viernes, 31 de mayo de 2013

Capitulo 22



-No, no, no Fer… Para… No-dice Lu con la respiración agitada

-¿Qué pasa?-dice Fer igual de agitado

-No quiero hacer nada. Puede que después me arrepienta.

-Sabes que me amas y yo…

-Y tu también, pero ahora no estamos juntos y dudo que haya reconciliación entre tu y yo.

-¿Pero con Miguel no te importaría verdad?-dice parándose de encima de ella

-¿A qué viene esto?-pregunta a la vez que se incorpora del suelo

-¡Mierda! Que no soporto sentir que me arrebata lo que es mío

-Fernando… No sé porqué sacaste a Miguel al tema, pero si te deja más tranquilo yo no me acostaría con él. O sea es tu primo y tú eres el padre de mi hija. Ciertas cosas hay que respetarlas.

-Me muero de celos.

-Gracias por reconocerlo, ahora vamos a dormir.

-No quiero dormir, te quiero hacer el amor desesperadamente.

-Lo siento, pero eso no es posible.

Amaneció en el pecho de Fernando como tantas veces había hecho, aunque no sabía cómo había terminado ahí no le molestaba puesto a que era su lugar favorito, entre sus brazos; aunque obviamente no lo iba a aceptar en voz alta. Aun era muy temprano y el dormía plácidamente. Se dedico a mirarlo y acariciar su rostro y luego su pecho.

-Pienso en la felicidad de ella y su hijo, pero a la vez me olvido de la mía y mi hija. ¿Por que soy tan egoísta conmigo misma? Yo merezco mas estar con él, era mío desde un principio y aparte Stefy fue engendrada y nació antes. En todo caso ella tiene más derecho que ese bebe. Desde hoy Fernando volverá a ser mío solamente y ninguna zorra estúpida me lo va a quitar! A menos, claro, que me engañe… eso no lo permitiré! Pero algo me dice que no va a ser tan estúpido… quiero besarlo, pero no quiero despertarlo... Si lo hago lentamente quizá no lo note, prefiero hablarle de mi decisión primero...-piensa Lucero y une sus labios a los de Fer suavemente

-Qué manera tan hermosa de despertar-dice muy sonriente y Lucero se sonroja

-Buenos días

-Soñé contigo

-Y que soñaste?

-Que nos casábamos

-Ay pero que cursi que me saliste, Fernando.

-Sabes bien que quieres

-Sobre eso...

-¿Qué pasa?

-Quería preguntarte... ¿Quieres ser mi novio?

-No estás jugando, ¿o sí?

-No

-¿Y qué te hizo cambiar de opinión? O sea estabas negada

-Pues el hecho de que yo tengo más derecho que la zorra de Jeanny a estar contigo. Fuiste mi jardinero antes que el de la casa donde la conociste. No se vale.

-¿Ah pues cómo ve usted que acepto ser su novio?

-¿Y mi jardinero?

-Todo lo que quieras...

-¡Empiezas el lunes! Y como tu jefa te exijo que vivas en mi casa y que me consientas mucho, mucho. Pero a la nena no, no quiero que sea malcriada.

-La quiero consentir más a ella...

-¿Más que a mí? o sea que ya no me amas

-Más que a mi vida, pero ella es nuestra hija y aparte es tan preciosa y pequeñita... la amo.

-Bueno, está bien pero solo poquito

-Mucho

-Okay. ¿Que se supone que debo ponerme? Te recuerdo que me secuestraste de mi casa

-Desnúdate, mi amor... Para mi nada te queda mejor que verte al natural

-Tu papá y cuñado tendrían una gran erección y tu madre me tacharía de puta y aparte me odiarían con tu hermana. Y luego los matas y te conviertes en criminal. No lo creo... Te quiero conmigo y no en la cárcel

-Dramática que me saliste... Pero para que estés más tranquila, te traje ropa de la que dejaste en la casa cuando te fuiste

-No deje nada

-Bueno, de la que saque de tu maleta antes que te fueras sin que lo notaras... Pensé que lo notarías y volverías por ellas, pero no fue así

-Chico listo... Búscalas, ¿si? 

-Está en la maleta, con mi ropa y lo que le compré a la nena

-Ah, perfecto. Me voy a duchar

-Nos deben estar esperando, así que la tomaré 

-Es muy temprano

-¿Te tengo que recordar de los pulmones de tu hija? Seguro está despierta hace horas

-NUESTRA hija. Y tienes razón, la extraño mucho. Jamás me había separado de ella por más de dos horas.

Bajaron 1 hora y media más tarde y todos con excepción de los niños supieron lo que habían estado haciendo debido al pelo mojado de ambos y una pequeña marca debajo de la oreja de Fernando.

-Buenos días-dice Lu

-Para algunos mejor que para otros-dice doña Margarita sin quitarle la mirada de encima. Luego da un pequeño sorbo a su café sin dejar de mirarla.

-Elena, ¿y mi hija?-le pregunta Fer mientras Lu seguía teniendo la mirada de su suegra encima

-Recién se durmió, se portó muy bien anoche. Lu, ¿podemos hablar?

-Claro, Eli, ¿Qué pasa?

-En privado

-Está bien-la toma del brazo y se van a la cocina

-Miguel estuvo aquí...

-¿QUE?-dice Lu perdiendo el color de la cara

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