viernes, 13 de septiembre de 2013

Capítulo 39

-Mi amor, ¿qué fue lo que pasó? Anoche saliste corriendo y ya no me explicaste nada-dice Lucero hablando por celular con Fernando

-Mi hijo

-Yo sé, pero ¿ahora que tiene?

-Ahora si está muy mal. Es su corazón, está fallando.-dice Fer comenzando a dejar caer varias lágrimas.-Otra vez me pidió que no lo deje morir y es demasiado para mi.

-¿Quieres que vaya?

-No, ¿Con quién dejarías a la niña?

-Ay, mi vida, niñeras tenemos de sobra y tu lo sabes

-Tampoco quiero que vengas y te enfermes de cualquier cosa. No soportaría que la bebé tenga algo, la quiero completamente sana.

-¿La bebé? Aún no sabemos que es...

-Creo que es niña

-Y yo creo que es niño

-La otra vez me ganaste, así que te voy a hacer caso.

-Pero no le va a pasar nada porque yo no me voy a enfermar con estar ahí.

-No me quiero arriesgar. 

-¿Qué dice el doctor?

-Mi niño se está muriendo poco a poco, mi amor-dice con la voz completamente quebrada-me hago el fuerte frente a él, pero en cualquier momento me voy a derrumbar. Necesita un transplante, pero no hay donante. Si yo pudiera le daba el mio, te lo juro.

-¿Te vas a matar y nos vas a dejar solos a nosotros tres? Wow...

-Por mi hijo haría eso y más. Pero no soy compatible... 

-¿De verdad nos dejarías a nuestra suerte?

-Me estás poniendo entre la espada y la pared.

-Tienes razón, lo siento, mi amor. Los cambios de humor.

-¿Qué voy a hacer si no encuentran donante?

-Debes tener fe, mi cielo. 

-¿Y mi princesa?

-Sigue dormida

-¿A estas horas?

-Apenas son las 8, aparte tiene un poco de fiebre.

-¿Desde cuando está enferma?

-Cuando te fuiste en la madrugada... Pero no es nada, ya le está bajando.

-O sea que no has dormido nada...

-No, me dejaste muy preocupada y me quedé esperando tu llamada.

-Vete a la cama

-No, igual tengo chequeo hoy así que mejor me espero

-Está bien.

-Mantenme informada, ¿si?

-Cambié de opinión.

-¿Sobre que? 

-Te necesito aquí.

-Me arreglo y salgo para allá.

-Te amo.

-Yo te amo más. Nos vemos al rato.

Una hora más tarde, Lucero entro a la salita se esperas y todo era exactamente como hace 5 años, el día que nació Oliver. La única diferencia era que su bebé de tres meses, ahora tenía cinco años y que estaba embarazada. Fernando al verlas entrar, caminó hacia ellas y se aferro a Lucero comenzando a llorar en su hombro. Ella solo lo abrazada y acariciaba su espalda. Cuando estuvo más tranquilo, besó su mejilla y le agradeció que estuviera allí para luego tomar a Steph en sus brazos, donde la nena apoyó su cabecita en su hombro y se cubrió la carita mientras temblaba del frío a causa de la fiebre.

-¿Cómo te sientes, princesa?

-Mal. Tengo frío.

-Debes llevarla al doctor, Lu

-Tiene cita en unas horas.

-¿No ves que está fingiendo? Es obvio que lo hace porque Oliver tiene toda tu atención-dice Margarita y Fernando le dedica una mirada fulminante

-Papi-dice la nena 

-Dime

-Es cierto que me siento malita y tengo mucho frío

-Yo sé, princesita. 

-Es que mi abuelita no me cree.

-No te preocupes, yo sé que estás enfermita. ¿Tienes sueño?

-Si-Fernando se sentó en una silla y acomodó a Steph en sus brazos donde la nena se durmió seguido.

-Lu, ¿a qué hora es la cita?

-¿La suya o la mia?

-Las dos

-La suya es a las 2 y la mia a las 4

-¿Piensas ausentarte dos veces? Te recuerdo que Oliver se está muriendo y...

-Mamá... Cállate. Stephania también es mi hija y está enferma.

-¿Y ella?

-Ella es mi mujer y vamos a ver a mi hijo que viene en camino. No te metas tanto en lo que no te importa.

-Oliver es más importante

-Déjalo en paz, mujer-dice don Fernando interviniendo por primera vez-los tres son sus hijos y ninguno es más importante que el otro.

-Pues mi niño si es más importante que cualquiera de esos dos muchachitos, los hijos de ésta

-Se llama Lucero y te voy a pedir que la respetes

-No puedo respetar a alguien que siendo la amante, tenga la cara dura de venir a aparecerse a ver al hijo de la esposa

-Sabes perfectamente bien que yo estaría casado con ella en este momento si Jeanny no me hubiese amenazado. Lo sabes.

-No sé porqué la proteges y amas tanto si no es mi nieta

-Todos sabemos que no es tu nieta. Tampoco lo es Oliver, ni Victoria, ni Eduardo. Esta discusión ya la hemos tenido muchas veces, ¿No crees?

-Parará cuando me demuestres con una prueba de ADN que es mi nieta.

-Yo no tengo que demostrarte nada. Si yo no dudé, ni dudo de mi paternidad entonces tu no tienes derecho a hacerlo

-Esta mujer es una zorra, ¿no ves que solo quiere que la mantengas?

-Ella tiene más dinero que yo.

-Steph-dice Lucero comenzando a mover a la nena para despertarla-princesa

-¿Qué mami?-dice la nena tallandose los ojitos
 
-¿Quieres ir a ver a los bebés?

-No, mami, tengo mucho sueño.

-¿No quieres ver como será tu hermanita o hermanito cuando nazca?

-Si

-Vamos-dice estirando su mano para que Steph la tome. 

-Se va porque sabe que lo que digo es cierto.

-No, se va porque no va a gastar su saliva contigo. Sabe que nada hará que dejes de ser tan metiche en nuestras decisiones e injusta con nuestra hija. Voy a tomar su mismo camino. Solo para saber... ¿Al que viene en camino lo tratarás igual o tu odio es solo hacia Steph?

-No la odio.

-No, claro que no.

-No, pero sé que no es tu hija. ¿Me vas a decir que no se ha acostado con su noviecito, el del bautizo?

-Eso es algo que a ti no te importa.

-Este hijo tampoco es tuyo.

-No voy a discutir eso.

-Fácil te dejas engañar.

-Preguntale a Jeanny si no.

-¿Qué quieres decir con eso?

-¿No está embarazada? Quisiera saber de quien es su hijo, porque mio no es.

-¿Cómo siquiera lo pones en duda?

-Que irónico.

Mientras Fernando y Margarita discutian eso, Lucero y la nena llegaban al area de recien nacidos. A Lucero se le hizo un nudo en el estomago al ver esos bebés tan pequeñitos y hermosos. Ciertamente tenía miedo. Si bien su embarazo había estado desarrollandose sin problema alguno, aún tenía el trauma de la pérdida de su pequeño Fernando unos años atrás y le aterraba la idea de perder nuevamente a su pequeño.

-Mami, te amo y todo pero yo no puedo ver nada-dice Steph de puntitas intentando ver por el cristal.

-Ay princesa, no te puedo cargar.

-Entonces regresemos.

-No, vamos a quedarnos un ratito y te llevo por helado, ¿quieres?

-No.

-¿No quieres helado? Espero que no tengas nada muy malo, bebé.-dice Lu y de repente alguien levanta a Steph del suelo

-¡Migue!-dice Lu abrazandolo-Hace como 5 años que no te veia

-Mami, ¿quién es este señor?

-Es el primo de papá, chiquita

-¡Como ha crecido! La última vez que la vi tenia... ¿Qué?

-Como 3 meses. Mi princesa crece muy rápido-dice besándole la mejilla a Steph

-Veo que tienes pareja-dice señalando su redondo y crecido vientre.

-Si, tu primo.

-¿En serio? No sabía que se había divirciado.

-No, está en trámite. Y no, mi embarazo no es accidente si eso piensas.

-Sé que mi primo y tu se aman mucho.

-Si, siempre ha sido así.

-Me acuerdo perfectamente-dice Migue mientras se encaminan hacia la sala de esperas nuevamente-Cuando éramos novios y te secuestró...

-¿Fuiste novio de mi mamita?-pregunta Steph dirigiendole una mirada asesina

-Si, princesita

-Mi nombre es Stephania y sueltame, ya no quiero que me cargues.

-¡Steph!-dice Lu en tono de regaño-Perdonala, es muy celosa conmigo. Más que Fer.

-No importa, solo es una niña. ¿Pero más que Fernando?

-Pues si, pero no sé de donde le salen tantas cosas.-dice mientras entran a la sala de esperas. Fernando al ver quien acompañaba a su prometida y tenía en brazos a su pequeña hija, se levanto corriendo de la silla y se la arrebató de los brazos. Steph inmediatamente lo abrazó y recostó su cabecita en su hombro.

-¿Qué estás haciendo aquí?

-Me enteré que Oliver está muy mal

-Eso no es algo que deba importarte.-Le grito Fernando y su discusión cada vez subía más de tono

-Claro que debe importarme

-No, y no quiero que estés aquí así que retírate por favor

-No me voy a ningún lado

-¡Que te vayas digo! ¿No te da vergüenza estar en un lugar donde no te quieren?

-A mi no me importa si me quieren o no, yo aquí me quedo. Tengo derecho...

-¿Derecho? ¡No seas ridículo! ¿Por qué tendrías derecho?

-Porque Oliver es mi hijo.-le grita Miguel dejando a toda la familia pasmada. Fernando perdió totalmente el color de la cara y puso a Steph en el suelo. ¿Habría escuchado bien? Claro que si, miraba a Lucero y estaba igual de paralizada que el y al voltear toda su familia imitaba su estado. No podría ser cierto. Cuando pensaba que las cosas no podían empeorar, se sorprendía. Empeoraban más.

1 comentario: