miércoles, 7 de agosto de 2013

Capitulo 33

Ya era de día cuando Lucero abrió los ojos y se encontró sola en la cama. Ese día tenia varias cosas que hacer, entre ellas una cita con la decoradora de bautizo y revisión del menú. Caro había quedado en llegar a las 10:30 de la mañana y Cristal se había quedado en su casa para ayudarla con la lista de invitados y el diseño de las invitaciones. Al mirar el reloj que estaba a su lado, solo eran las 7:30 así que salio de la cama y se dirigió a la cocina donde se encontró con su hermosa familia desayunando.

-¿A donde van tan guapos mis amores?-dice Lu dando un beso en la mejilla de cada uno

-A trabajar con mi papi

-Ah, veo que le gusto

-Te lo dije, allá es el centro de atención y me va a obligar a despedir a varias de las secretarias. Todas se mueren con ella.

-Es que mi hija es tan preciosa.

-También es mi hija

-Si, pero se parece mas a mi

-Por eso esta tan fea

-Papi, ¿por que dices que estoy fea?-dice la nena comenzando a llorar

-No, mi amor es broma. No llores... perdóname, ¿si? era por molestar a tu mamita

-Pero mi mami no es fea, tu si-dice Steph secándose las lagrimas de cocodrilo que había derramado

-¿Como dijiste?-pregunta Fer mientras Lu se ríe

-Mentira, estás guapo papi. Pareces un príncipe.

-¿Ves como mi hija si me sabe valorar?-dice dirigiéndose a Lu

-Pues cásate con ella porque a mi si me pareces bien feo

-Jeanny me encuentra guapo

-Y tenias que mencionarla-dice Lu parándose y dirigiéndose a las escaleras

-Ay papito, que tonto eres. A mi mami no le gusta que hables de la mami de Oliver

-Si, ¿verdad?

-Ve por ella y dile que la quieres

-Usted señorita como que sabe demasiado para tener cinco años

-Vete y ya no me molestes. Me dijiste que era fea.

-¿No vas a perdonar a papi por esa pequeña bromita?

-mmm-dice Steph poniéndose un dedito en los labios-esta bien.

-¿Me das un abrazo?

-Sipi-dice Steph lanzándose a los brazos de su papa 

-Te amo, princesa.-dice Fer depositando un besito en su cabeza-voy por mama, termínate tu desayuno

-Todo?

-Todo

-Pero yo ya no quiero mas

-Stephania, todo.

-Esta bien.

Fernando salió de la cocina y Steph tiro toda la comida al basurero y luego se sentó en la mesa a esperar que su papá regresara. Por otro lado, Lucero estaba muy enojada y encerrada en su habitación. La verdad no sabía porque le afectaba tanto si ella sabía que Fernando lo había dicho en broma y aparte la había dejado para regresar con ella. Quizá el problema era que seguía casado con Jeanny aunque prácticamente vivía en su casa y no quería que las cosas siguieran así. 

-Amor, abre la puerta

-Vete

-¿Me vas a dejar esperando todo el día? De aquí no me muevo hasta que hablemos. 

-Entonces ponte cómodo, la espera será muy larga

-Tu bien sabes que lo dije bromeando, ¿Por qué te enojas así conmigo? Sal por favor... Mi amor-la puerta se abre y Lucero se le abalanza encima. El le da un pequeño beso en el cuello y le susurra al oído un "te amo" que solo fue audible para ella

-Yo también-dice rompiendo el abrazo y dándole un piquito.-ven

-¿Te enojaste?

-Si, pero no tiene sentido

-Yo te amo solo a ti y me gusta molestarte. Tu boquita inteligente me vuelve loco.

-Lo sé. ¿Van a venir a comer?

-No lo sé, pero sino me encargo de ir a comer con la niña así que no te preocupes

-Que no se te olvide

-Jamás. 

-Bueno, ya van tarde

-¿Me estas echando?

-Si

-Se supone que digas que no

-¿Y para que voy a decir que no, si sí?

-Te amo, mi loquilla-dice dandole un largo beso que logró encenderla en un segundo

-Ya vete o no salimos de la cama y yo tengo cosas que hacer

-¿Te afectó?

-No

-Mentirosa

-Me la voy a cobrar. Vas a ver.

-Yo soy buena paga, tu cobrate todo lo que quieras

-Estúpido-dice entre risas-y ya vete, mi hija es más impaciente que yo.

-Está bien, pero primero un besito

-Atrevete y no sales de la cama hoy

-Debo ir a cerrar un negocio

-Ya estas advertido. ¿Sabes? Nunca entendí porqué trabajabas de jardinero si tu familia tiene tanto dinero

-Orgullo, me queria ganar lo mio yo mismo. Después de lo de mi mamá nunca quise nada que viniera de mi papá.

-Pero mi vida, eras solo un niño y cuando ella murió, él tenía derecho a rehacer su vida

-Mi mamá estaba enferma y el la fue abandonando poco a poco

-Quizá le dolía verla sufrir, amor

-¿Tanto que la hizo sufrir más? En ese momento yo estaba muy chico y no entendía lo que estaba sucediendo. El la dejó por Margarita mientras mi mamá moría poco a poco y yo jamás se lo voy a perdonar, aunque con los años lo fui superando.

-Tanto que incluso la llamas mamá.

-Ella nos quería a mi hermana y a mi y necesitábamos una figura materna. Yo tenía 11 y Elena 8 cuando mamá murió.

-Me da miedo imaginar que si algo me pasa, Steph me puede reemplazar

-Eso no va a suceder porque nada te va a ocurrir y en todo caso, el primero que jamás te va a poder reemplazar soy yo-Lucero responde con una hermosa sonrisa seguido de un cálido y tierno beso.

-Te amo y ¡ya vete! Se nos hace tarde a los dos... 

-¿Que vas a hacer?

-Cosas del bautizo

-Mi vida, es solo el bautizo. No va a cumplir XV, ni se casa

-Lo sé, mi amor, pero es mi hija y quiero que todo sea perfecto.

-Bueno

Fueron pasando las horas, exactamente dos y Lucero estaba esperando a que Cristal estuviera lista y que Caro llegara. De pronto el timbre sonó y fue a atender. Al abrir la puerta, se encontró con una señora que si bien no aparentaba su edad, debía tener unos 50 años. Lo más probable es que fuera la decoradora que había llegado un tanto temprano.

-Mucho gusto, mi nombre es Lucero-dice ofreciéndole su mano.-La señora solo se quedó mirándola un rato y luego reaccionó

-Yo soy Fernanda-dice la señora dice dándole un apretón de manos sin quitarle la mirada de encima un solo segundo. Lucero se sentía algo incomoda y trataba de convencerse de que solo estaba en su cabeza.

-Bueno, pase. Vamos al jardin-Lucero le dice y se fija cuando la señora puso cara de confusión-vamos al jardín, ahi será el evento

-No, creo que...

-Venga, yo lo que quiero básicamente son los colores blanco y dorado. Es el bautizo de mi hija y tiene que quedar perfecto, pero quiero que también sea algo delicado

-¿Una hija?-dice la señora sorprendida

-Si, ¿acaso no le dijeron para que fue contratada?

-Yo...

-Eso pensé... Mire, este es el jardín. Sé que está feo, pero mi novio se está encargando de él. Seran unos 150 invitados, mas o menos 

-¿Tantos para un simple bautizo?-dice la señora sorprendida

-Eso no es su problema, ¿no?  ¿Cree que aquí estaría bien o lo hacemos en el club? No, yo lo quiero aquí. 

-Mi niña, yo...

-¿Cree que es pequeño?

-No, está enorme... Pero yo no soy ninguna decoradora

-Ah, ¿es la chef del bufete? ¿Por qué no me dijo antes? Vamos a la cocina

Mientras iban entrando, Caro venia llegando y se dirigía hacia ellas con una gran sonrisa en el rostro.

-¿Y esa felicidad, hermanita?

-Después de hoy, me vas a tener que amar de por vida

-¿Qué pasó?

-Te presento a Alexandra, la chef del restaurante que me pediste. Estará libre solo para venir a cocinar al bautizó de tu hija. Fue difícil pero tu hermana lo consiguió...

-¿Alexandra? ¿La chef?-dice Lu algo confundida y voltea a ver a Fernanda y le pregunta algo temblorosa-¿quién es usted?

-He intentado decirte toda la mañana...

-Lu, la lista de invitados la tengo casi lista. Solo necesito tu aprobación-dice Cristal entrando a la sala

-Déjennos solas por favor. Pasemos al despacho-dice Lu sin quitarle la mirada de encima a Fernanda-¿Y bien? ¿Piensa decirme quien es?

-Primero quiero agradecerte por recibirme... Estás demasiado hermosa.

-Gracias, pero no entiendo...

-Mi niña, quiero primero que nada pedirte perdón

-¿Quién es usted?-dice Lucero dejando resbalar dos lagrimas por sus mejillas, ya estaba imaginando su respuesta.

-Ayer te marqué por teléfono y después se cayó la llamada y por eso decidí venir, disculpa mi atrevimiento.

-¿Usted es mi... Mi...?

-Si, mi niña, yo soy tu mamá-para cuando le dijo esto, Lucero estaba hecha un mar de lágrimas y con la mirada perdida. Intentaba digerir la información, pero era demasiado difícil para ella.

-Váyase de mi casa por favor-dijo casi en un susurro

-No, no me voy hasta que me escuches

-¿Y que quiere que escuche?-grita Lucero-¿La forma en que me abandonó a mi suerte? No, ya sé... Me va a contar como era el hombre por el cual me dejó tirada 

-No te dejé a tu suerte, ni tirada... Te dejé con tu padre

-Y gracias a eso mi vida se convirtió en un maldito infierno

-Prefiero eso a haberte llevado conmigo y que te me murieras de hambre. Eras solo una niña de cuatro años

-Por tanto. Necesitaba a mi madre conmigo... Durante años mi deseos de navidad y cumpleaños eran que usted se apareciera y me regalara un abrazo hasta que comprendí que eso jamás sucedería...

-Mi niña hermosa, debes estar por cumplir los 30

-Pues si

-Déjame que te explique porqué me fui. ¿Me vas a escuchar?

-No tengo opción, o si?

-Mamita-entra la nena corriendo al despacho y abraza a Lu

-Hola, mi vida. ¿Te dio de comer tu papá?

-Si, comimos pizza

-Te va a crecer un árbol de pizzas en tu pancita

-No seas tonta, mami

-¿Cómo me llamaste?

-Se me salio

-Te amo, pequeña. Mailet está en tu habitación, ve a jugar con ella

-Si, mami-Le da un beso en la mejilla y sale corriendo

-¿Es mi nieta? Es hermosa, se parece mucho a ti

-No, no es su nieta porque usted no es mi madre.

-¿Algún día me vas a perdonar?

-No creo

-Bueno, te contaré mi historia y después tu juzga y haz lo que creas mejor. Yo solo regresé por ti

-Pues se hubiese quedado donde estaba porque a mi no me interesaba conocerla

-Déjame contarte y ya no me interrumpas

La historia fue contada, muchas lágrimas fueron derramadas y una duda se quedo pasmada en la cabeza de Lucero. ¿Quién era el verdadero culpable de su desdicha? Su madre no tenía mucha culpa de lo que había sucedido, pero una cosa si tenía claro y era que si le llegaba a pasar lo mismo, jamás dejaría atrás a su mayor tesoro que era su hija. ¿Ahora que haría?

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