miércoles, 21 de agosto de 2013

Capitulo 37

-Fernando-dice Lucero medio dormida-Fer... Despierta

-¿Qué pasa?

-Tu hija está en la puerta

-¿Le abro?

-Si-dice con los ojos aún cerrados

-Bueno-dice levantandose de la cama, estrujandose los ojos

-Mi cielo

-Dime

-Que sexy

Fernando abre los ojos percatandose de su total desnudez y al voltear, Lucero lo miraba con un rastro de deseo y picardia en los ojos.

-¿Le abro?-Lucero dudó un momento. Él la miraba divertido mientras esperaba su respuesta.

-No, ven aquí conmigo. Ella se irá.

-Que mala madre

-Estoy demasiado cansada como para vestirme.

-Aparte sería una pérdida de tiempo vestirnos para que después yo te arranque la ropa-dice acostándose a su lado y abrazándola por la cintura

-¿Quién te dijo que yo queria algo contigo?

-Si no recuerdo mal, anoche me gritabas que no parara

-Tienes amnesia 

-Por supuesto que no

-Entonces me engañaste con otra

-Estuve con la mujer más hermosa del mundo, Lucero Hogaza.

-Si está bien guapa y es simpática, pero eres mío.

-Si, señora

-¿Señora? Yo soy una señorita o ¿acaso usted me ha jurado amor eterno frente al altar? 

-Aún no, pero pronto

-Ay si, llevo cinco años escuchando la misma historia

-¿No tenias sueño tu?

-Si, pero es más divertido pelear contigo. ¿Sabes cuál es mi parte favorita?

-¿Cuál?

-Reconciliarnos-susurra contra su cuello y luego comienza a besarlo

-¿No que no querías nada conmigo? No me provoques de esta manera

-Cambié de opinión-dice sentándose a horcajadas sobre el y continua besándole el cuello mientras sus caderas llevaban un movimiento que lo estaba haciendo perder la cabeza. 

-Ya-dice tomándola por la cintura y levantándola un poco para finalmente entrar en su cuerpo mientras la besaba. Cada vez iba más rápido y Lucero cada vez gemía más alto. Al llegar al punto máximo de placer, Fernando ahogó un grito de Lucero besándola. Lucero se tumbó encima de el y en esa posición se quedaron dormidos por unas cuantas horas más. 

Al despertar, Fernando la observaba con cierta adoración y ternura que le llegó al alma. Le dio un pequeño beso y se abrazó a el muy fuertemente.

-Buenas tardes, mi bella durmiente

-¿Qué hora es?

-Como las 3:30

-¿Por qué me dejaste dormir tanto?

-Estabas cansada, mi bonita. Tienes semanas de no dormir como se debe.

-Más el ejercicio de anoche y esta mañana-dice tiñendose de un color rosa

-Lo mejor de la vida...

-Ya, no sigas. ¿La nena no regresó?

-Sabes bien que lo más probable es que esté con doña Fernanda. La quiere mucho.

-Y ella también, muy distinto a...

-Dilo

-Pues a tu mamá

-Yo sé, pero ya no me voy a meter en eso. Si ella no quiere ser parte de la vida de Stephania, es su problema. De mi parte y hasta ahora es su única nieta.

-Creo que ya van a ser dos-asegura Lucero con una sonrisa radiante.

-Mi sueño hecho realidad-dice Fer dándole un piquito.

-Ya vamos a bajar o se van a preocupar. Van a pensar que me comiste.

-Nada que no sea cierto...

-Pero la gente no se tiene que enterar cada que tengamos intimidad

-¿Por qué no? Que sepan que nos amamos con locura

-¿A ti? Claro que no. Estás bien feo.

-Y tu hermosa

-Yo lo sé y ya me voy a bañar

-¿La compartes conmigo?

-No

Se levanto de la cama y se adentró en el baño. Como conocía bien a Fer, contó hasta diez y escuchó la puerta abrirse. Sonrió. Luego sintió los brazos de su novio rodearla por la cintura y recostó su cabeza en su pecho. 

-Te dije que no la quería compartir

-Y yo decidí que la vamos a compartir, quieras o no.

-No me digas

-Pues vete enterando-dice dándole la vuelta y apoderándose de sus labios mientras la aprisionaba entre sus brazos. No hay que ser muy listos para saber lo que en la ducha hicieron durante media hora. 

Salieron de la habitación y se fueron directo a la cocina donde Lucero preparó algo para comer y mientras lo hacía, veía por la ventana a su princesa jugar en el jardín con su abuelita.

-Al menos una de las dos si la disfruta

-¿Por qué no la perdonas? Bien sabes que quieres hacerlo

-Es que si me duele que me haya abandonado como lo hizo y todo lo que yo tuve que pasar por eso

-Si, pero eso es parte del pasado. Aparte la quieres y se nota.

-Es mi mamá.

-Pues por eso y no me digas que lo vas a pensar. Eso es situación de la perdonas o no. Tienes pensando más de un mes.

-Es que la quiero perdonar, pero...

-Pero nada. Si quieres, no entiendo que te detiene. Sal a jugar con ellas dos.

Y así lo hizo. Pasaron una tarde madres e hijas inolvidable, llena de risas y diversión. De alguna manera, Lucero se sentía que llevaba un peso menos y amaba ver a su nena reir como lo hizo aquella tarde. Definitivamente después de ese día iban a cambiar mucho las cosas, entre ellas su relación con su madre.

-¿De que querías hablarme, hija?-dice entrando al estudio/despacho detrás de Lucero.

-Siéntate-dice Lu-Quiero hablar contigo de como será nuestra relación

-Sé que no debo pedirte demasiado, no te presiono

-Escúchame, por favor.

-Perdón

-Si te perdono... Y no me interrumpas, escúchame. Desde que regresaste ya pasó un mes y alguito más y en este tiempo haz formado parte de la felicidad de mi hija y eso es lo más importante para mi. También me has demostrado que te arrepientes y que me quieres y me has apoyado en el problema que tuve hace poquito con Fer y créeme que significa mucho para mi. Nunca a nadie le he importado así, bueno aparte de Fernando y ya después Fiore.

-¿Y tu hermana?

-Mi relación con Carolina es diferente. Nos llevamos perfectamente, pero cuando se casó ya no fue lo mismo. Estuve sola otra vez. No te niego que si me apoyó en uno de los momentos más difíciles de mi vida, pero siempre está de viaje. Su esposo es mi socio.

-No sabia que eras dueña de una empresa

-Mi esposo

-¿Estás casada?

-Soy viuda, pero este no es el punto; ya perdimos el hilo de la conversación. El punto es que si te perdono y ya perdimos demasiado tiempo como para seguir perdiendo más.

-Te amo, hija

-Yo te quiero

-Y no podría pedir más. ¿Me dejas que te abrace?-Lucero vaciló por unos instantes, pero luego asintió. Madre e hija se fundieron en un abrazo, un momento irremplazable e imposible de olvidar.

-¿Ya si me vas a decir mamá?

-Si... Mamá

-Recuerdo la primera vez que esa palabra salió de tu boquita, eras una bebé preciosa-Lu rompe aquel abrazo con una sonrisa dibujada en su cara y limpiándose una lágrima

-Permiso, amor, tu hija me pregunta por ti.

-¿Ya la pusiste en la cama?

-Si, pero sabes que no se va a dormir hasta que le des su beso de buenas noches

-Ya subo

Los días fueron pasando rápidamente, y con el paso del tiempo, Lucero dormía cada vez más, incluso le pusieron el apodo de "osita". Ella tenia una leve sospecha de cual sería la razón, pero no quería ilusionar a su familia sin estar segura de que estuviese en lo correcto. 

-Fio, ¿me acompañas al doctor?

-¿Te sientes mal?

-No, pero debo ir eliminando opciones

-¿Por el sueño?

-Si, puede ser una recaída en la anemia, tanto como puede ser...

-Embarazo. 

-Exacto. Tengo miedo.

-¿De qué?

-Perder a mi bebé otra vez si de verdad estoy embarazada

-Oye, no, esa vez fue provocada y tu no tienes culpa alguna. 

-Si, pero sufrí demasiado y aún me duele.

-Es normal, perdiste un bebé. ¿Quieres ir hoy?

-No, creo que no estoy preparada mentalmente aunque es una de las cosas que más deseo

-Voy por unas pruebas a la farmacia

-¿Y si da negativo?

-Es un riesgo que debes correr...

jueves, 15 de agosto de 2013

Capitulo 36

-¿Me puedes explicar que estabas haciendo?-le pregunta Derek en tono bajo de voz para que nadie se enterase de lo que había estado pasando.

-Fui a ver si la comida estaba lista para ser servida.

-Claro, y ¿por eso te cambiaste el vestido?

-Es que me ensucié

-Y ¿Fernando te ayudó a limpiarte? Con su lengua me imagino

-Que asqueroso-dice levantándose de su silla y dirigiéndose a donde estaba su mamá-¿Te sigue pareciendo que 150 invitados son demasiados?

-¿Para un bautizo? Si, pero debo admitir que todo te quedo hermoso. Ese vestido te queda precioso.

-¿Usted cree? Gracias, señora.

-Mamá...

-Señora-dice Lu algo incomoda

-¿Nunca me vas a perdonar?

-No sé. Entienda que esto es algo muy difícil para mi

-Si, te entiendo. No te voy a presionar. Gracias por permitirme pasar tiempo con mi nieta.

-Ella te quiere mucho, incluso antes de dormir me pregunta si vas a venir a verla al día siguiente

-Yo también la quiero, ustedes dos son lo más importante que yo tengo en la vida

-No me digas

-Hija, ya te expliqué lo que pasó y verdaderamente no hubo día en el que no me arrepienta de no haberte visto crecer.

-Si, bueno... Eso es pasado y lamentablemente nadie lo puede arreglar.-dice Lu

-No me gusta que me restriegues mi error en la cara, Lucero. En serio si pudiera volver atrás, lo haría.

-De no haber pasado así, no habría conocido a Fernando y hoy no tendría a mi hija, así que algo bueno salió a fin de cuentas.

-¿Si me vas a perdonar?

-Lo voy a pensar. Vi que ya conociste a la mamá de Fernando

-¿A Margarita? No, mi vida. La conocí hace muchísimos años, antes de que nacieras.

-¿Eran amigas? 

-Si

-¿Sabe que soy tu hija?

-No lo sé, mi amor. 

-Ya le preguntaré. Disfruta la fiesta, debo ir a dar la orden de que sirvan la comida

-Espera

-¿Qué pasa?

-¿Te peleaste con tu novio? 

-No quiero hablar de eso

-Mi niña, no hay que ser muy inteligente para saber lo que ustedes dos estaban haciendo-dice Fernanda y Lucero se torna roja como tomate-Pero luego lo has estado ignorando...

-Ya no es mi novio, ¿okay? Ya no. Mi novio es Derek.

-¿Cómo? Hace una semana estabas con Fernando

-Es una larga historia...

-Tengo tiempo...

-Yo no...-dice y se va a la cocina

-Mi amor

-No, Fernando. Estoy enojada contigo

-¿Tengo que recordarte que acabamos de hacer el amor?-le dice al oído

-No me lo recuerdes, fue un gran error.

-Claro que no. Me amas y te amo y...

-Fernando, todos se dieron cuenta. No sabes lo avergonzada que me siento en estos momentos.

-¿Y?

-¿Cómo y? 

-No me importa

-Mi novio está ahí afuera

-Mi esposa esta ahí afuera

-Tu insistes en mencionarla y hacerme sentir menos, ¿verdad?

-No, mi amor, el punto es que no quiero que me saques a Derek a conversación, siquiera lo menciones... Le quiero romper la cara

-No te atrevas

-Eres mia

-Soy suya

-Sabes bien que no, eres mia y siempre lo serás

-Te odio

-Me amas

-Vete

-No

-Haz lo que quieras

-Bueno...-dice Fernando, la abraza por la cintura y la besa, tomandola de sorpresa

-¿Qué estás haciendo?-dice en contra de sus labios, pasando sus brazos por su cuello

-Te hago caso-dice haciendo el beso cada vez mas profundo-Hago lo que quiero

-Pero yo no quiero

-¿Y por que me lo estás respondiendo?

-Por estúpida-dice rompiendo aquella entretenida conversación

-Te amo

-No te creo

-¿Otra vez?

-Fernando, me dijiste que no te acuestas con ella hace 6 años y la embarazaste

-Mi amor

-¿Qué?-Le grita Lu-Más mentiras ya no me digas. 

-No es una mentira, escuchame... Si está embarazada, me puso el cuerno con otro. Dejé la abstinencia contigo el día de navidad. 

-No te creo

-Te lo juro por la vida de Stephania

-Con la vida de nuestra hija no juegues

-Jamás lo haría y bien lo sabes. ¿Me vas a creer?-Lucero suspira resignada.

-Está bien

-¿Ya no estás enojada?

-Si

-¿Y ahora?

-No me has pedido que baile contigo

-Si te lo pedí, señorita enojona-dice atrayendola hacia él y besandola

-Ya, déjame que los invitados mueren de hambre

-Vas a echar al tal Derek cuando salgas

-Vas a echar a Jeanny

-No puedo hacer eso

-Yo tampoco

-Bueno, pero el resto de la fiesta te la pases exclusivamente conmigo. Como que eres, mi mujer, toda mia y de nadie más...

-Si, Fernando, como digas.

Fernando se retiró del salón dejando sola a Lucero, quien se dirigió a la cocina. Allí comenzó a dar ordenes cuando sintió que alguien la halaba hacia afuera por el brazo. 

-¿Me puedes explicar que estabas haciendo otra vez con Fernando?

-Nada, Derek. Y sueltame, me lastimas

-¿Estás jugando conmigo, zorrita?

-Y dale con la palabrita... ¿Ustedes los hombres no conocen otra clase de insulto?

-Si me engañas con Fernando, te vas a arrepentir

-¿Qué? ¿Me vas a matar? No seas ridículo, por favor. Compermiso.-dice y Derek la sujeta más fuerte

-No te vas porque aún no termino

-Tengo cosas que hacer. Sueltame...

-No

-Que me sueltes, Derek, si no quieres que le llame al papá de mi hija y si en serio a uno de los dos les vaya bien mal.-Derek le soltó el brazo y lo tenia marcado. Terminó de dar las ordenes y salió al jardín.

-Amor, la nena no ha comido nada, ¿Quieres que vaya?

-Si-dice ida

-¿Qué te pasa?-dice Fer cuando nota las marcas que tiene Lucero-¿Quién te hizo esto?

-Nadie, me pegué con una puerta.

-Lucero, tienes unos dedos marcados en tu brazo. ¿Quién te hizo esto?

-No tiene caso

-Eres mi mujer y te voy a defender. ¿Quién fue el abusador? Dime, si no quieres que golpee a todos los hombres que hay en esta fiesta.

-Déjalo así por favor, mi vida.

-Derek... Me va a escuchar...

-No, por favor, Fernando-dice agarrándolo del brazo para intentar detenerlo, pero era tan fuerte que terminó casi arrastrandola con él. Fernando voltea a Derek y le pega, haciéndolo caer al suelo.

-Con mi mujer no te metas, ¿te queda claro?

-Es mi novia

-¿Por eso tienes derecho a maltratarla? Si me entero que le tocaste un pelo, te va a ir muy mal. Es una advertencia y te largas ahora mismo de mi casa.-Todos estaban paralizados y mirando la escenita, nadie entendía y todos murmuraban.

La fiesta siguió y al cabo de unas horas llegó a su fin quedando Lucero, Fernando, la nena, Fiore y Fernanda a quien Lucero ofreció hospedaje. Sabía que tenía una conversación pendiente con Fio y una más importante con Fernando, pero lo que realmente quería hacer era hundir su cabeza en la almohada y dormir hasta el día siguiente.

-Ven, tenemos que hablar-dice Fer tomándola de la mano y llevándola a su habitación.

-¿Qué pasó?-dice Lu sentándose en el borde de la cama

-Primero, me querías decir algo, ¿no?

-Si, pero es algo irrelevante ahora. ¿Qué me querías decir tu?

-Es que no sé que hacer

-¿Con qué? ¿Qué pasó?

-He estado meditando muchas veces el que Jeanny esté embarazada.

-Me juraste que no

-Te juré que no es mi hijo, pero que esté embarazada en sí no sé

-¿Qué va a pasar si lo está?

-No sé, pero es que ahora con este nuevo embarazo dudo más el ser padre de Oliver.

-¿Qué piensas hacer?

-No sé. No sé si hacerme una prueba de ADN o dejarla pasar. ¿Qué si no soy su padre? No me gusta siquiera pensarlo. Aparte ¿Con qué corazón se lo podría decir?

-Creo que si debes hacer la prueba 

-¿Y si los resultados dan negativo?

-Pues, quererlo como siempre. No es padre el que engendra, sino el que cuida y ve crecer

-Si, tienes razón. Gracias, mi amor. ¿Qué me querías decir?

-Es que me quedé pensando en lo que pasó hoy en la cocina

-¿Te gustó? Podríamos repetirlo.

-No sueñes tanto, Colunga. Lo que pasa es que... ¿Y si trae consecuencias?

-Amarlo como a Steph.

-Obviamente, pero ¿Y si complica más las cosas? ¿Qué vamos a hacer?

-Nada, no va a complicar nada porque este si estoy seguro que es mi bebé. ¿Verdad, mi amor?-dice besando su plano vientre

-Fernando, no seas ridículo. Recién hoy hicimos el amor y no vamos a saber hasta dentro de dos semanas si si o si no.

-No importa, que sienta el amor de papá. Siento que fui muy salvaje contigo. ¿Te lastimé?

-No

-¿Te gustó hacerlo así?-dice con una sonrisa pícara que fue respondida con una exactamente igual por parte de Lucero. Fernando la besó y se recostó encima de ella. Cada caricia que se proporcionaban era como fuego quemando sus pieles por encima de la ropa. Estaban muy excitados. Se iban a percatar de que el bebé que tanto querían, sería concebido ese día.