-Mi hijo
-Yo sé, pero ¿ahora que tiene?
-Ahora si está muy mal. Es su corazón, está fallando.-dice Fer comenzando a dejar caer varias lágrimas.-Otra vez me pidió que no lo deje morir y es demasiado para mi.
-¿Quieres que vaya?
-No, ¿Con quién dejarías a la niña?
-Ay, mi vida, niñeras tenemos de sobra y tu lo sabes
-Tampoco quiero que vengas y te enfermes de cualquier cosa. No soportaría que la bebé tenga algo, la quiero completamente sana.
-¿La bebé? Aún no sabemos que es...
-Creo que es niña
-Y yo creo que es niño
-La otra vez me ganaste, así que te voy a hacer caso.
-Pero no le va a pasar nada porque yo no me voy a enfermar con estar ahí.
-No me quiero arriesgar.
-¿Qué dice el doctor?
-Mi niño se está muriendo poco a poco, mi amor-dice con la voz completamente quebrada-me hago el fuerte frente a él, pero en cualquier momento me voy a derrumbar. Necesita un transplante, pero no hay donante. Si yo pudiera le daba el mio, te lo juro.
-¿Te vas a matar y nos vas a dejar solos a nosotros tres? Wow...
-Por mi hijo haría eso y más. Pero no soy compatible...
-¿De verdad nos dejarías a nuestra suerte?
-Me estás poniendo entre la espada y la pared.
-Tienes razón, lo siento, mi amor. Los cambios de humor.
-¿Qué voy a hacer si no encuentran donante?
-Debes tener fe, mi cielo.
-¿Y mi princesa?
-Sigue dormida
-¿A estas horas?
-Apenas son las 8, aparte tiene un poco de fiebre.
-¿Desde cuando está enferma?
-Cuando te fuiste en la madrugada... Pero no es nada, ya le está bajando.
-O sea que no has dormido nada...
-No, me dejaste muy preocupada y me quedé esperando tu llamada.
-Vete a la cama
-No, igual tengo chequeo hoy así que mejor me espero
-Está bien.
-Mantenme informada, ¿si?
-Cambié de opinión.
-¿Sobre que?
-Te necesito aquí.
-Me arreglo y salgo para allá.
-Te amo.
-Yo te amo más. Nos vemos al rato.
Una hora más tarde, Lucero entro a la salita se esperas y todo era exactamente como hace 5 años, el día que nació Oliver. La única diferencia era que su bebé de tres meses, ahora tenía cinco años y que estaba embarazada. Fernando al verlas entrar, caminó hacia ellas y se aferro a Lucero comenzando a llorar en su hombro. Ella solo lo abrazada y acariciaba su espalda. Cuando estuvo más tranquilo, besó su mejilla y le agradeció que estuviera allí para luego tomar a Steph en sus brazos, donde la nena apoyó su cabecita en su hombro y se cubrió la carita mientras temblaba del frío a causa de la fiebre.
-¿Cómo te sientes, princesa?
-Mal. Tengo frío.
-Debes llevarla al doctor, Lu
-Tiene cita en unas horas.
-¿No ves que está fingiendo? Es obvio que lo hace porque Oliver tiene toda tu atención-dice Margarita y Fernando le dedica una mirada fulminante
-Papi-dice la nena
-Dime
-Es cierto que me siento malita y tengo mucho frío
-Yo sé, princesita.
-Es que mi abuelita no me cree.
-No te preocupes, yo sé que estás enfermita. ¿Tienes sueño?
-Si-Fernando se sentó en una silla y acomodó a Steph en sus brazos donde la nena se durmió seguido.
-Lu, ¿a qué hora es la cita?
-¿La suya o la mia?
-Las dos
-La suya es a las 2 y la mia a las 4
-¿Piensas ausentarte dos veces? Te recuerdo que Oliver se está muriendo y...
-Mamá... Cállate. Stephania también es mi hija y está enferma.
-¿Y ella?
-Ella es mi mujer y vamos a ver a mi hijo que viene en camino. No te metas tanto en lo que no te importa.
-Oliver es más importante
-Déjalo en paz, mujer-dice don Fernando interviniendo por primera vez-los tres son sus hijos y ninguno es más importante que el otro.
-Pues mi niño si es más importante que cualquiera de esos dos muchachitos, los hijos de ésta
-Se llama Lucero y te voy a pedir que la respetes
-No puedo respetar a alguien que siendo la amante, tenga la cara dura de venir a aparecerse a ver al hijo de la esposa
-Sabes perfectamente bien que yo estaría casado con ella en este momento si Jeanny no me hubiese amenazado. Lo sabes.
-No sé porqué la proteges y amas tanto si no es mi nieta
-Todos sabemos que no es tu nieta. Tampoco lo es Oliver, ni Victoria, ni Eduardo. Esta discusión ya la hemos tenido muchas veces, ¿No crees?
-Parará cuando me demuestres con una prueba de ADN que es mi nieta.
-Yo no tengo que demostrarte nada. Si yo no dudé, ni dudo de mi paternidad entonces tu no tienes derecho a hacerlo
-Esta mujer es una zorra, ¿no ves que solo quiere que la mantengas?
-Ella tiene más dinero que yo.
-Steph-dice Lucero comenzando a mover a la nena para despertarla-princesa
-¿Qué mami?-dice la nena tallandose los ojitos
-¿Quieres ir a ver a los bebés?
-No, mami, tengo mucho sueño.
-¿No quieres ver como será tu hermanita o hermanito cuando nazca?
-Si
-Vamos-dice estirando su mano para que Steph la tome.
-Se va porque sabe que lo que digo es cierto.
-No, se va porque no va a gastar su saliva contigo. Sabe que nada hará que dejes de ser tan metiche en nuestras decisiones e injusta con nuestra hija. Voy a tomar su mismo camino. Solo para saber... ¿Al que viene en camino lo tratarás igual o tu odio es solo hacia Steph?
-No la odio.
-No, claro que no.
-No, pero sé que no es tu hija. ¿Me vas a decir que no se ha acostado con su noviecito, el del bautizo?
-Eso es algo que a ti no te importa.
-Este hijo tampoco es tuyo.
-No voy a discutir eso.
-Fácil te dejas engañar.
-Preguntale a Jeanny si no.
-¿Qué quieres decir con eso?
-¿No está embarazada? Quisiera saber de quien es su hijo, porque mio no es.
-¿Cómo siquiera lo pones en duda?
-Que irónico.
Mientras Fernando y Margarita discutian eso, Lucero y la nena llegaban al area de recien nacidos. A Lucero se le hizo un nudo en el estomago al ver esos bebés tan pequeñitos y hermosos. Ciertamente tenía miedo. Si bien su embarazo había estado desarrollandose sin problema alguno, aún tenía el trauma de la pérdida de su pequeño Fernando unos años atrás y le aterraba la idea de perder nuevamente a su pequeño.
-Mami, te amo y todo pero yo no puedo ver nada-dice Steph de puntitas intentando ver por el cristal.
-Ay princesa, no te puedo cargar.
-Entonces regresemos.
-No, vamos a quedarnos un ratito y te llevo por helado, ¿quieres?
-No.
-¿No quieres helado? Espero que no tengas nada muy malo, bebé.-dice Lu y de repente alguien levanta a Steph del suelo
-¡Migue!-dice Lu abrazandolo-Hace como 5 años que no te veia
-Mami, ¿quién es este señor?
-Es el primo de papá, chiquita
-¡Como ha crecido! La última vez que la vi tenia... ¿Qué?
-Como 3 meses. Mi princesa crece muy rápido-dice besándole la mejilla a Steph
-Veo que tienes pareja-dice señalando su redondo y crecido vientre.
-Si, tu primo.
-¿En serio? No sabía que se había divirciado.
-No, está en trámite. Y no, mi embarazo no es accidente si eso piensas.
-Sé que mi primo y tu se aman mucho.
-Si, siempre ha sido así.
-Me acuerdo perfectamente-dice Migue mientras se encaminan hacia la sala de esperas nuevamente-Cuando éramos novios y te secuestró...
-¿Fuiste novio de mi mamita?-pregunta Steph dirigiendole una mirada asesina
-Si, princesita
-Mi nombre es Stephania y sueltame, ya no quiero que me cargues.
-¡Steph!-dice Lu en tono de regaño-Perdonala, es muy celosa conmigo. Más que Fer.
-No importa, solo es una niña. ¿Pero más que Fernando?
-Pues si, pero no sé de donde le salen tantas cosas.-dice mientras entran a la sala de esperas. Fernando al ver quien acompañaba a su prometida y tenía en brazos a su pequeña hija, se levanto corriendo de la silla y se la arrebató de los brazos. Steph inmediatamente lo abrazó y recostó su cabecita en su hombro.
-¿Qué estás haciendo aquí?
-Me enteré que Oliver está muy mal
-Eso no es algo que deba importarte.-Le grito Fernando y su discusión cada vez subía más de tono
-Claro que debe importarme
-No, y no quiero que estés aquí así que retírate por favor
-No me voy a ningún lado
-¡Que te vayas digo! ¿No te da vergüenza estar en un lugar donde no te quieren?
-A mi no me importa si me quieren o no, yo aquí me quedo. Tengo derecho...
-¿Derecho? ¡No seas ridículo! ¿Por qué tendrías derecho?
-Porque Oliver es mi hijo.-le grita Miguel dejando a toda la familia pasmada. Fernando perdió totalmente el color de la cara y puso a Steph en el suelo. ¿Habría escuchado bien? Claro que si, miraba a Lucero y estaba igual de paralizada que el y al voltear toda su familia imitaba su estado. No podría ser cierto. Cuando pensaba que las cosas no podían empeorar, se sorprendía. Empeoraban más.
Esta buenismaaa !! continualaa por fiss *-*
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