-Jardinero!-llamó desde donde estaba
-¿Si jefa?
-Está usted muy guapo, ¿sabía?
-¿Se me está lanzando, jefa?
-Si
-Por ahí escuché que tiene novio
-Si, y también es el papá de mi hija, el hombre más guapo del mundo y el amor de mi vida
-Si ya tiene a esa maravilla, por qué se fija en mi?
-¡Porque quiero un beso suyo, caballero!
-Pues acérquese señorita bonita-dice y toma sus labios entre los suyos.
-Ya, Fer!-dice entre risas-te amo
-Yo te amo más, mi bonita!-dice acariciandole el rostro-¿Me das la tarde libre jefa?
-¿Razón, motivo o causa?
-Ya, en serio, mi amor. Debo ir a ver a Oliver.
-¿A que hora te vas?
-Como en una hora, ¿por?
-Te iba a pedir que te quedes con las niñas
-¿A donde van?
-A pagar el servicio se catering al club y la decoradora
-Pero eso es rápido, ¿no?
-No sé, pero ve a verlo y nos llevamos a las niñas
-Gracias por comprenderme
-Eres mi novio, ¿no? Ya una vez no supe apoyarte y dañamos nuestra relación. No pretendo cometer los mismos errores.
-Eres perfecta
-Eso dicen
-Dime quien para asesinarlo
-¡Fernando!
-Bueno, no me gusta que miren lo que es mio
-Y a mi no me gusta compartir lo mio, así que apresuren lo de tu divorcio
-No me compartes más que con tu hija
-Más o menos. ¿Te quedas esta noche?
-No creo
-¿Vienes mañana?
-No sé, te llamare mas tarde y te aviso si vendré a dormir
-¿El niño está enfermo?
-No, gracias a Dios ahora mismo se encuentra bien
-¿Y entonces?-dice pasándole la limonada
-Es que hace días no paso mas de dos horas con el
-Al día
-Pues si, pero solía vivir con el y es un cambio del cielo a la tierra y más para un niño especial
-Para cualquier niño... Steph es más feliz cuando despierta y estás en casa
-Me cuesta mantenerlos felices a los dos
-Lo sé, pero si me preguntas que a cual prefiero que sea más feliz
-No vas a decir que el hijo de otra, así que ya lo sé Lu. ¿Pero y yo como me divido? Cuando voy con uno, el otro se pone mal. Cuando voy con el otro, el uno se pone mal y yo soy solo una persona.
-Eso es para que aprendas a usar un condón, señorito!
-Bueno y no tanto eso. Jamás engendrare otro hijo, lo juro.
-Claro que si. No pretendo quedarme con una sola hija y si no me lo das tu, pues lo tendré con otro
-Tan graciosita tu
-¿Quién te dijo que estaba bromeando?-a Fernando se le borra la sonrisa de la cara y Lucero rie-Ya, baboso. Pero si quiero otro y me lo vas a dar
-Ya hemos trabajado para eso
-Si pero aún no estoy
-¿Y si me dejas a las niñas para que vayan a jugar con Oliver?
-No
-¿Por qué no?-dice abrazandola por la cintura y entrando juntos a la casa
-Porque tu hijo solo insulta y molesta a mi hija
-Nuestra hija y es solo un niño.
-Y ella es solo una niña. Tienen la misma edad, mi amor
-El error numero uno. Aún así quiero que se lleven bien, son hermanos.
-Está bien. Steph me viene con queja y duermes en la sala
-¿Y si me voy a mi apartamento mejor?
-Dije que a la sala
-Como usted diga, jefa. También tengo que pasar a la oficina.
-¿Entonces para que te vas a llevar a las niñas?
-No te preocupes. Ahí se van a divertir más que aquí y mi secretaria no para de decirme que quiere conocer a Steph desde que nació
-Fer, eso fue hace cinco años. Que mala persona que eres
-Se me pasa
-Dales de comer y cámbialas-dice tomando las llaves del bureau-Te amo
-Yo también-dice y le da un pequeño beso en los labios-pero ¿y Caro y Cristal?
-Está afuera esperándome hace como media hora
-Ya vete
-¿A que hora las vas a traer?
-No sé, yo te llamo.
-Está bien! Me voy-dice Lu y le da un beso. Fernando sube a la habitación de Steph.
-Princesa, vamos a salir. Bañense y cambiense
-¿A dónde vamos, papi?
-A visitar a tu hermanito
-No quiero, ve tu solo.
-¿Con quién se quedan ustedes dos?
-Papi, ya tengo cinco años y Mailet tiene cuatro. Ya somos niñas grandes y nos podemos cuidar solitas.
-Bueno, niñas grandes, vayan a bañarse que casi nos vamos.-dice Fer dejándolas solas otra vez
-Yo no quiero ir a ver a ese tonto. Solo me dice cosas feas
-Pero tu papi dijo que tenemos que bañarnos, así que vamos.
-Vamos entonces...
Pasó media hora y los tres salieron de la casa y al cabo de unos minutos llegaron a la antigua casa de Fer que ocupaban Jeanny y su hijo.
-Bajen-dice Fer abriendoles la puerta.
-¿Vamos a quedarnos mucho tiempo, papi?
-No, mi reina
-Está bien.-dice la niña sonriente. La puerta se abre dejando ver a la nana del niño.
-Fernando! ¿Cómo estás?-dice esta
-¡Bien! ¿El niño?
-Está en el studio. ¿Quienes son estás dos preciosuras?
-Mi hija y sobrina política
-Con que esta es la famosa Steph de la que tanto me habla Oliver
-Papi, ¿ya nos vamos?
-Steph, acabamos de llegar-dice tomandolas por las manos a las dos y dirigiendose al studio
-Tio, quiero ir al baño
-Susana-llama Fer a la niñera del niño
-Si, Fer?
-Lleva a la niña al baño por favor. Estaremos en el studio, llevala ahí
-Claro-dice Susana llevandose a Mailet y Fer y Steph se dirigen al studio
-Papi!-grita el niño cuando lo ve entrar por la puerta
-Hola campeon-dice Fer abrazandolo.
-¿Qué hace esta fea en mi casa?
-Ay que flojera con este bobo, papi. Vamonos de aquí.-dice Steph
-Ya basta los dos. Son hermanos y deben quererse, no pelear.
-¡No quiero! Me cambiaste por ella...
-Vengan los dos-dice sentandose en el sofá con ellos cada uno en una pierna-Yo los amo a los dos por igual y ustedes deberian quererse mucho. Cuando yo me muera, ustedes solo se tendran ustedes dos para cuidarse y quererse
-¿Te vas a morir papi?-dice la nena y comienza a llorar
-No, mi vida! Para eso falta mucho, no llores por favor
-Me lo prometes?
-Si, Steph.
-Está bien-dice secandose las lagrimas
-Quiero que se den un abrazo
-Ay no
-Que asco-dice Steph
-Ahora-Fer dice y los nenes se abrazan.-ahora vayan a jugar
-Si, papi-dicen los dos a la vez y se sientan en el suelo a jugar con los leggos que había por todo el suelo. Mientras Fer los veia jugar, entraron Susana con Mailet quien se les unio
-Susy, ven aca-dice Fer
-¿Que pasa, Fer?
-¿Qué te cuenta Oliver de mi hija?
-Bueno, básicamente siempre me dice que la quiere mucho pero que no te diga. Y está celoso de que te fuiste de la casa a vivir con ella.
-No vivo con ellas
-Mi hermana no dice lo mismo
-Susy, tu eres inteligente y conoces bien a Jeanny.
-Pues si, pero como sea no está bien que los abandones
-Vivo en otra casa, no vivo con ellas. ¿A qué hora llegará Jeanny?
-No sé, supongo que a eso de las 7. ¿Por?
-Voy a llevar a los niños a cenar y luego lo traigo de regreso.
-Está bien, yo le aviso
-Bien-dice Fer.- Niños
-¿Si, papi?-responde Steph
-¿Qué quieren cenar?
-¡Helado!-dice Mailet
-Eso no es cena, mi amor. Pero después de cenar iremos por helados
-¡Si!-celebraron los tres al mismo tiempo
-Pero ¿que vamos a cenar?
-Yo quiero pizza-dice Steph
-¿Quieren pizza?-le pregunta Fer a los otros dos niños quienes asienten.
Salen los cuatro de la casa y se dirigen a una pizzería muy cercana y pasan la cena riendose y divirtiendose. Ahí mismo ordenaron los helados y Fer por fin se sintió completo al ver a sus dos hijos llevarse bien. Al regresar a casa, las niñas estaban dormidas, así que tuvo que cargarlas a las dos y entrar como pudo. Al hacerlo se encontró con la casa en silencio así que supuso que Lucero estaría dormida, aunque era bastante temprano. Dejó a las nenas en la habitación de Steph y se puso a buscar a Lucero. La encontró en el balcón muy pensativa.
-¿Princesa?-Pero ella no respondía, estaba como en otro mundo. Se acercó más a ella y notó que el teléfono estaba destrozado en el suelo y ella tenía las mejillas mojadas por las lágrimas que había derramado. La abrazó por atrás para hacerle sentir que estaba con ella y que no la dejaría sola. Ella solo recostó su cabeza en su hombro y cerro los ojos.
-Me hicieron una mala jugada-dice Lu en casi un susurro
-¿Qué pasó bonita?
-Me marcaron y era una mujer. Me dijo que era mi mamá y que quería verme... Y yo tire el teléfono.
-No llores, mi amor. No me gusta verte así...
-Es que no lo puedo evitar! Me duele mucho que me estén jugando así de sucio
-Mañana temprano visitaré a mi mamá y más le vale no ser la responsable de esto
-Fer...
-Dime
-¿Y si en serio era ella?
-¿Quieres verla?
-No sé-dice Lu llorando y abrazándolo más fuertemente-es demasiado por hoy. Quiero dormir.
-Vamos-dice Fer tomándola en sus brazos. Ella se abraza a su cuello y deja descansar su cabeza en su hombro.
Cuando ambos ya estaban acostados en la cama, Fer la abrazó y la apoyó en su pecho donde ella siguió llorando hasta que se quedó dormida. Después de todo ella era la mujer que amaba y el dolor suyo lo sentía como propio. Al día siguiente investigaría todo y pobre el que le había causado ese dolor porque no se la acabaría.