-Fui a ver si la comida estaba lista para ser servida.
-Claro, y ¿por eso te cambiaste el vestido?
-Es que me ensucié
-Y ¿Fernando te ayudó a limpiarte? Con su lengua me imagino
-Que asqueroso-dice levantándose de su silla y dirigiéndose a donde estaba su mamá-¿Te sigue pareciendo que 150 invitados son demasiados?
-¿Para un bautizo? Si, pero debo admitir que todo te quedo hermoso. Ese vestido te queda precioso.
-¿Usted cree? Gracias, señora.
-Mamá...
-Señora-dice Lu algo incomoda
-¿Nunca me vas a perdonar?
-No sé. Entienda que esto es algo muy difícil para mi
-Si, te entiendo. No te voy a presionar. Gracias por permitirme pasar tiempo con mi nieta.
-Ella te quiere mucho, incluso antes de dormir me pregunta si vas a venir a verla al día siguiente
-Yo también la quiero, ustedes dos son lo más importante que yo tengo en la vida
-No me digas
-Hija, ya te expliqué lo que pasó y verdaderamente no hubo día en el que no me arrepienta de no haberte visto crecer.
-Si, bueno... Eso es pasado y lamentablemente nadie lo puede arreglar.-dice Lu
-No me gusta que me restriegues mi error en la cara, Lucero. En serio si pudiera volver atrás, lo haría.
-De no haber pasado así, no habría conocido a Fernando y hoy no tendría a mi hija, así que algo bueno salió a fin de cuentas.
-¿Si me vas a perdonar?
-Lo voy a pensar. Vi que ya conociste a la mamá de Fernando
-¿A Margarita? No, mi vida. La conocí hace muchísimos años, antes de que nacieras.
-¿Eran amigas?
-Si
-¿Sabe que soy tu hija?
-No lo sé, mi amor.
-Ya le preguntaré. Disfruta la fiesta, debo ir a dar la orden de que sirvan la comida
-Espera
-¿Qué pasa?
-¿Te peleaste con tu novio?
-No quiero hablar de eso
-Mi niña, no hay que ser muy inteligente para saber lo que ustedes dos estaban haciendo-dice Fernanda y Lucero se torna roja como tomate-Pero luego lo has estado ignorando...
-Ya no es mi novio, ¿okay? Ya no. Mi novio es Derek.
-¿Cómo? Hace una semana estabas con Fernando
-Es una larga historia...
-Tengo tiempo...
-Yo no...-dice y se va a la cocina
-Mi amor
-No, Fernando. Estoy enojada contigo
-¿Tengo que recordarte que acabamos de hacer el amor?-le dice al oído
-No me lo recuerdes, fue un gran error.
-Claro que no. Me amas y te amo y...
-Fernando, todos se dieron cuenta. No sabes lo avergonzada que me siento en estos momentos.
-¿Y?
-¿Cómo y?
-No me importa
-Mi novio está ahí afuera
-Mi esposa esta ahí afuera
-Tu insistes en mencionarla y hacerme sentir menos, ¿verdad?
-No, mi amor, el punto es que no quiero que me saques a Derek a conversación, siquiera lo menciones... Le quiero romper la cara
-No te atrevas
-Eres mia
-Soy suya
-Sabes bien que no, eres mia y siempre lo serás
-Te odio
-Me amas
-Vete
-No
-Haz lo que quieras
-Bueno...-dice Fernando, la abraza por la cintura y la besa, tomandola de sorpresa
-¿Qué estás haciendo?-dice en contra de sus labios, pasando sus brazos por su cuello
-Te hago caso-dice haciendo el beso cada vez mas profundo-Hago lo que quiero
-Pero yo no quiero
-¿Y por que me lo estás respondiendo?
-Por estúpida-dice rompiendo aquella entretenida conversación
-Te amo
-No te creo
-¿Otra vez?
-Fernando, me dijiste que no te acuestas con ella hace 6 años y la embarazaste
-Mi amor
-¿Qué?-Le grita Lu-Más mentiras ya no me digas.
-No es una mentira, escuchame... Si está embarazada, me puso el cuerno con otro. Dejé la abstinencia contigo el día de navidad.
-No te creo
-Te lo juro por la vida de Stephania
-Con la vida de nuestra hija no juegues
-Jamás lo haría y bien lo sabes. ¿Me vas a creer?-Lucero suspira resignada.
-Está bien
-¿Ya no estás enojada?
-Si
-¿Y ahora?
-No me has pedido que baile contigo
-Si te lo pedí, señorita enojona-dice atrayendola hacia él y besandola
-Ya, déjame que los invitados mueren de hambre
-Vas a echar al tal Derek cuando salgas
-Vas a echar a Jeanny
-No puedo hacer eso
-Yo tampoco
-Bueno, pero el resto de la fiesta te la pases exclusivamente conmigo. Como que eres, mi mujer, toda mia y de nadie más...
-Si, Fernando, como digas.
Fernando se retiró del salón dejando sola a Lucero, quien se dirigió a la cocina. Allí comenzó a dar ordenes cuando sintió que alguien la halaba hacia afuera por el brazo.
-¿Me puedes explicar que estabas haciendo otra vez con Fernando?
-Nada, Derek. Y sueltame, me lastimas
-¿Estás jugando conmigo, zorrita?
-Y dale con la palabrita... ¿Ustedes los hombres no conocen otra clase de insulto?
-Si me engañas con Fernando, te vas a arrepentir
-¿Qué? ¿Me vas a matar? No seas ridículo, por favor. Compermiso.-dice y Derek la sujeta más fuerte
-No te vas porque aún no termino
-Tengo cosas que hacer. Sueltame...
-No
-Que me sueltes, Derek, si no quieres que le llame al papá de mi hija y si en serio a uno de los dos les vaya bien mal.-Derek le soltó el brazo y lo tenia marcado. Terminó de dar las ordenes y salió al jardín.
-Amor, la nena no ha comido nada, ¿Quieres que vaya?
-Si-dice ida
-¿Qué te pasa?-dice Fer cuando nota las marcas que tiene Lucero-¿Quién te hizo esto?
-Nadie, me pegué con una puerta.
-Lucero, tienes unos dedos marcados en tu brazo. ¿Quién te hizo esto?
-No tiene caso
-Eres mi mujer y te voy a defender. ¿Quién fue el abusador? Dime, si no quieres que golpee a todos los hombres que hay en esta fiesta.
-Déjalo así por favor, mi vida.
-Derek... Me va a escuchar...
-No, por favor, Fernando-dice agarrándolo del brazo para intentar detenerlo, pero era tan fuerte que terminó casi arrastrandola con él. Fernando voltea a Derek y le pega, haciéndolo caer al suelo.
-Con mi mujer no te metas, ¿te queda claro?
-Es mi novia
-¿Por eso tienes derecho a maltratarla? Si me entero que le tocaste un pelo, te va a ir muy mal. Es una advertencia y te largas ahora mismo de mi casa.-Todos estaban paralizados y mirando la escenita, nadie entendía y todos murmuraban.
La fiesta siguió y al cabo de unas horas llegó a su fin quedando Lucero, Fernando, la nena, Fiore y Fernanda a quien Lucero ofreció hospedaje. Sabía que tenía una conversación pendiente con Fio y una más importante con Fernando, pero lo que realmente quería hacer era hundir su cabeza en la almohada y dormir hasta el día siguiente.
-Ven, tenemos que hablar-dice Fer tomándola de la mano y llevándola a su habitación.
-¿Qué pasó?-dice Lu sentándose en el borde de la cama
-Primero, me querías decir algo, ¿no?
-Si, pero es algo irrelevante ahora. ¿Qué me querías decir tu?
-Es que no sé que hacer
-¿Con qué? ¿Qué pasó?
-He estado meditando muchas veces el que Jeanny esté embarazada.
-Me juraste que no
-Te juré que no es mi hijo, pero que esté embarazada en sí no sé
-¿Qué va a pasar si lo está?
-No sé, pero es que ahora con este nuevo embarazo dudo más el ser padre de Oliver.
-¿Qué piensas hacer?
-No sé. No sé si hacerme una prueba de ADN o dejarla pasar. ¿Qué si no soy su padre? No me gusta siquiera pensarlo. Aparte ¿Con qué corazón se lo podría decir?
-Creo que si debes hacer la prueba
-¿Y si los resultados dan negativo?
-Pues, quererlo como siempre. No es padre el que engendra, sino el que cuida y ve crecer
-Si, tienes razón. Gracias, mi amor. ¿Qué me querías decir?
-Es que me quedé pensando en lo que pasó hoy en la cocina
-¿Te gustó? Podríamos repetirlo.
-No sueñes tanto, Colunga. Lo que pasa es que... ¿Y si trae consecuencias?
-Amarlo como a Steph.
-Obviamente, pero ¿Y si complica más las cosas? ¿Qué vamos a hacer?
-Nada, no va a complicar nada porque este si estoy seguro que es mi bebé. ¿Verdad, mi amor?-dice besando su plano vientre
-Fernando, no seas ridículo. Recién hoy hicimos el amor y no vamos a saber hasta dentro de dos semanas si si o si no.
-No importa, que sienta el amor de papá. Siento que fui muy salvaje contigo. ¿Te lastimé?
-No
-¿Te gustó hacerlo así?-dice con una sonrisa pícara que fue respondida con una exactamente igual por parte de Lucero. Fernando la besó y se recostó encima de ella. Cada caricia que se proporcionaban era como fuego quemando sus pieles por encima de la ropa. Estaban muy excitados. Se iban a percatar de que el bebé que tanto querían, sería concebido ese día.
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