
vez más, preciosa. Ya está aquí. Puja!-
El cuarto se inundo con
un llanto; el llanto de su hermosa hija, a quien amarían infinitamente y seria
la persona más importante de sus vidas. Su llanto era el sonido más hermoso y
sublime que jamás habían escuchado, su hija por fin estaba con ellos.
-Quiere cortar el
cordón, papa?
-Por supuesto-dice
Fernando muy emocionado. Tomo las tijeras y con un corte perfecto separo a
madre e hija y al ver el rostro de su pequeño pedacito de cielo no pudo evitar
derramar un par de lágrimas; su vida ahora tenía un verdadero sentido. Haría y
le daría todo por esa pequeña bebe… la amaba, era perfecta y era su hija.
Las enfermeras checaron
que todo estuviera en orden con la nena, la pesaron, midieron y limpiaron y
luego se la pusieron en brazos a la nueva madre. Luego se fueron dejando solos
a la enamorada pareja con su nueva hija en brazos.
-Mírala, Fer. Es
perfecta-dice Lucero dejando escapar una pequeña lagrima. La pequeña agarraba
fuertemente uno de los dedos de Lucero, ocupaba toda su manito. Lucero le besa
la frente y mira a Fernando con una gran sonrisa en la cara. Nunca pensó que
dicha felicidad iba a ser disfrutada por ella… Ella que toda su vida fue una
mujer desdichada y no deseada.
-Tan perfecta como su
mama.
-Te amo
-Yo te amo más! Gracias
por regalarme la dicha de ser padre.
-Gracias a ti por hacer que
mi vida esté completa-dice y Fer se acerca uniendo sus labios
en un tierno y
lento beso de amor.
-Y que nombre llevara mi
princesita?
-Stephania Colunga
Hogaza
-Suena hermoso, pero y
el Lucero?
-Ayy no mi amor, para la
próxima
-Cuantos vamos a tener?
-Acabamos de tener a
esta cosita preciosa… Yo no tengo prisa, pero cuantos quieres?
-Por mi unos 10
-10? Estás loco.
-Mientras sea contigo no
me importaría cuantos fueran. Aunque por ahora me conformo con mi Stefy.
-Ayy que lindo, mi amor
-Qué?
-Stefy, así le diremos.
-Si quieres. Me dejas
cargarla?
-Claro, pero tómala con
cuidado-dice y se la pone en los brazos-sujétale la cabecita, mi cielo.
-Sabes, chiquita? Mama y
papa han pasado por muchas cosas por estar juntos, pero ahora que llegaste no
se va a poder librar muy fácil de mi-dice soltando una carcajada
-Oye-dice Lu y le golpea
el brazo-no le digas ese tipo de cosas
-No me entiende
-NO IMPORTA
-Esta bien
-Con permiso, vengo a
decirles que la nena está en perfecto estado y que quizá mañana puedan irse a
casa
-Tan pronto?
-Sí, Lucero. Todo
depende de tu recuperación, ella completamente sana gracias a Dios.
-Muchas gracias, Doctor
-Siempre-dice y se
dispuso a salir cuando Fernando lo detuvo
-Doctor, le puedo hacer
una pregunta?
-No, señor Colunga, no
pueden tener relaciones maritales almenos durante dos semanas
-Como sabia que quería
preguntarle eso?
-FERNANDO!-dice Lucero
totalmente sonrojada-que pena
-No te preocupes. Si
cobrara un dólar por cada padre primerizo que me hace esa pregunta, seria
millonario.
-Dos semanas entonces?
-Dos semanas mínimo,
mientras más mejor
-Y que pasa si sucede
antes?
-FER, que te pasa?-dice
Lucero divertida y a la vez apenada
-Pues no es recomendable
para ella, su cuerpo necesita recuperarse
-Bueno, celibato por dos
semanas entonces. Gracias otra vez, Doctor
-No hay de que-dice y
sale con una sonrisa picarona en el rostro
-Y tu que con esas
preguntas?
-Mi amor, si por mi
fuera te tomo aquí mismo
-Vas a corromper a
nuestra bebe recién nacida?
-Bueno, ella
comprendería que mama y papa se aman
-No sé qué tipo de
sustancia dañina estas ingiriendo, pero te hace daño
-Así me amas
-Sabes que si-aseguro Lu
y nuevamente se besaron
Paso la primera semana y
todo era muy hermoso. La sensación de ser padres no se comparaba con nada.
Cambiar panales había sido un reto al principio, pero ya estaban acostumbrados
a la rutina de la pequeña. Dormir, despertar, comer, dormir, cambio de panal,
dormir, comer, dormir, dormir. Por las noches era un tormento, ya no dormían
nada… pero sabían que eso venia con el paquete y pues no todo podía ser
perfecto.
-Quiero estar
contigo-dice Fer mientras mira a su mujer darle de comer a su hija
-Falta una semana
completa
-Lo sé, pero… te
necesito princesa
-No, ya tendremos tiempo
después
-Mírala como come
-No te va a compartir de
su comida! Verdad mi bebe?.. Dice que no
-Puedo hacer un trato
con ella
-No quiere hermanitos
por el momento
-Prometo que no me cruzo
por la mente
-Fernando, tus hormonas
andan mas alborotadas que cuando eras una erección con piernas
-Cuando era eso?
-Que se yo? 15? Ya
sabes…
-Bueno…
-No
-Está bien.
Pasaron otras dos
semanas mas y Fernando seguía intentando llevarse a Lu a la cama, pero Lucero
había cambiado. No solo no quería nada con él, sino que aparte tenia cambios de
humor muy constantes y no dejaba de llorar, cosa que alteraba a Fernando. Llego
a ser motivo de discusión entre los dos muchas veces por lo que él se iba a
dormir a la sala y ella solo lloraba.
Otra vez habían
discutido. A ella le partía el alma cada vez que lo hacían y no podía soportar
el cargo de conciencia que tenia. Quizá era su culpa que su relación con
Fernando iba en decadencia, pero necesitaba un poco de comprensión de su parte.
No sabía porque tenía miedo de volver a tener relaciones, era estúpido, pero
también le apenaba hablarlo con Fernando. Salio de la cama y fue a la sala
donde lo encontró “dormido”… sabía que estaba incomodo.
-Fer? Fernando
despierta, mi amor-le decia dulcemente mientras lo movia levemente por el
hombro
-Que quieres?-dice
Fernando cortante, ella vuelve a llorar-no mas lagrimas por favor
-Vine a decirte que
vinieras a la cama conmigo, que te iba a dar lo que tanto quieres, pero creo
que ya me arrepentí. No tienes que ser tan cruel! No es mi culpa esto, sabes?
-Ahh no? Entonces de
quien? Mía?
-Creo que tengo depresión
post-parto. Deya lo tuvo y estaba igual que yo
-Y eso se cura? Ya estoy
cansado de verte llorar tanto... Entre tu y la niña me tienen enfermo
-Perdóname por
enfermarme y a ella por tener apenas 3 semanas de vida y no poder pedir que la
cuiden de otra manera! Eres un mal padre Fernando Colunga!
-Como quieras…
Igual estoy harto
-Entonces por que
no te vas?
-Con gusto, pero
es mi casa.
-Serias capaz de
echarnos a la calle?
-Maldita sea!
Sabes perfectamente bien que no!
-Entonces deja tu
mierda y apóyame.
-Es que me
desesperas… lloras por todo
-Necesito ayuda
-De quien?
-Un doctor
-Entonces consíguelo
y yo te lo pago
-Va mas allá del
dinero, Fernando-le grita-yo me lo puedo pagar sola
-Entonces?
-No sé, me gustaría
que el hombre con el que decidí compartir mi vida estuviese conmigo
-Augusto esta muerto
-Sabes qué? Vete al
diablo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario