domingo, 31 de marzo de 2013

Capitulo 11


-No, yo no puedo hacer esto-dice Fer al separarse bruscamente de Lucero

-Pero si me acabas de decir que me amabas.-dice Lu al borde del llanto

-Te amo, pero yo no puedo regresar contigo. Tu solo ves el dinero... Me dejaste por pobre y ahora te habrás enterado que me heredaron...

-NO! El dinero no me importa, yo...

-Cállate, por favor. No quiero saber nada.

-Pero Fer...-dice comenzando a llorar y el la interrumpe

-Pero nada... Yo ahora estoy con Jeanny y la amo. Vamos a ser felices juntos

-Y yo? Y mi bebe?-dice vuelta ya un mar de lagrimas

-No se tu, pero a mi bebé lo amaré siempre. Me llego de sorpresa, una agradable por cierto... 

-Hiciste el amor con ella?

-Es mi novia

-Si o no?

-Si

-Bien que me amabas, tu.

-Lo mismo digo... 

-Te juro que...

-No me jures nada. Avísame de las citas con el ginecólogo  pues quiero ir. Ahora retírate por favor... Debo ir por Jeanny

-Solo espero que cuando te enteres, no te arrepientas... Adiós Salió dando un puertazo. Por que la vida se había empeñado en hacerla miserable? 

Pasaron días, días que se convirtieron en semanas y meses, exactamente 3. Lucero tenia una pancita de 5 meses, su bebe ya se notaba y amaba sentirle moverse. Ya sabía que estaba esperando una niña. Fue un momento de felicidad en el que había besado a Fernando y se había arrepentido después, al igual que el. Se seguían amando, pero el orgullo no le permitía a ninguno dar el primer paso. 

Lucero había decidido invitar a cenar a Caro para darle la noticia de que tendría una niña. Estaba tan emocionada! Llegaron a un restaurante muy bonito y se sentaron a platicar mientras las atendía un mesero.

-Adivina!

-Que?

-Estamos esperando una nena-dice Lucero con una sonrisa celestial y lagrimas en los ojos.

-En serio? Hermanita... Esto hay que celebrarlo!-dice mientras la abraza fuertemente y luego siente a su pequeña sobrina

-Quiero que seas su madrina

-En serio?

-Claro! Quien va a quererla mas que tu? Eres mi hermana

-Y Fernando está de acuerdo?

-Me crees si te digo que no me importa?

-No...

-Entonces creerlo, no me importa. Ya no le importo y pretendo olvidarlo

-No te quiero escuchar hablando así. Cuando fue la ultima vez que lo viste?

-Hace dos días en el ginecólogo... Y

-Y?

-Nos besamos-dice sonrojándose

-Ves como aún lo amas?

-Por supuesto! Nunca dije que no, pero lo quiero olvidar... Quererlo solo me hace mal

-Y Augusto?

-A que viene esto? No se, hace una semana y un día exactamente que no lo veo

-Y no te preocupa?

-Para nada... Se porta algo cariñoso, pero se que está con otra mujer

-No te importa?

-No, nada. Quiere que mi bebé lleve su apellido, pero tiene a su papá y no necesita otro

-Debes considerarlo

-No

-Al fin y al cabo va a mantenerlas a las dos

-El papá de mi niña también tiene dinero

-Y como? Siendo jardinero? Lu, sabes bien que no gana mucho y...

-Su tío lo heredo, Carolina. Es millonario ahora.

En eso entran de la mano y muy sonrientes Fernando y Jeanny. Lucero se quedo atónita y una lagrima corrió por su mejilla. Fernando no se percato de su presencia hasta que al salir corriendo se choco con el mesero y todo cayo al suelo haciendo un gran estruendo que llamo la atención de todos. Lo miró a los ojos y la vio llorando; ella salió corriendo y el se sentó a lado de su novia, pero se sentía horriblemente mal. Carolina lo vio y se acercó a su mesa.

-A ver, Fernandito. Me puedes explicar?

-Hola, Carolina. Yo también estoy bien

-No estoy para tu sarcasmo, niño bonito. Piensas que porque eres millonario puedes jugar con mi hermana?

-De que habla?-dice Jeanny echándole una mirada asesina

-No se de que me hablas, Caro

-Pues de todo... Van a tener una hija! Le dices que la amas, la besas, luego la lastimas haciéndola verte con esta

-Tengo nombre

-No me interesa. Fernando, no se que pretendes pero no voy a permitir que le hagas mas daño a mi hermana... Si de verdad la quieres

-No, Caro. No voy a ir a buscarla y pretender que todo esta perfecto cuando es obvio que no. Yo a tu hermana la amo más que a mi vida, pero...

-Que estas diciendo?

-Lo siento Jean... Te amo, pero a ella mas. Es el amor de mi vida y no quiero mentirte

-Fernando, esto me parece humillante e indignante

-No te vayas.-la sujeta del brazo y se gira hacia Carolina- Caro... Entiende que no puedo estar con tu hermana

-No la viste salir? Ahora no se ni donde puede estar... Y se que está muy mal. Tu no amas a esta... Por que no puedes regresar con Lucero admites que la amas?

-Ve, Caro. Ella me dejo porque no tenía dinero y no sabes cuanto sufrí. A Jeanny la conocí en mi trabajo que conseguí al renunciar a los Manrique y ella me ayudo a superarlo. Pero lo de Lucero jamas se me va a olvidar. Amo que vayamos a tener una hija, pero nuestra relación ahí termina.

-Eres demasiado estúpido .. Obviamente ella no te termino porque eras pobre... Lucero podrá no trabajar, pero nuestro padre le dejo la mitad de su fortuna al morir. Ella es rica y no necesita nada. Te lo dijo para que te alejes! Augusto la amenazo con hacerte daño y ella lo hizo. No puedo creer que en serio te hayas tragado ese cuento después de todo lo que vivieron deberías saber que ella te ama.

-Caro, no se que decirte. Prometo que hablaré con ella.

-Déjalo así. Espero que seas muy feliz con esta... Me voy a buscar a mi hermana porque yo si la quiero

-Seguro se fue a su casa

-El único problema es que vinimos en mi auto y yo tengo las llaves.-Fernando perdió totalmente el color. Era de noche y no sabia donde estaba Lucero. Y si le sucedía algo? Jamás se lo perdonaría.

-Te acompaño a buscarla

-No hace falta

-Claro que si! Es mi mujer

-No, Fernando. Yo soy tu mujer... Ella es tu pasado o lo olvidas?-dice Jeanny notablemente enojada

-Jeanny... Ahora no estoy para tus escenitas de celos. Ella es la madre de mi hija y no sabemos donde pueda estar en estos momentos. 

-Me vas a dejar que me vaya sola a mi casa? 

-Obvio que no. Si quieres espérame aquí mismo y yo regresare por ti 

-No hace falta. No estoy para las sobras de amor que ella me deja... No quiero volver a saber de ti

-Me hablas en serio? 

-Muy en serio

-Me dejaste el camino muy fácil. Gracias, la verdad si quería regresar con ella.

-Me hablas en serio?

-Muy en serio. Llámame para saber que llegaste bien

-No quiero... Ya lárgate a buscar a la muchachita esa

-No me lo tienes que pedir... Adiós. Caro, vamos-

Una vez afuera decidieron que seria mucho mejor si se separaban e iban hacia lugares opuestos y que al encontrarla llamara al otro. Así lo hicieron. Fernando estaba demasiado preocupado; la había imaginado hasta muerta, pero luego se convenció de que solo eran malas jugadas que su mente le hacia. A lo lejos vio una silueta, la de la mujer que tan perfectamente bien conocía  Se acerco a ella corriendo y sin saber como o porqué se abrazo a ella y la dejo llorar en su pecho. 

-Que haces aquí?

-Shhhhhh... Desahogate, mi amor.

-No me digas así si después me vas a dejar y te vas a ir con tu novia

-No te dejaré, ni me iré con mi novia. No tengo novia, bonita.

-Y Jeanny?

-Terminamos

-Pero... Por qué?

-Tu defensora número uno me reclamo delante de ella que te besé... Y me explicó un par de cosas y pues no pudo soportarlo

-Caro?

-Quien más?

-Que te explicó?-dice y lo mira a los ojos. El sintió que su corazón se reprimía al notar la angustia en su mirada, preferia morir antes de volver a ver esa mirada en ella. Le beso la frente y la volvió a abrazar. 

-Digamos que ahora se tus motivos y me siento como un completo imbécil

-No lo eres

-Si, sí lo soy. Te juzgue muy mal y tu solo buscabas protegerme! Te amo, sabes?

-Mi nombre es Lucero Hogaza, mucho gusto- Fernando la miro extrañado, pero luego comprendió que Lucero quería comenzar de cero. Esta era una oportunidad que ella y la vida misma le estaban regalando y no la iba a desperdiciar.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Capitulo 10


Pasaron dos días, dos días en los que Fernando no supo nada de su bonita. Quizá le había sucedido algo, pero no quería  llamarla. Ella le había pedido que esperase a que ella lo hiciera. Se estaba desesperando y pensaba lo peor. La muerte paso por su cabeza, pero el imbécil sería capaz de matarla? Suena su celular y él contesta lo más rápido que pudo

-Bonita?

-Mi amor? Necesito que vengas a mi casa, tenemos que hablar.

-Sí, ya mismo llego.

Cuando Fernando llego se percato que estaban totalmente solos en la casa, pero escucho a Lucero muy rara. El la conocía y sabía que algo no iba bien.

-Mi amor?-dice entrando al despacho

-Aquí estoy. Pasa, siéntate.

-Que me querías decir? Te volvió a hacer daño?

-No

-Entonces?-la notaba extraña. Tenía la mirada perdida y aparte estaba muy pálida.

-Es que no te quiero volver a ver

-Qué?

-Lo que oyes-dice mientras deja escapar dos lagrimas y lo mira a los ojos-no quiero saber más de ti

-Pero por qué? Que te hice?

-Augusto amenazo con dejarme y no puedo cambiarlo por ti. Tú eres pobre y yo no puedo vivir así

-Me estás hablando en serio?

-Si

-Estas consciente de que me estas matando con esto que estás diciendo?

-Perdón

-Por qué? Por haber jugado conmigo o por romperme el corazón como lo has hecho?

-Yo no jugué contigo

-Ahh no? Y como le llamas a enamorarme y luego dejarme por una cosa tan superficial como el dinero? Te aborrezco… eres una zorra

-No me digas así-dice dejando escapar muchas lagrimas, en realidad si le había dolido que el hombre que ella amaba se expresara de esa manera-

-Es increíble como una persona puede cambiar tu estado de ánimo en segundos

-estas enojado?

-No es enojo, es decepción. Pensé que eras sincera, pensé que de verdad era el amor de tu vida-Lucero permanece callada-pero para que ser buena persona si ya nadie se fija en eso? Para que cuidarte y querer bajarte la luna y las estrellas si al final lo único que querías era buen sexo?

-No importa cuánto nos amemos… hay cosas que simplemente no pueden ser por una razón u otra

-Seamos sinceros, tu NUNCA me amaste como decías. Tal vez no fui lo que querías o no resulte ser lo que necesitabas, pero una cosa si se y es que fui mucho más de lo que merecías

-Como puedes decir eso? Arriesgue mi matrimonio por estar contigo el día de mi fiesta, lo olvidas?

-Estabas jugando. En fin, a veces este tipo de cosas suelen suceder para que uno note que no está con la persona correcta. Adiós jefa, espero que el dinero de su marido la haga muy feliz.

Fernando salió por esa puerta como alma que lleva el diablo dejando a Lucero hecha un mar de lágrimas en el suelo del despacho. Sentía como la mitad de su alma se iba con el y ella poco a poco iba muriendo. Sus ganas de vivir se reducían a nada. Por qué el destino tenía que ser tan cruel con ella?

-Te amare siempre, mi amor. Algún día entenderás que lo hice por tu bien, todo fue por ti.

Pasaron 2 meses. 2 meses en los que Fernando conseguido nueva conquista y se entero que era el heredero universal de un tío que tenía en España. Al parecer era hermano de su difunta madre del cual no sabía, ahora era millonario y no necesitaba de nada. Había conseguido todo olvidar por completo a Lucero y se había enamorado de una joven muy guapa llamada Jeanny.
Lucero cada día iba peor. No comía, no dormía, no salía, parecía muerta en vida. Un día Caro decidió ir a visitarla junto con Sebas, sabía que eso le haría bien.

-Lucero? Pero que te paso hermanita?-dice Caro muy preocupada al ver a la lucero pálida y casi esquelética en la que se había convertido su hermana.

-Que haces aquí? No quiero estar con nadie

-Sebas, creo que mejor nos dejas solas

-Sí, bebe-dice y le da un besito y luego sale. Al ver esta escena, Lucero rompe en llanto cosa que era parte de su día a día desde hacía 2 meses.

-Por que hay personas que lo tienen todo? Por que a mi, Caro? Por que yo tengo que sufrir por que me falta lo único que he amado en esta vida?

-Hablas de Fernando?

-De que mas?

-Y por eso estas así? Lucero mírate! Estas más delgada y blanca que una hoja! Hace cuando que no comes?

-No me interesa eso

-No es saludable

-Que me importa? Prefiero morir a sufrir como lo hago todos los días… entiende que mi vida perdió el sentido

-Mi vida no te puedes dejar morir! Sabes bien que lo hiciste por su bien

-Y de que me sirve? Mírame

-Lo sé, hermanita, por eso te digo que tienes que comer algo. Nunca te había visto así

-Yo… yo…-

Carolina solo la vio desvanecerse. Se asusto muchísimo así que comenzó a gritar por ayuda e inmediatamente Sebastián entro por la puerta. Se llevaron a Lucero a la clínica, sabían que esto traería muchas consecuencias. Solo esperaban que se pudiera recuperar muy pronto.

-Familiares de la señorita Hogaza-dice la doctora

-Yo soy su hermana

-acompáñeme por favor

-Que le paso a mi hermana-le pregunta caro una vez dentro del consultorio

-Su hermana sufre un severo caso de desnutrición y deshidratación. Tiene una anemia muy fuerte a causa del mismo y eso no es bueno para el bebe que esta esperando.

-bebe? Que bebe?

-Está embarazada de aproximadamente 2 meses. No lo sabía?

-No, no. Estoy segura que ella tampoco

-Bueno, pues necesita cuidarse mucho de ahora en adelante o le traerá muchas complicaciones al embarazo. 
Solo esta inconsciente, su cuerpo no aguanto mas, pero se va a recuperar

-Eso espero, gracias doctora.

-Es un placer

Caro entra a la habitacion y se sienta junto a la cama de Lucero-Hermanita debes ponerte bien-

-Caro?

-Despertaste! Gracias a Dios

-Que me paso?

-Resulta que una señorita se desmayo por no comer nada en mucho tiempo. No te hace bien, tienes mucha anemia y aparte a que no adivinas

-otra mala noticia?

-No, esta es muy buena

-Dime

-Estas embarazada

-En serio?-dice Lucero sintiendo que por fin recobraba algo de vida.

-Sí, hermanita

-He estado matando a mi bebe?-dice Lucero atónita y comienza a llorar

-No, no llores. Estas deshidratada

-Es que Caro, mírame! Soy un desastre… me eche a morir por el desamor de Fernando y le he hecho mucho daño a lo más sagrado que voy a tener en toda mi vida

-Quieres que llame a Fernando?

-No

-Por qué?

-No sé si es su hijo o de Augusto. Aparte él se olvido de mi muy fácil

-Y como sabes que no está igual o peor que tu?

-Muy simple, el simple hecho de que seguro ya me olvido. Piensa que jugué con el

-Yo lo se

-Entonces?

-Pienso que debes decirle

-Se lo diré, cuando este lista

-Y Augusto?

-Hace días no se nada de el

-Le marco

-No, por favor

Pero era muy tarde. Sebastián lo había llamado en cuanto llegaron al hospital y allí estaba, el ser que mas repudiaba en el mundo. El culpable de estar muerta en vida.

-Ya vuelo, hermanita

-Que te paso?

-Ahora no te hagas el interesado

-Me interesa

-Si, como no. Estoy embarazada

-Ves como si te acuestas con otro, zorra desgraciada?-dice y le da una cachetada

-No me toques imbécil! Y como puedes estar tan seguro de que no es tuyo?

-Por el simple hecho de que soy estéril, pero me alegra muchísimo saber que tu galan ya no te quiere porque por eso estas así verdad?

-Que te importa? LARGATE

-No

-Que te vayas- En eso Carolina vuelve a entrar en la habitación-Caro, sacalo por favor. No lo quiero ver

-Augusto, retírate por favor

-No

-Quieres que llame a la seguridad?

-No hace falta

-Mi hijo es de Fernando-dice Lucero mientras esbozaba una sonrisa de oreja a oreja y rompiendo en llanto, esta vez de felicidad. Su amor por fin estaba dando frutos.

Salió de la clínica y lo primero que hizo fue ir a ver a Fernando. Tenia mucho miedo de cómo el podría reaccionar. Llevaba su pulsera, no se la había quitado desde el dia en el que el se la había regalado. Era su joya más preciada. Solo cuando estuvo frente a la puerta bacilo un poco, pero luego se decidió a usar las llaves que el le había dado.

-No puede ser-había cambiado la cerradura. Toco la puerta y la atendió un hombre al que no había visto en su vida.-Perdone, se encuentra Fernando?

-El ya no vive aquí, señorita

-No sabe donde vive?

-Quien lo busca?

-Su novia

-Su novia y no sabía? El señor es millonario, para que iba a querer vivir en una casa tan pequeña?

-Millonario? No, disculpe debe haber un error

-El Fernando del que hablo vivía aquí hasta hace unos meses.

-Exacto, pero Fer no es millonario

-No sé, señorita. Solo puedo darle su teléfono

-Se lo agradecería

El señor le dio el teléfono y ella se lo paso a Caro para que marcara. Al parecer era el teléfono de una oficina. Cuando se había vuelto empresario? Invento algo y consiguió que le dieran la dirección de su casa. Lucero no sabia que hacer, pero decidió ir a verlo allí. Tenia que hacerlo, su razón era mas poderosa que cualquier “no te quiero volver a ver” que Fernando le hubiese dicho.

Toco el timbre y espero un momento. Una muchacha hermosa, de buen cuerpo le abrió y se quedo atónita. Quizá no se había equivocado cuando dijo que ya la había olvidado

-Disculpa, creo que me equivoque

-A quien busca?

-A Fernando Colunga, pero creo que me equivoque

-No, es aqui. Espere un momento-dice mientras se retira de la puerta-Mi amor, te buscan

-Quien?-oyo la voz del hombre que nunca había dejado de amar. Provenia de adentro del departamento

-Una mujer

Fernando salió del lugar, que suponía era una cocina, y se quedo paralizado al verla.

-Que haces aquí?

-Necesito que hablemos

-De que? Yo no tengo nada de que hablar contigo. Diablos, Lucero! Hace cuanto tiempo que no comes?

-Importa?

-Por supuesto! Por que lo haces?

-De verdad tengo que decírtelo con palabras?

-Tu me dejaste a mí y mira no’mas. Ahora soy todo lo que no era y por lo que me dejaste-eso la había herido, otra vez estaba llorando

-No te das cuenta de que me estoy tragando el maldito orgullo al venir aquí?

-NO! Escúchame bien, yo sufrí demasiado por ti

-No me ves? Acaso no es evidente que yo aun sufro?

-No seas mentirosa

-No te estoy mintiendo idiota. Además no vine a discutir si muero por ti o no, tengo algo muy importante 
que hablar contigo… a solas-dice dirigiéndose a Jeanny

-Es mi novia y le confío todo

-Esto no

-No tengo nada que ocultar

-Estoy embarazada

-QUE?-dicen los dos a la vez.

Jeanny estaba llorando y Lucero también. Fernando la estaba abrazando a ella y eso le partía el alma a Lucero. Quizá si lo había perdido totalmente, pero el bebe que esperaba no tenía la culpa y Fernando tendría que responder.

-Como estas tan segura de que no es hijo de Augusto?

-El es estéril

-Entonces si es mi bebe…-dice Fernando con algo de emoción en su voz.

-Yo te amo, pero es evidente que para ti fue muy fácil reemplazarme. Solo vine hasta aquí para dejarte claro que vamos a ser padres… pensé que sería de tu agrado la noticia

-Claro que lo es.- Jeanny lo miro sorprendida y se fue de casa de Fernando enojada

-No era mi intención hacer esto en frente de tu novia, pero tú me lo pediste. Es muy bonita… la amas?

-Si

-Más que a mí?-Fernando permaneció en silencio-Respóndeme

-Jamás voy a amar a nadie como te amo a ti

-Te amo? Aun me amas?-dice lucero con la voz entrecortada y otra vez llena de lagrimas

-Jamás podría dejar de hacerlo.

Estaría sonando? O en serio Fernando había dicho esas palabras? Sentía que se iba a desmayar, pero él la sujeto por las caderas justo a tiempo y se perdieron en la mirada del otro. Sin darse cuenta se estaban besando. Se necesitaban, sus cuerpos les gritaban que necesitaba del otro para estar completos. Había extrañado sus besos, sentir sus labios sobre los suyos. Ahora estaba perdido, esa mujer era su debilidad… ahora como le explicaría a Jeanny? Se había convencido que el amor verdadero solo tocaba una vez a la puerta y que cuando lo hacía era imposible dejar de amar a aquel ser especial, su media naranja, el amor de su vida; su Lucero.

martes, 26 de marzo de 2013

Capitulo 9

Al terminar la canción acaricio la mejilla de Fer y se dirigió a la casa. Tenía propuesto ir a la cocina a pedir que sirvieran la cena, pero antes de llegar alguien la halo por el brazo bruscamente y la metió al estudio. Augusto, estaba perdida.
-Me puedes decir con qué cara trajiste a tu amante y lo besaste en frente de mi?
-Con la misma cara que TU hiciste lo mismo con Leila, porque obvio sé todo lo que has hecho con ella.

-Soy hombre

-Y que con eso? Por ser hombre tienes derecho a serme infiel? Estas muy equivocado Augusto

-Quien es ese maldito bastardo?

-A ti no te importa y mas bastardo eres tu

-Mira Lucerito, estoy perdiendo la paciencia-dice arrinconándola

-Que haces?

-Dime quien es o me enterare por mis propios medios y lo matare

-Mira intento de hombre-dice mientras toma en sus manos su miembro-Tu le tocas un pelo y te arranco tu tesorito

-No te atreverías

-Pruébame

-Está bien, hagamos un trato… yo no le hago daño pero te tienes que olvidar de el

-No lo voy a hacer

-Lucero, tener dinero me hace mucho más poderoso de lo que crees

-No me importa

-Muy bien… solo aléjate de él mientras estemos en frente de mis socios.

-Todo el mundo ya me vio

-Pero nadie te reconoció

-Como puedes estar tan seguro?-dice dejándolo solo en el estudio y cerrando de un portazo
Al volver al jardín Fernando la recibió con los brazos abiertos, se preocupo al sentirla temblando y al mirarla a la cara noto que había perdido el color.

-Qué pasa?

-Augusto me reconoció y me amenazo con matarte

-A mi me reconoció?

-Creo que no, pero no me quiero arriesgar. Vete por favor

-Pero yo…

-Vete, mi cielo. Más tarde me paso por tu casa, pero me tienes que esperar despierto… quiero que me ames.

-Te lo prometo-dice y le da un beso y se va

Lucero quería llorar, pero en lugar de eso se dirigió a Deya y tomo a la pequeña en sus brazos. Deya la miraba con ojos de picara, ella también la había reconocido pero confiaba en que no abriría la boca.

-Hola mi vida, como estas princesa? Me recuerdas? Soy tu tía-la nena le sonríe-ayy mi vida, que hermosa! 
Te amo, bebe.

-Tengo que hablar contigo-dice Deya

-Puede ser mañana? Sé de qué quieres hablar y aquí no

-Muy bien

-Está todo bien con Alejandro?

-Si! Estamos bien otra vez, gracias a ti.

-Me alegra mucho. Me la prestas? Tu vete a bailar con tu esposo

-Claro, gracias.

-Disfruta la fiesta-le dijo y se sentó con la bebe en brazos ya que ella sabía que ella no lo haría.

-Hola extraña

-Hola hermanita!

-Oye, por que estas aquí?

-Es que Fernando se fue

-Por qué?

-Es que Augusto me amenazo con matarlo cuando descubriera su identidad y no me quería arriesgar

-Es que como te pones a besarlo en frente de él?

-Es que pensé que no me reconocería

-Lucero, creo que todos en esta fiesta te reconocieron. El hecho de que lleves antifaz no te hace invisible

-No me importa, yo lo amo y es el único que ha sabido hacerme feliz.

-Sí, pero a qué precio? Sabes bien que Augusto es un hombre de palabras y va a cumplirte

-Lo mato

-Mejor ahorrate las lagrimas y alejate de Fer, será lo mejor

-Es que no quiero renunciar a ser feliz

-No llores, arruinaras tu maquillaje y estás hermosa

-Es que Caro, yo ya no puedo vivir sin el

-Prefieres que lo maten?

-Supongo que no

-Eso pensé

-Mañana hablare con el. Pero y si le contrato seguridad?

-No, Lucero.

-Está bien.

Las horas pasaban lentamente y ya se le habían acabado las lagrimas a Lucero. Su fiel compañera durante toda la fiesta había sido la pequeña Lorena que ahora dormía en sus brazos. Lentamente los invitados comenzaron a irse hasta que solo quedaron Carolina y Sebastián y, por supuesto, Cristal que se estaba quedando en casa de Caro.

-Prima, tenemos que salir antes de que me regrese a Chicago

-Como lo hacíamos antes? Tienes razón! Mañana las invito a un café

-Y si mejor vemos pelis en mi casa?-dice Caro

-Lo que sea, pero quiero salir de aquí-dice Lucero

-Que te pasa?

-Nada, Cris. Te enteraras después.

-Okay

-Vámonos, chicas.-dice Sebastián desde la puerta que daba al jardín

-Nos vemos mañana hermanita-dice y la abraza y le susurra-Ánimos, estarás bien.

-Bye, Cris-dice Lucero y abraza fuertemente a su prima. No la había visto en 5 años y si la había echado de menos.

Subió a su habitación y se quito el vestido y los zapatos y se dio un baño. Meditaba, pensaba. No tenía ganas de alejarse de Fernando, el se había convertido en su aire. Lloro de impotencia. No podía creer que Augusto la había acorralado de esa manera. En su destino no estaba escrito el “vivieron felices para siempre”. Se quedo dormida de tanto llorar.

Despertó, pero los rayos del sol aun no le avisaban un nuevo dia. Estaba oscuro y sentía unas manos recorrer su cuerpo. Qué diablos estaba pasando? Sería una pesadilla? Al intentar moverse Augusto le soltó un manotazo que la puso a llorar de inmediato.

-No te muevas pequeña zorra, y no llores si no quieres que te vaya peor

-Quítate de encima, bestia-dice mientras Augusto besaba su piel, le producía asco.

-Quédate quieta dije

-Quítate o grito

-Grita todo lo que quieras! Sabes bien que estamos solos

-Por favor no me hagas daño

Augusto le arranco la ropa y sin preámbulos se adentro en ella haciéndola estremecer. La estaba lastimando pero el muy imbécil no se inmutaba. Las lagrimas corrian por sus mejillas y la imagen de Fernando se hizo presente en su memoria. Por su parte Fernando despertó algo agitado y sentía una pequeña opresión en su pecho y sentía que le faltaba el aire. Su bonita no había ido, seguro se sintió agotada y simplemente había dormido. Minutos más tarde suena el celular de Fer y era ella.

-Mi vida, no te preocupes por no haber venido. Seguro te quedaste dormida.

-Pasa por mí y llévame al hospital por favor-dice con la voz entrecortada

-Que te hizo el imbécil ese?

-Me tomo a la fuerza y me duele mucho. Me hizo daño

-Lo voy a matar-dice Fernando parándose de la cama y encaminándose a la puerta-quiero que saques tus cosas porque hoy mismo te saco de esa casa

-No hay tiempo ahora, me siento muy mal. Solo pasa por mi

-Estoy de camino. Te llamo cuando llegue, te amo.

Esos minutos a Lucero le parecieron horas. Finalmente Fernando llego y ella bajo las escaleras lentamente y al salir de la casa él la estaba esperando. La tomo en brazos y ella acomodo su cabeza en su pecho. El beso su cabeza y ella sabía que estando entre sus brazos nada malo le iba a suceder.

Capitulo 8


Ya era el día de la fiesta. Estaba demasiado emocionada así que se paró de la cama a las 6am. Seguía durmiendo en la habitación de invitados desde hacía una semana ya que no quería volver con su marido. Ese día tenía muchas cosas que hacer, pero antes de darle los últimos toques a todo deseaba ver a Fernando. Era su cumpleaños y aunque sabía que él no le daría nada, para ella el mejor regalo seria que la amase como siempre. Entro al baño a tomar una ducha, planeo todo, término de ducharse y salió. Al salir se encontró con la figura de su marido tumbado en su cama. Que hacia allí?

-Ni te molestes en vestirte, quiero que hagamos el amor-

-No quiero

-Es una ocasión importante, anda… déjame y después te doy tu regalo.

-No soy una puta a la que puedes comprar con regalos caros… si eso es lo que piensas te puedes quedar con lo que sea que compraste

-Okay, olvida lo que dije. Pero ven a la cama conmigo

-Ya te dije que no

-Por qué desde que volví no te has querido acostar conmigo?

-Sabes bien que no te amo. Además no se qué enfermedades habrás contraído con todas las fulanas con las que te acuestas, yo paso. 

-Yo estoy muy sano

-Y yo no te tengo nada de ganas así que si me permites

-No me voy a ir

-Como tu quieras

Lucero entro en el armario y se vistió allí dentro. Al salir Augusto la miro enojado, ella le sonrió y salió de la habitación. Ya eran las 7 así que debía apresurarse si quería ver a Fernando antes de su cita en la peluquería. 

Llego a casa de Fernando y abrió con sus llaves; el aun debía estar dormido. Y efectivamente, al entrar en su habitación ahí estaba tumbado, parecía un angelito. Se sentó a su lado y lo miro fijamente y comenzó a recordar todo lo que allí habían vivido. Comenzó a acariciarle el pelo y la mejilla y el abrió los ojos. Le sonrió, se incorporo rápidamente y quedo sentado en frente de ella. La miro directo a los ojos mientras ambos se sonreían y la beso. Le beso la frente, los ojos, la nariz, las mejillas y finalmente en los labios.

-Feliz cumple mi princesa

-Gracias mi amor. Quería comenzar este día de la manera más perfecta y pensé “Que podría ser mas perfecto que un beso de tu novio?” y aquí estoy. Gracias por hacerme feliz.

-Te amo demasiado, princesa.

-Yo te amo más. Vas a venir esta noche?

-Sabes que no me parece buena idea

-Pero…

-Pero sabes que sí, todo por complacerte y hacerte feliz…- No termino la oración porque Lucero se le había lanzado encima y lo besaba sin control. Fernando la sentó a horcajadas sobre él y la sujetaba por las caderas. Lentamente comenzó a subir sus manos por debajo de la blusa

-No, Fernando no-decía Lucero algo agitada

-Por qué?-dice Fer contra sus labios

-Me tengo que ir, solo pase por mi beso de cumple y vaya que si me lo diste

-Te amo. Pero por que la prisa?

-Es que aun me falta acomodar algunos detalles de esta noche y tengo cita en la peluquería, en el spa y con la maquillista

-Todas esas cosas?

-Sí, mi cielo.

-Pero al menos déjame que te de tu regalo.

-Me compraste un regalo?-dice Lucero con los ojos llenos de lagrimas

-Por supuesto, mi amor. Que pensaste?

-Es que no era necesario

-Yo te lo quería dar. Ven vamos a buscarlo-Fernando tomo a Lucero de la mano y la llevo a la sala donde 
le entrego una caja de terciopelo azul delgada, pero larga

-Que es esto?

-Ábrelo

Al Lucero abrirlo casi lo deja caer de la sorpresa. Era una pulsera hermosa con 5 dijes, parecía de plata.

-Que es esto?-dice Lucero derramando dos lágrimas

-Es una pulsera, no te gusta?-dice secándolas

-No, mi vida. Me encanta! Esta hermosa, que significan estos dijes? La L es por mi nombre

-Y por “Love”

-Te amo. La rosa que simboliza?

-Dos cosas: Que soy tu jardinero y tu belleza

-Que favor me haces… hahahahahaha! Una tina?

-Bueno, en ese lugar…

-Ya se, mi amor. No se me olvidara jamás.

-Un corazón

-El que me robaste

-Y una llave

-La de mi corazón. La llave de la cual solo tú eres dueña. Es oro blanco, así que te puedes bañar con él, no se va a estropear. Pero no me llores, mi bonita. Hoy no debes llorar.

-Eres el amor de mi vida, jamás pensé que llegarías. Gracias por todo mi bebe-Y lo beso con mucha ternura.

-Te gusto?

-Lo amo! Pero no debiste, seguro te gastaste una fortuna

-Pues sí, pero tu lo vales. Además el dinero lo tenía y te quería ver así como estas

-Pero que hermoso novio! Me querías ver llorando?

-Jamás! Te quería y quiero ver feliz!

-Bueno mi vida, ya me voy! Estoy retrasada… te amo, hasta la noche.-Le da un beso rápido y se va corriendo.

Las horas se le pasaron súper rápido. Ya estaba lista para bajar y ya había muchos de los invitados. Desde su habitación los podía ver. Estaban Caro y Sebastián; sus primas Anielska, María y Cristal; Andrea y su esposo Cristian, el notario; Deya, Alejandro y suponía que la pequeña Lorena; la odiosa de Leila, su marido y muchísima gente que no reconocía pero aun nadie llevaba sus mascaras. No quería salir hasta que el llegara, pero como sabría cuando llegaría?

Su vestido era largo y azul oscuro con unos pequeños detalles de pedrería plateada, su pelo opto por ondularlo y recogerlo a un lado. Parecía una princesa. La máscara que llevaría solo dejaba al descubierto sus labios. Era de terciopelo azul; llevaba plumas, pedrería plateada que combinaba a la perfección con su vestido. No quería que nadie la reconociera y por eso decidió que no sería presentada al entrar… Prefería que así fuera.

Bajo por las escaleras y justo tocaron el timbre. Fue a abrir la puerta y al hacerlo se encontró con la figura de un hombre fuerte, bronceado, con el pelo negro y un antifaz que le cubría la mayor parte de su cara. Pero ella lo reconocía, le conocía todas las esquinas de su cuerpo así que sin temor a equivocarse se le abalanzó encima y lo beso para luego sonreír.

-Estas muy guapo, Fer

-Y tú pareces una princesa, la de mis sueños

-Gracias por venir, vamos al jardín

-Estás segura?

-Nadie me reconocerá, pues nadie me ha visto… solo Caro.

-Bueno, está bien. Vamos entonces.

Al entrar al jardín pasaron desapercibidos. Ya todos llevaban sus antifaces puestos. Carolina los reconoció al instante y sonrió al ver a su hermana tan feliz.

Pasaron unas horas y la pista de baile estaba llena. Todos intentaban dar los mejores pasos y estaban acompañados por sus parejas. Excepto por Lucero y Fernando y Augusto y Leila. Por qué simplemente no podían divorciarse y estar con las personas que verdaderamente amaban? La música cambio y ahora sonaba una pieza lenta. Fernando atrajo a Lucero a su cuerpo, la abrazo por la cintura y ella enredo sus brazos en su cuello. El ambiente estaba mas romantico que nunca y sus labios se estaban volviendo una tentación. La beso como nunca, con amor y ternura… la promesa del “para siempre”.